¿Por qué sigue habiendo feminicidios en Coahuila? Entrevista con Ariadne Lamont
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“Al registrarse un feminicidio solo les quedan dos caminos: la cárcel donde pasarán condenas de más de 50 años, o vivir como prófugos”, indicó la activista lagunera, Ariadne Lamont, sobre hombres que asesinan a mujeres.
Los feminicidios no han parado en Coahuila. De acuerdo a datos oficiales, en una década se han contabilizado 168 muertes de mujeres.
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Aunque las autoridades han realizado capacitaciones a sus integrantes, se elaboró un protocolo de violencia feminicida y también se capacitó a jueces, la violencia contra la mujer continúa y como prueba de ello, Coahuila ha registrado cinco casos en el año.
Este fin de semana la comunidad saltillense fue testigo del más reciente feminicidio: la mañana del viernes un hombre asesinó a su esposa y a su hijo. Mario, de 66 años, apuñaló a Rosy de 57, y tras ello a su hijo de 17 años. Aunque las causas aún se investigan, trascendió que el hombre era adicto.
Otro de los casos de feminicidio fue el de Kimberly, una joven de 19 años, que la noche del sábado 18 de mayo discutió con su pareja.
El hombre de 34 años cortó la manguera de la moto y la roció de gasolina. Al lugar llegaron los bomberos y tras ellos la ambulancia.
Kimberly les relató lo sucedido, pero las quemaduras registradas en su cuerpo y el daño pulmonar provocaron su muerte.
LA SOLUCIÓN: LA EDUCACIÓN
Ariadne Lamont, quien tiene años documentando y estudiando estos casos, indica que el tema debe erradicarse de origen y esto es a través de la educación.
“¿Por qué siguen muriendo las mujeres? Porque los hombres siguen pensando que las mujeres son un cuerpo que les pertenece. La asesinó cortando las mangueras de su moto, porque no le gustó la ropa que ella tenía puesta. Entonces, solamente cuando sienten que la mujer es suya, que es una cosa, es cuando la degradan, y dejan de verla como un ser humano. La degradé a cosa”, indicó.
Continúa: “es cuando se degrada a una persona como objeto que se piensa que se puede hacer lo que quiera y si algo no le gusta, como en este caso, la quema viva”.
Lamont explica que la mayoría de las mujeres que son víctimas de feminicidio, cuentan con una historia de diversas violencias.
“Ya vivieron muchas violencias. Ya vivieron que las empujen, que les jalen el cabello, que les quiten su dinero, que les rompan documentos oficiales... Ya vivieron todo eso hasta que un día el hombre sobrepasa esa línea y las asesina”.
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ESTADOS Y MUNICIPIOS, RESPONSABLES DE IMPLEMENTAR POLÍTICAS PÚBLICAS
Ariadne Lamont explica que son los municipios y el estado los responsables de implementar políticas públicas para educar a los hombres.
“¿Qué están haciendo para que los hombres vean que tienen otras alternativas para vivir su masculinidad libre de violencia? ... Hay muchas formas de ser hombre. Pero se recurre a la violencia desde casa”.
Un ejemplo de educar con violencia es cuando los padres de familia indican a los niños que si son agredidos respondan con golpes, porque esto les enseña a arreglar la violencia con más violencia.
“Les dicen eso porque es lo más fácil y lo que da resultados más rápidos”.
EDUCAR PARA SENSIBILIZAR
Los tres niveles de gobierno deben ir barrio por barrio, centros de trabajo, a impartir pláticas para explicar a los hombres que existen formas alternativas de vivir.
Si vieron que sus padres violentaban a sus madres, enseñarlos a no repetir patrones.
“Ante un asesinato nada más van a tener dos caminos enfrente: uno es huir y nunca volver a tener una vida normal porque van a estar prófugos. Y otro es estar en la cárcel... al terminar con la vida de la mujer, terminan con la de su familia, su madre, sus hermanas. Los llenan de vergüenza y de dolor”, expuso.
