Maestra sufre brutal agresión canina en la Miravalle de Saltillo; denuncian trabas en el MP
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Los dueños del animal no se responsabilizan y la autoridad desestima su caso. Se presume influyentismo
Luego de sufrir un brutal ataque a merced de un perro pitbull, propiedad de unos vecinos, incidente que puso en riesgo su vida y la dejó con múltiples lesiones, una vecina de la colonia Miravalle de Saltillo, acudió a interponer denuncia ante la Fiscalía, siendo rechazada su causa porque el perro “no es imputable”, de acuerdo con la razón que le dieron a la víctima de este incidente.
La afectada es Rosa de Guadalupe “Tita” Gutierrez Cabello, ex catedrática de la UAdeC, mejor conocida en Saltillo por su labor como activista en diversas causas, entre ellas la lucha contra los feminicidios luego del asesinato de su hija Elisa Loyo Gutiérrez en 2008.
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Relata que el primero de agosto, al salir de su domicilio ubicado en calle Perla de la colonia Miravalle, apenas vio al perro de su vecino acercarse antes de ser atacada por éste, ataque del que difícilmente se hubiera librado de no ser por la intervención de algunos vecinos y transeúntes.
La agresión duró varios minutos, provocando heridas expuestas en diferentes partes de su cuerpo y hemorragias profusas, por lo que tuvo que ser trasladada al hospital para su atención.
Cabe destacar que los propietarios del can presenciaron el ataque de su mascota sin hacer nada para evitarlo ni intentar controlar al animal de ninguna forma. Más tarde, de hecho, negaron la entrega del perro a Control Animal cuando una unidad de este departamento se presentó para requerir a la mascota.
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Al día siguiente, Gutiérrez Cabello se presentó ante la Fiscalía para presentar la denuncia por daños y lesiones y los que resulten en contra de sus vecinos y propietarios del feroz can.
Sin embargo, de acuerdo con la afectada, la ministerio público Patricia Rodríguez, no admitió la denuncia porque “el perro es inimputable”.
De acuerdo con el relato de la maestra afectada, en la Fiscalía la estuvieron turnando de una oficina a otra y nadie se quiso hacer responsable de tomar su caso, aunque en opinión de varios, dada la gravedad de las lesiones, la denuncia debió ser admitida sin restricciones.
Cuando la víctima solicitó al titular de Víctimas de Atención Temprana, Jaime García, que el caso fuera turnado a otro agente con mejor disposición que la licenciada Rodríguez, le dijo que estaban “todos ocupados”.
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La maestra “Tita” acusa diversas irregularidades como esta en las diferentes dependencias que han tenido que ver con su caso, incluso en la dirección municipal de Control Animal, donde le han impedido hacer un levantamiento de imágenes del can.
Gutiérrez Cabello intuye en todo esto la influencia de su vecino, el propietario del perro, Édgar Eduardo Gómez Trejo, quien se jacta de tener la influencia de un comandante apodado “La Rana”, por lo cual ha operado negocios clandestinos, organiza fiestas ruidosas y tiene otras conductas prepotentes en perjuicio de los vecinos del sector.
La afectada teme que el delito quede impune y su vecino evite responder por el trauma y las lesiones, además de todos los gastos derivados.
“Tita” Gutiérrez expresó su preocupación tanto por su seguridad como por la de sus vecinos, incluso por el animal a quien también considera una víctima en todo este asunto, pues ha notado que está descuidado, mal alimentado y anda sin control en la colonia para riesgo de la población en general.
Acostumbrada a las largas batallas por las causas que considera correctas, la maestra está determinada a hacer que la autoridad le responda y el responsable pague por sus omisiones.
