El rival de Benito Juárez que vivió en Saltillo
Jesús González Ortega anduvo de aquí para allá y de allá para acá, y entre tanto que anduvo, vino a morir en la calle que lleva el nombre de su enemigo
¿Qué es la vida sino una secuencia de ironías? Sería bueno que eso nos lo pudiera responder el protagonista de esta historia, el General Jesús González Ortega.
Aunque fue de cuna zacatecana, González Ortega vino a pasar los últimos 13 años de su vida a Saltillo. Murió en una casa ubicada en la calle, que para su poca fortuna, lleva el nombre de su íntimo enemigo Benito Juárez.
Pero aquí no siempre existió pelea. Hubo un tiempo en el que González y Juárez lucharon de la mano, durante la Guerra de Reforma (1858-1861).
Todo cambió cuando se intentó estabilizar al país en la posguerra. Ambos contendieron por la presidencia de México en 1861, ganó Juárez. Y la relación empeoró con la Invasión Francesa de 1862 a 1867, cuando en varias ocasiones González intentó quitar a Juárez del cargo presidencial.
Este texto no pretende ser un recuento de hechos bélicos o decretos políticos, así que iremos al punto.
González Ortega tuvo cargos militares durante gran parte de su vida, mismos que lo llevaron a posicionarse gratamente. Su declive comenzó al avanzar en la política mexicana.
Fue gobernador de Zacatecas en varias ocasiones, en 1862 fue nombrado presidente de la Suprema Corte de Justicia, lo que lo hizo quedar como vicepresidente de México.
En varias ocasiones y apoyado por varios políticos, González Ortega intentó quitar a Juárez de la presidencia. Aunque sin éxito.
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Juárez respondía con movimientos estratégicos y meramente políticos, lo que provocó que González tuviera que irse a Estados Unidos y abandonar la lucha. Pero a la distancia, el zacatecano insistió.
Por ejemplo, el 21 de diciembre de 1865 cuando lanzó un manifiesto en el que acusaba al presidente de violar la ley, de entorpecer la lucha contra el invasor, de pretender prepatuarse en el poder y enañar a la nación.
Y aunque fue apoyado por algunos, otros partidarios de Juárez no lo respaldaron.
En 1866, cuando González quiso regresar a México, las autoridades estadounidenses lo detuvieron y mandaron a ser prisionero.
Historiadores creen que el gobierno federal nunca tuvo la intención de juzgarlo y condenarlo, pese a los cargos que le señalaban. Por ello, luego de estar cautivo en Monterrey, lo dejaron libre en 1868.
De ahí González se pasó a Saltillo. Se alejó de la política, ya no tenía grado militar y se dedicó a los negocios particulares.
Se mantuvo ajeno a la inestabilidad provocada por las rebeliones porfiristas y guardó silencio ante la muerte de Juárez en 1872. ¿Saltillo le trajo paz o resignación?
La ironía de la vida y la muerte
Luego de pasar poco más de una década en Saltillo, González Ortega murió el 28 de febrero de 1881.
El sitio, una casa ubicada en la hoy esquina de las calles Miguel Hidalgo y Benito Juárez. Actualmente, el edificio pertenece al Gobierno del Estado y en parte del inmueble se encuentra una cafetería.
En el mapa levantado por José Juan Sánchez en 1878, la actual calle de Juárez se llamaba Nueva de la Ciudad. Pero en documentos de 1881, se indica que la calle Juárez, de oriente a poniente, medía 500 metros.
En tanto, para el plano de Saltillo disponible en 1885, la vialidad ya aparece con el nombre que tiene hasta hoy.
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Sobre González Ortega, un mes antes de fallecer el entonces presidente Manuel González le informó que había sido reconocido con el grado de General de División. Esto en recompensa por los servicios prestados a la República.
El cuerpo de quien murió siendo General, fue trasladado a la Ciudad de México y puesto en la actual Rotonda de las Personas Ilustres, en el cementerio de Dolores.
Una calle en su honor
Hasta mayo de 1981, en la casa en la que murió González existió una placa que le rendía homenaje. Ahora solo queda una calle que lleva su nombre.
La vialidad González Ortega se encuentra en la colonia Rodríguez Guayulera al poniente de la ciudad. Topa cerca del parque de beisbol Abraham Curbelo.
Aparece trazada en el plano de 1934, con una extensión de seis cuadras.
Esa calle, dedicada a González Ortega, está a 3.5 kilómetros de distancia de la vialidad que tiene el nombre de Benito Juárez, en plena Zona Centro, a un costado de la Catedral de Santiago, pasando por Plaza de Armas y también por el Casino de Saltillo.
Si murieras en la calle que lleva el nombre de tu enemigo, ¿cuál sería?
*Con información de Javier Villarreal Lozano, Carlos Recio, Jesús Arreola e Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
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