‘Nombremos Presidenta, con A al final... porque solo lo que se nombra, existe’: Claudia Sheinbaum

Coahuila
/ 1 octubre 2024

Sheinbaum se convierte en la primera Presidenta de México y envía fuerte mensaje feminista: “que nuestro sexo no determine nuestro destino”

En un emotivo y simbólico discurso, Claudia Sheinbaum Pardo hizo historia al convertirse en la primera mujer en asumir la Presidencia de México y el mando de las Fuerzas Armadas.

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Durante su toma de protesta, no solo agradeció el respaldo del 59% de los votantes, sino que aprovechó la ocasión para lanzar una contundente invitación al país: cambiar el lenguaje y nombrar las profesiones en femenino para visibilizar a las mujeres que han sido tradicionalmente ignoradas.

En su discurso inaugural, Sheinbaum hizo un llamado a la transformación del lenguaje como parte del reconocimiento de la presencia y aportaciones de las mujeres en la sociedad. “Hago una respetuosa invitación a que nombremos Presidenta con a al final al igual que abogada, científica, soldada, bombera, doctora, maestra, ingeniera, porque como nos han enseñado, solo lo que se nombra existe”, expresó ante un auditorio lleno de representantes políticos, sociales y ciudadanos que seguían de cerca el histórico evento.

Este mensaje, más allá de la semántica, representa un reconocimiento al papel de las mujeres en distintos ámbitos profesionales y una reivindicación de su visibilidad en la esfera pública. Para Sheinbaum, el uso de la lengua tiene un impacto directo en cómo las mujeres son percibidas y reconocidas en la sociedad, rompiendo con siglos de exclusión y subrepresentación.

Sheinbaum no se limitó a hacer un llamado por el cambio en el lenguaje. En su discurso, destacó el papel fundamental de las mujeres en la historia de México, desde las más célebres hasta aquellas que permanecen en el anonimato. Recordó que su llegada a la Presidencia no es solo un logro personal, sino el fruto de décadas de lucha incansable de millones de mujeres que, desde distintas trincheras, abrieron el camino para que ella, y muchas otras, pudieran llegar a donde están hoy.

UN HOMENAJE A LAS MUJERES

“Las mujeres fuimos anuladas, a muchas de nosotras nos contaron desde niñas una versión de la historia que nos quería hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres, y poco a poco esa visión se ha ido revirtiendo”, reflexionó, poniendo en relieve el proceso histórico que ha permitido que las mujeres ganen espacios tanto en la vida pública como privada.

A lo largo de su intervención, Sheinbaum rindió homenaje a las mujeres que han contribuido a las grandes gestas de la historia nacional, pero también dedicó un espacio a las “heroínas anónimas”, aquellas cuyas luchas y sacrificios han quedado fuera de los libros de historia, pero que con su esfuerzo diario han transformado la vida de muchas.

UN MENSAJE DE INCLUSIÓN

El momento más conmovedor de su discurso llegó cuando Sheinbaum evocó la memoria de las mujeres de distintas generaciones y condiciones que han soñado, luchado y, en muchos casos, no han podido ver materializados sus anhelos de igualdad. “Nos referimos también a todas las heroínas anónimas, a las invisibles, que con estas líneas hacemos visibles. A las que con nuestra llegada a la presidencia y estas palabras hago aparecer: las que lucharon por su sueño y lo lograron, las que lucharon y no lo lograron”, afirmó con voz firme.

Sheinbaum prosiguió enumerando a las mujeres que han sido relegadas y silenciadas a lo largo de la historia, desde las indígenas y trabajadoras del hogar, hasta las bisabuelas que no aprendieron a leer y escribir porque la escuela no era para ellas. Con estas palabras, la presidenta electa hizo un reconocimiento a quienes, desde sus diferentes realidades, contribuyeron a que hoy en México una mujer pueda ocupar el cargo más alto del país.

En un pasaje profundamente emotivo, la mandataria recordó a las madres, hermanas, amigas y compañeras que han acompañado la lucha por la igualdad, y envió un mensaje de esperanza a las futuras generaciones de mujeres, expresando que su sueño de libertad y felicidad será posible en un país que ha comenzado a dejar atrás la desigualdad de género.

Al final de su discurso, Sheinbaum reafirmó su compromiso de gobernar para todos los mexicanos, pero sin olvidar la deuda histórica que el país tiene con sus mujeres.

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