Las 4 leyendas más horridas y perturbadoras de Saltillo
Son historias del Saltillo antiguo que circulan entre la gente y hay quienes afirman haberlas presenciado
Una leyenda es una narración de hechos paranormales y de la vida diaria que nuestros abuelos nos contaban para entretenernos... o asustarnos por un rato.
Estas historias se transmiten de generación en generación y son tan populares, que hasta en tiempos modernos se sigue creyendo en ellas.
Pero ¿Cuáles son las leyendas más populares en Saltillo? ya sea que no las conozcas o que quieras recordarlas, aquí te presentamos cinco de ellas.
LA DELGADINA
Esta historia relata la leyenda del callejón de la Delgadina, supuestamente ubicado en la calle Vicente Guerrero, cruzando la calle de Arteaga a pocos metros al norte del puente de la calle Gómez Farías.
Los hechos ocurrieron en el siglo 18, donde vivía una pareja especial.
El matrimonio estaba conformado por un corpulento y enorme carnicero que vivía con su esposa, con una complexión física similar. De acuerdo con los rumores, eran felices, pero un día todo cambió.
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El esposo habría encontrado a su mujer en pleno acto de infidelidad con uno de sus trabajadores, por lo que la dama desapareció misteriosamente sin dejar rastro. Vecinos del sector se preguntaron sobre su paradero durante varios meses, pero un día alguien la observó y la comunidad la reconoció al instante.
La desdichada esposa estaba bastante delgada, “en los huesos”. Pronto se empezó a rumorar que, tras el hallazgo del hombre, la tomó por los cabellos, la colgó en un gancho para carne y la mantuvo así durante mucho tiempo, alimentándola solo con migajas hasta que ella ya no resistió y falleció.
El carnicero desapareció, pero las especulaciones apuntan a que el callejón se pudo nombrar de la Delgadina por dos posibles razones: la delgadez de la mujer y porque supuestamente su nombre era Isaura Delgado.
LA TACONERA
En Saltillo existe una leyenda que a quien -literalmente- la escuche, le pone los pelos de punta.
Se trata de “La taconera” y trata sobre una mujer que, carcomida por la culpa, vaga por las calles del Centro Histórico (aunque hay quienes aseguran que algunas veces se desvía de su ruta y “sale a dar el rol” por otras colonias).
La joven era muy atractiva y vivía con su madre enferma, pero algunas personas la señalaban porque supuestamente no le daba los cuidados correctos, en cambio, todas las noches salía muy hermosa para encontrarse con su amado.
Los vecinos se quejaban de que todas las noches oían su ruta al caminar, pues usaba tacones y recorría las calles de Juárez hacia Bravo.
Esta situación ocurrió durante mucho tiempo, pero un día al regresar a su hogar encontró a su madre sin vida.
La mujer, llena de culpa, se preguntaba si esa noche no hubiera salido quizá podría haber evitado su muerte, por lo cual entró una profunda depresión y se descuidó hasta que finalmente falleció. Sin embargo, hay otra versión donde apuntan que ella terminó con su vida arrojándose a un automóvil en movimiento.
Tras su muerte, la leyenda nació. Vecinos aseguraron escuchar sus tacones en las noches, haciendo el mismo recorrido, pero al observar la calle no había nadie.
Décadas después la leyenda sigue viva, y hay quienes afirman ver una silueta de mujer entaconada, otros que si vas en dirección contraria no se escucha su caminar.
EL DIABLO DEL TEX-MEX
Esta leyenda cuenta que hace 28 años hubo una noche típica de rodeo en un antro llamado Tex-Mex, donde el Diablo se presentó ante los mortales con apariencia humana, muy guapo cabe decir.
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Durante el transcurso de la velada, el príncipe de las tinieblas sacó a bailar a la mujer más atractiva del lugar y ella con gusto aceptó. Supuestamente, después del ajetreo y unas copas, le pidió a la chica irse a un lugar más privado, la cual aceptó con la condición de que este se subiera al toro mecánico y no se cayera, solo así seguían juntos.
El Diablo se subió al juego y empezó el reto. Poco a poco la velocidad iba aumentando hasta llegar al máximo, pero el hombre ni se inmutó, eso sí, una bota salió volando y reveló algo que dejó a todos llenos de terror:
Una patita de cabra en lugar de pie provocó que la multitud gritara y huyera despavorida en medio del caos y la oscuridad, mientras que el misterioso joven simplemente desapareció.
La dama, al darse cuenta, se retiró del lugar callada para pretender que nada había ocurrido, pero al tomar el volante los nervios se apoderaron de ella y condujo a toda velocidad, por lo que terminó por estrellarse, cumpliendo la promesa de irse con el diablo.
Actualmente este rodeo está cerrado, y no hay quien afirme que se debe a lo ocurrido en aquella misteriosa noche.
EL NIÑO DEL TRENAZO
Tras el “Trenazo” de Saltillo, ocurrido en 1972, donde cientos de personas perdieron la vida en un accidente ferroviario, muchas historias surgieron a raíz de esto.
Una de ellas relata la historia de un vigilante, que patrullaba la zona en el Puente Moreno, se encontró a un niño llorando, debido a que escuchó ruidos en un vagón.
Al verlo, le preguntó por qué lloraba y si vivía cerca del lugar para ayudarlo a regresar a casa, pero el menor le contestó que era pasajero del tren y que buscaba a su madre.
El hombre tomó su radio y llamó por radio a la central, a quienes preguntó hacía cuanto pasó la última unidad, le respondieron que tenía muchos años y este se extrañó. Volteó a ver al chiquillo y ahí se percató cómo empezó a deformarse.
El trabajador no soportó la impresión y cayó desmayado.
Otro de los dichos que circulan es que si se deja el automóvil apagado en las vías ferroviarias de la zona, unas manitas infantiles empujarán el vehículo para que no corra un trágico destino.
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