Pedigüeños y vendedores en Saltillo provienen de Puebla, Querétaro y Chiapas; siguen arriesgando infantes
Los orígenes de quienes venden distintos artículos o piden dinero en los semáforos de Saltillo son variados, aunque principalmente provienen de estados y ciudades del sur.
Uno de los reflejos de la migración en Saltillo ha sido la cantidad de personas que se establecen en los cruceros de la ciudad, ya sea para pedir dinero o vender distintos artículos.
Lo anterior ha causado preocupación entre distintos sectores de la sociedad, pues es común ver la presencia de infantes en dichas vialidades que, además, son de circulación rápida.
Apenas el pasado 19 de junio, una menor de origen chiapaneco fue arrollada en el bulevar V. Carranza tras intentar cruzar la vialidad con sus hermanas.
En noviembre de 2022, la Unidad de Integración Familiar (UNIF) de la Comisaría de Seguridad Pública Municipal de Saltillo reportó la detección de 220 niñas, niños y adolescentes en cruceros viales solicitando ayuda económica.
De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a la Zona Metropolitana de Saltillo ha arribado un total de 55,770 migrantes entre 2015 y 2020.
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De ellos, 37,484 lo hicieron desde otros estados de la República, siendo el trabajo o la búsqueda del mismo las dos principales razones.
En el Análisis de la Zona Metropolitana de Saltillo, el Consejo para la Planeación Estratégica de Largo Plazo de la Región Sureste del Estado de Coahuila (COPERS) destacó que los estados de origen que más expulsaron población y que llegaron a la ZM son Veracruz con el 11.09%, Nuevo León con el 9.6%, y Chihuahua con el 6.42%.
DESDE CHIAPAS SIN HABLAR ESPAÑOL
Es en el cruce de prolongación Francisco Urdiñola y avenida 20, en la colonia Lourdes, donde se coloca Rosa junto a sus hijas Andrea y Sofía, quienes son originarias del estado de Chiapas, de un municipio llamado Mitontic.
Rosa entiende y habla poco español, pues su lengua materna es el tzotzil, aunque pudo comunicar a VANGUARDIA que arribó a la capital de Coahuila hace aproximadamente un mes.
La mujer de 45 años lleva en el pecho a un bebé que aún no tiene nombre, mientras sus hijas le auxilian para poder establecer las conversaciones en español.
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Personal de una farmacia y un negocio de comida cercanos al crucero ubican y apoyan a la familia chiapaneca.
Rosa aseguró que viajó al norte con rumbo a la capital de Coahuila “por la necesidad”, pues en su tierra sembraba frijol, aunque también contó que “se quedó sin terreno”.
Contó que el trato de los saltillenses ha variado, pues aunque algunos les han tratado de manera despectiva, otras tantas le ayudan con alguna moneda.
Ni ella ni sus hijas pudieron señalar en qué parte de Saltillo viven, aunque pudieron comunicar que arriban al crucero en taxi.
A SALTILLO EN ÉPOCA NAVIDEÑA
Por su parte, Josefina Pérez es de origen queretano, particularmente del municipio de Santiago de Mexquititán, quien en el cruce entre el Periférico Luis Echeverría Álvarez y prolongación Urdiñola vende piñatas miniatura.
No obstante, sus cuatro hijos pasan entre los coches con un vaso para pedir una moneda a los automovilistas.
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Josefina explicó que desde hace varios años acude en los primeros días de diciembre a Saltillo, donde vive un hermano suyo, para trabajar y después regresar a su municipio durante las fiestas.
EN SALTILLO SE GANA MEJOR
Por su parte, Victorino Ortiz, explicó que su origen es el municipio de Coyomeapan, en Puebla, donde también vendía figuras de juguete como hace en el cruce de los bulevares Fundadores y Eulalio Gutiérrez.
Explicó que de su estado también migran a estados como Nuevo León, Coahuila y Sonora, pues aunque vende lo mismo, gana más.
Victorino señaló que vive cerca del crucero, aunque a diferencia de otros vendedores ambulantes, no trae a niños a su cargo en los cruceros.
En el mismo crucero, Hortencia vende bolsas de mandarinas y semillas de calabaza, aunque señaló que este mes de diciembre no ha sido la mejor venta.
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“El año pasado o antepasado me acababa de vender una caja diaria, ahora la caja me dura uno o dos días”, detalló la también originaria de Santiago de Mixquititlán, Querétaro.
Señaló que en dicho municipio no existen las mismas oportunidades de trabajo que hay en la capital coahuilense, por lo que ya tiene más de 35 años viviendo en ella.
Contó además que anteriormente vendía dulces y cigarros en un canasto en el Centro Histórico, aunque comenzaron a pedirle que pagara su permiso y decidió trasladarse a otro punto de la ciudad.
En el cruce de las vialidades, cuida a tres de sus nietos, mientras su hija también vende fruta en otro semáforo, donde aseguran que ganan entre 100 y 150 pesos al día, cifra que es mayor a lo que podían obtener en su lugar de origen.
“Allá en el rancho no hay dinero, come uno frijoles, nopales, muchos quelites. Muchos vecinos de ahí hacen la muñequita de Lelé que le llaman. La llevan y la venden, pero una que no sabe, pues ¿cómo va a sacar el dinero?”.
