‘Enchúlame la casa’ da color a la colonia Cactus, en Ramos Arizpe

RAMOS ARIZPE, COAH.- Lo que antes era una vista gris y monótona, hoy se convierte en un entorno vibrante y lleno de vida. La colonia Cactus es el más reciente punto de transformación urbana del programa “Enchúlame la casa”, una iniciativa impulsada por el Gobierno Municipal de Ramos Arizpe, encabezado por el alcalde Tomás Gutiérrez Merino, en coordinación con el Gobierno del Estado de Coahuila, a través de la estrategia Mejora Coahuila, que lidera el gobernador Manolo Jiménez Salinas.

Con más de 420 fachadas intervenidas desde su arranque, el programa continúa extendiendo su impacto positivo, embelleciendo viviendas, fomentando el arraigo vecinal y fortaleciendo el tejido comunitario en sectores populares del municipio.

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“Es un placer servir a los ciudadanos con acciones que sí elevan la calidad de vida, el embellecimiento urbano, el sentido de pertenencia de los colonos con sus espacios habitacionales; además, todo ello es porque ustedes son participativos y opinan, buscan y sugieren. En Ramos Arizpe, el desarrollo de la comunidad también se pinta de colores”, expresó el alcalde Tomás Gutiérrez durante el recorrido por la colonia.

Las acciones del programa ya han dejado huella en colonias como Santos Saucedo y Ampliación Santos Saucedo, y ahora se consolidan en la colonia Cactus, donde las casas comienzan a lucir tonos vivos, fachadas restauradas y un ambiente que inspira dignidad y bienestar.

Uno de los beneficiarios, Raúl Alejandro Velázquez, habitante de Santos Saucedo desde hace más de 30 años, compartió su experiencia: “Es un gran apoyo para todos. Mi casa se va a beneficiar con este programa. Vinieron a preguntarme si quería que me la pintaran y les dije que sí. Estamos muy agradecidos; esto fue un gran apoyo en cuestión de la economía, para que luzca muy pintoresca la colonia”.

El programa “Enchúlame la casa” no solo transforma la imagen física de las colonias, sino que impulsa el sentido de pertenencia, genera orgullo comunitario y demuestra que el desarrollo urbano también puede ser humano, sensible y participativo.