Más que una sex shop en Saltillo, ‘Pleasure’ es un refugio para el aprendizaje y la aceptación sexual
El compromiso de Mónica con el feminismo y la erradicación del machismo la impulsa a desafiar las normas sociales arraigadas, promoviendo un diálogo abierto y libre de prejuicios
En el corazón de Saltillo, la psicóloga Mónica Vélez desafía estigmas y prejuicios al abrir “Pleasure”, una sex shop que va más allá de la mera venta de productos eróticos. Su misión: educar, empoderar y derribar los tabúes que rodean la sexualidad en la sociedad saltillense.
Con una trayectoria marcada por su pasión por comprender la sexualidad humana y el apoyo a las mujeres, Mónica Vélez ha encontrado en su emprendimiento un espacio para fomentar la autoexploración y el disfrute sexual, especialmente entre las mujeres de Saltillo.
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Su compromiso con el feminismo y la erradicación del machismo la impulsa a desafiar las normas sociales arraigadas, promoviendo un diálogo abierto y libre de prejuicios.
“Siempre he sido muy curiosa en estos temas, pero no por morbo, sino haciendo preguntas como ¿por qué estigmatizamos tanto la sexualidad humana en general? Siempre busqué literatura relacionada, estudios e investigaciones para aclarar mis dudas, ya que realmente no encontraba a nadie que pudiera hacerlo”, comenta a VANGUARDIA.
Cuando ella compartió con su familia su intención de convertirse en sexóloga, todos le dijeron: “vas a terminar sin un centavo, en Saltillo eso no funciona”.
Mónica, de 32 años y madre de una niña de 11, quiso crear un espacio que no solo abriera la mente de los habitantes de Saltillo, sino que también proporcionara un lugar para que las mujeres pudieran explorar su sexualidad, disfrutarla y obtener herramientas para entenderla mejor. Además, buscaba establecer una red de apoyo en la ciudad, con círculos de lectura y conocimiento, para que las mujeres pudieran aprender y conocerse más en el ámbito sexual.
Reconoce que, a pesar de encontrarnos en pleno siglo XXI, todavía hay muchos tabúes y vergüenza en Saltillo en torno a la sexualidad, algo que ha experimentado con su ex pareja, quien cuestionaba su decisión de vender ese tipo de productos, así como con otras madres en la escuela de su hija.
MÓNICA Y SU HISTORIAL DE TRABAJO CON MUJERES
Su experiencia como psicóloga la llevó a trabajar con víctimas de violencia de género durante dos años de manera informal. “Entablé vínculos muy afectivos con estas mujeres. Conocer sus pensamientos e historias me llevó a darle un sentido a mi vida. Busqué por todos los medios reeducar a quienes estuvieran dispuestas. Creo firmemente en el feminismo y hago todo lo posible por cambiar la ideología machista”, explica.
Se dio cuenta de los tabúes sexuales que enfrentan tanto mujeres como hombres, quienes tienen creencias incorrectas sobre el papel sexual de la mujer en una relación.
Mónica, cuyo sueño era ser sexóloga --especialidad de la cual actualmente estudia un diplomado--, nos cuenta que siempre ha trabajado con mujeres y que tiene un grupo en Facebook desde hace 5 años, con 5 psicólogas y una biblioteca digital. Sin embargo, cuando ella tenía dudas sexuales, nadie respondía, así que decidió tomar cartas en el asunto.
Su investigación del mercado en Saltillo reveló que, si bien se vendían juguetes sexuales, solo se limitaban a venderlos sin ofrecer asesoramiento o aclarar dudas.
Así nació “Pleasure Saltillo”, un nombre elegido porque lo que se busca finalmente es el placer con estos juguetes. Lo que la distingue es que ofrece asesoramiento sobre el uso de los artículos que ahí ofrece, así como educación sexual.
¿QUÉ ES LO QUE MÁS CONSUMEN LOS SALTILLENSES?
Los productos más vendidos son los succionadores, los vibradores largos, los lubricantes, los dildos y los juguetes anales, expone.
Mónica comenta que al principio recibía llamadas de todo tipo, desde personas que pensaban que era una agencia de citas o servicios sexuales, hasta acoso y envíos de imágenes explícitas, lo cual fue detenido inmediatamente.
Es importante mencionar que en su tienda no solo van mujeres; de hecho, nos dice que tiene más clientes hombres que mujeres. “Vienen a comprar disfraces o lencería para sus parejas, así como dildos, ya sea para compartir o para uso personal, e incluso hombres casados adquieren dildos, no solo los homosexuales”.
“Las mujeres compran principalmente lencería, vibradores y lubricantes, muchas veces en secreto para ocultárselo a sus esposos”, asegura.
EL DÍA QUE TUVO QUE DENUNCIAR A UN CLIENTE
Mónica ha enfrentado casos difíciles, y recuerda el de un cliente pedófilo que le escribió a través de redes sociales porque quería regalarle un juguete sexual “a su novia de 9 años”.
Ella denunció al sujeto ante la policía cibernética, y aunque se trataba de un perfil falso lo reportó y a él le dejó claro que los juguetes son para adultos, de igual forma se le informó que su comportamiento era un delito.
GRUPOS DE AYUDA Y APRENDIZAJE
A pesar de los desafíos y estigmas sociales, Mónica persevera en su misión de promover una visión más abierta y saludable de la sexualidad. Su compromiso con la comunidad se refleja en iniciativas como grupos de educación sexual gratuitos, destinados a romper el silencio y los miedos que rodean el tema en Saltillo.
Mónica organiza grupos de difusión y educación sexual, como el próximo evento que tendrá lugar el 16 de marzo titulado “¿Cuáles son los temores sexuales más comunes en las mujeres?”, con un cupo limitado de 20 personas y entrada gratuita.
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Ella está decidida a cambiar la mentalidad de los saltillenses. A través de eventos educativos y grupos de discusión, busca abrir un diálogo honesto sobre la sexualidad. “En ‘Pleasure’ no hay espacio para el juicio ni la vergüenza, todos son bienvenidos a explorar su sexualidad de manera libre y respetuosa”, apunta la joven empresaria.
“Sé que cambiar la mentalidad de Saltillo llevará mucho tiempo y esfuerzo. No ocurrirá de la noche a la mañana, pero por eso mismo debemos empezar ya, siendo agentes de cambio para quienes acuden a nosotros”, afirma Mónica.
Mónica confiesa que hay mucha curiosidad por explorar lo sexual, pero también “mucha culpa por sentir, temor a que alguien descubra su vida sexual. Siempre piden discreción en todo y utilizan todo tipo de excusas para comprar, ya sea para regalos, amigos o despedidas. Tienen miedo incluso de que yo les juzgue”.
“Me encantaría que en el futuro vinieran y dijeran ‘busco esto para mí’, y nosotras pudiéramos ofrecerles lo que necesitan con total naturalidad”.
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