Las sombras del pasado cobran vida en la calle Praxedis de la Peña de Saltillo
En el centro histórico de Saltillo, donde las fachadas antiguas susurran secretos del pasado, se encuentra la calle Praxedis de la Peña. Esta silenciosa callejuela, casi oculta entre las arterias principales de la ciudad, no es solo un vestigio arquitectónico de tiempos remotos, es un rincón donde la historia y las leyendas se entrelazan, creando un tapiz de relatos que aún resuenan entre sus muros.
Saltillo, una ciudad que respira historia en cada esquina de su centro histórico, ha preservado en sus calles la esencia de un pasado que se niega a ser olvidado.
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En el grupo de Facebook “Fotografías e Historias de Saltillo”, se compartió recientemente una publicación que arrojó luz sobre esta vieja calle, evocando recuerdos y misterios que han permanecido dormidos en la memoria colectiva de la ciudad. Las imagenes compartidas mostraban el callejón en los años 70, capturada en una fotografía borrosa y granulada, contrastada con otra imagen actual que refleja la inevitable modernización, pero que aún conservando la melancolía del viejo Saltillo.
MEMORIAS
Más de 500 usuarios reaccionaron y más de 50 comentaron la publicación, resucitando anécdotas de vecinos que alguna vez habitaron este rincón de la ciudad.
Entre estos relatos, Mike Vallejo rememoró su infancia en el número 234 de la calle, justo frente al ahora Centro Diurno de la Tercera Edad. Vallejo recordó sus días de infancia interactuando con las reclusas de la antigua cárcel de mujeres, situada en el mismo lugar, a quienes vendía papel periódico para la fabricación de piñatas. Esta reminiscencia no solo ofrece una ventana a la vida cotidiana de la época, sino que también revela la transformación de los espacios que componen la identidad urbana de Saltillo.
Otra voz que se suma a este coro de memorias es la de Miguel Ángel Flores, quien evocó los juegos y momentos compartidos en el callejón con otros niños del barrio, resaltando el espíritu comunitario que caracterizó a esta zona durante décadas.
LEYENDAS
Sin embargo, no todos los recuerdos son de naturaleza alegre. En los comentarios, surgieron también las leyendas que envuelven al callejón en un velo de misterio, entre ellas la historia de Mónico Martínez, un personaje cuyo temor a las brujas y amuletos, según se dice, lo llevó a una muerte rodeada de superstición.
Y es que hay quienes aseguran que en lo que hoy es el reconocido restaurante Casa 1900 vivió Mónico --contrario a lo que muchos aseguran vivía en la calle General Cepeda--.
Pero el callejón Praxedis de la Peña no solo es escenario de mitos populares. En sus adoquines también resuenan las leyendas de tragedia y misterio. Una de ellas narra la desgracia de un comerciante español que, acompañado de su familia, se estableció en Saltillo en 1915. El destino les jugó una trágica carta cuando, en un fatídico día, el hijo del comerciante, jugando con la pistola de su padre, disparó accidentalmente, matando al cochero de la familia. Esta tragedia provocó que la familia abandonara la ciudad, y con su partida, dejaron atrás una casa que más tarde sería alquilada a otros inquilinos, quienes pronto comenzaron a experimentar fenómenos inexplicables: sombras que se hundían en el piso y luces que emergían del subsuelo.
Los rumores de un tesoro oculto en la casa, hallado supuestamente por un frutero que vivió allí después, alimentaron la leyenda que rodea al callejón. Este cúmulo de historias, ya sean reales o fruto de la imaginación popular, ha convertido al callejón Praxedis de la Peña en un lugar donde el pasado sigue vivo, alimentado por las voces de quienes aún recuerdan.
ORIGEN DEL NOMBRE
No es casualidad que este callejón lleve el nombre de Praxedis de la Peña, un destacado gobernador de Coahuila y un hombre cuya vida estuvo marcada por el servicio público y la industria. Nacido en Saltillo en 1847, De la Peña fue un visionario que dejó una profunda huella en la región, no solo como político, sino también como empresario agrícola y fundador de importantes empresas industriales en Torreón.
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Su legado, aunque menos conocido por las nuevas generaciones, es un recordatorio de los hombres y mujeres que forjaron el desarrollo de Coahuila y que, como las leyendas del callejón, merecen ser recordados.
Hoy, el callejón Praxedis de la Peña se mantiene como un silencioso guardián de historias. Sus casas guardan en cada grieta los ecos de un Saltillo que fue, y que, de alguna manera, aún sigue siendo.
Para los caminantes que se aventuren a recorrer esta calle, este rincón ofrece más que un simple paso de un punto a otro; es una puerta hacia el pasado, una invitación a escuchar las voces que susurran desde la penumbra, y a descubrir, en cada esquina, la historia viva de una ciudad.
