Especialista de la UANL pronostica sismos de mayor magnitud para la región
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MONTERREY, N.L.- Lejos de lo que el común de la población piensa, la Región Noreste de México, que comprende los estados de Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León y Tamaulipas, sí registra actividad sísmica recurrente, y de 2006 a la fecha se tienen documentados 700 movimientos telúricos.
Además, en 1841 ocurrió un sismo de intensidad 6.5 que cobró la vida de 8 personas y estudios realizados recientemente han encontrado fallas activas que podrían generar terremotos con esa magnitud.
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Así lo informó en entrevista con VANGUARDIA, Juan Carlos Montalvo Arrieta, doctor en Sismología y profesor investigador en la Facultad de Ciencias de la Tierra, de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
“A partir del 2006 que se instala la primera estación de monitoreo enlazada al Servicio Sismológico Nacional y a partir de esa fecha, sí hemos podido visualizar que hay un cambio muy significativo en la actividad sísmica en esta región. En el periodo de 2006 a 2023, al día de hoy son un total de 700 sismos, que han ocurrido tanto en el estado de Nuevo León como en el estado de Coahuila”, indicó.
Añadió que la actividad cada vez es más frecuente, de acuerdo con los datos que se tienen.
“Si nosotros comparamos la sismicidad que se reportaba o que se había reportado, previo a que se instaló la estación en 2006, por ejemplo, si nos vamos de 2006 a 1980, en ese periodo de tiempo que es más grande en tiempo se habían reportado cerca de 30 sismos”, mencionó.
Agregó que actualmente en Nuevo León hay seis estaciones de monitoreo que están funcionando, una en el estado de Coahuila, así como otra en Tamaulipas por lo que se tiene una mejor lectura de lo que está pasando en la región.
“Es un monitoreo que nos permite determinar actividad sísmica con terremotos de magnitud 3.5 ó 3.9 en adelante”, refirió.
En años recientes, el sismo de más alta intensidad que se ha registrado en la región es uno de magnitud 5, que ocurrió el 16 de mayo del presente año, en los límites de Nuevo León y San Luis Potosí.
“Este sismo generó más de 30 réplicas, posterior al terremoto”, contó.
SISMOS DE ALTA INTENSIDAD
En México, por la ubicación de las placas tectónicas, se está más familiarizado con que los sismos de mayor intensidad ocurren a lo largo del límite del Océano Pacífico.
“Toda la parte occidental del País y eso es claro desde el punto de vista de tectónica de placas. Toda esa región desde Mexicali a toda la frontera de Chiapas con Guatemala hay un límite de placas y ya de Sinaloa a Mexicali, hay otro sistema de placas que se une con la falla de San Andrés”, explicó.
En el interior del País la actividad empieza a disminuir; sin embargo, hay evidencia de terremotos importante que han ocurrido en esta región en el pasado, “que nos marcan que en la región pueden generarse sismos con magnitudes entre seis y siete. El sismo más antiguo que hemos podido documentar en esta región fue un sismo de magnitud 6.2 que ocurrió en 1841”, dijo.
¿Qué significas esto?, agregó, que la región está expuesta para terremotos con magnitudes arriba de seis; sin embargo, van a ocurrir en plazos o tiempos más largos de lo que ocurren, por ejemplo, en la Costa del Pacífico mexicano.
Montalvo Arrieta dijo que la Región Noreste no deja de estar expuesta a terremotos con una magnitud arriba de seis como ya hay evidencias.
“El terremoto ocurrió en 1841 y ocurre en el límite entre los estados de Coahuila, Nuevo León y Zacatecas. De hecho, ese sismo es importante porque desafortunadamente tras la ocurrencia de ese terremoto en una hacienda, localizada entre los límites del estado de Coahuila y Zacatecas, de un lugar que se llama Punta Santa Elena, ahí colapsa la hacienda principal y desafortunadamente las recopilaciones que hemos encontrado es que pierden la vida ocho personas”, compartió.
El especialista apuntó que dentro de los estudios realizados han encontrado evidencia de fallas que se consideran activas que pueden generar sismos con esas magnitudes.
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“Todos los fenómenos naturales y en el caso de los terremotos son eventos que tienen un periodo de retorno, ocurren y un tiempo después estos eventos vuelven a repetirse. Una de las tareas que hacemos en la parte sismológica es determinar para una región en particular cada cuánto tiempo se puede esperar un terremoto con una magnitud similar a 6.2”, indicó.
¿Aquí se tiene previsto cuándo podría volver a ocurrir?
“De hecho dentro de los análisis estadísticos que hemos llevado a cabo en esta parte con toda la información que se ha recopilado, al menos cada 200 años”, advirtió.
Comentó que en toda esta franja del País existen las evidencias de terremotos significativos.
“Ya la instrumentación no está mostrando que está ocurriendo más actividad sísmica de lo que tradicionalmente se pensaba”, puntualizó.