El hotel de Saltillo en el que se hospedó Pedro Infante
Cuando “El Inmortal’ visitó la capital coahuilense se quedó en el hotel que presumía de ser “el mejor de la ciudad”
“Y si vivo cien años, cien años pienso en ti”. Pedro Infante murió con 39 años de edad cumplidos y solo cuatro años después de que lanzó aquel bolero escrito por Rubén Fuentes y Alberto Cervantes.
Pero dos años antes de fallecer, el actor y cantante mexicano visitó Saltillo, en 1955. Se hospedó en el que presumía de ser el mejor hotel de la ciudad: Hotel Arizpe-Sáinz.
¿Qué motivó a “El Inmortal” a venir? Un evento a beneficio de la Cruz Roja. Se presentó en el Estadio Saltillo, cual estrella del cine mexicano en su máximo apogeo.
Vestido con traje de tránsito, Pedro Infante acudió al entonces recinto deportivo más popular de la ciudad. El Estadio Saltillo se ubicaba frente al lago de la Alameda Zaragoza, donde hoy está la Escuela Secundaria Federico Berrueto Ramón.
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Sobre este inmueble hemos hablado anteriormente, que lo inauguraron en 1937 y lo demolieron a finales de los 60’s. Pero para los fines de este texto, basta saber que el Estadio Saltillo se encontraba a 800 metros del Hotel Arizpe-Sáinz.
En la Zona Centro, en la calle Guadalupe Victoria entre las vialidades Xicoténcatl y Acuña, se localizó el hotel de 75 habitaciones de lujo, con teléfono, baño, calefacción y mobiliario de estilo colonial.
Tenía lobby, recepción, comedor, cantina, jardines, fuentes, recepción. Bueno, hasta se daba servicio en los idiomas inglés, alemán y francés. ¿Cómo no iba a alojarse ahí “El Inmortal”?
Un hotel de celebridades
Antes de ser el Hotel Arizpe-Sáinz, nombre con el que operó desde 1934, ese espacio fue ocupado por el Hotel San Esteban, también conocido como “de las Diligencias”. Esto ocurrió a mitad del siglo XIX, cuando el propietario era M. Barrow.
Pero a finales de los años 1800, se localizó ahí el Hotel Tomasichi, perteneciente al español Nicolás Sáinz.
Aquí cabe un peculiar dato. En una de sus habitaciones nació Fernando Soler, actor saltillense cuya carrera destacó durante la Época de Oro del cine mexicano. El alumbramiento se dio el 24 de mayo de 1896, a las 19:00 horas.
De hecho, Fernando Soler y Pedro Infante actuaron juntos. Una de las producciones más recordadas es “La oveja negra”. El filme producido en 1949, trata de un padre (Fernando Soler) quien por ser déspota se gana el desprecio de su hijo (Pedro Infante).
Fueron ese tipo de éxitos cinematográficos y su trayectoria como cantante, los que desataron un alboroto cuando Pedro Infante se presentó ante los más de cuatro mil espectadores que era capaz de albergar el Estadio Saltillo en sus gradas con forma de “L”.
El check-out
Regresemos al inmueble que nos compete. Nicolás Sáinz y Emilio Arizpe reinventaron el edificio para que surgiera el Hotel Arizpe Sáinz, como ya dijimos, en la tercera década del siglo XX. Su estilo arquitectónico fue neocolonial californiano, con elementos Art Decó.
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Ya hablamos de que Pedro Infante se quedó en este sitio, así como también lo hicieron el pintor hiperrealista Edward Hooper, las actrices estadounidenses Kim Novak, Loretta Young y June Allyson, los actores estadounidenses Cary Grant, Rock Hudson y William Holden.
Además de las actrices mexicanas Dolores del Río yGloria Marín. Por si fuera poco, ta mbién el mismísimo Cantinflas pisó ese hotel.
Por el gremio de la tauromaquia, fueron huéspedes distinguidos del hotel: Fermín Espinosa “Armillita”, Lorenzo Garza, Manuel Benítez “El Cordobés” y Alfredo Leal. Pero como dicen, si no hay adaptación al cambio, hay extinción.
Los años trajeron más hoteles a la ciudad, y tras décadas en funcionamiento, el Hotel Arizpe-Sáinz cerró. Dejó de ser “el mejor”.
El lugar quedó un tiempo en abandono, hasta que las instalaciones fueron ocupadas por la Secretaría de Educación Pública de Coahuila, en la década de los 90’s.
El inmueble conserva su fachada de cuando sirvió como hotel, pero ya no recibe huéspedes, sino estudiantes. Actualmente es el edificio de un centro educativo.
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Al final, en las historias sobrevive lo que el tiempo permite conservar. En este caso, esa construcción que protegió el descanso de personajes que verdaderamente tienen la inmortalidad mientras se vean y escuchen sus obras, y cuente y se siga hablando de ellos, como Pedro Infante.
*Con información de Esperanza Dávila, Carlos Recio, Ariel Gutiérrez, Jorge Fuentes y Archivo Municipal de Saltillo.
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