‘Quiero vivir tranquila’: familias de Saltillo rechazan libre acceso a fraccionamientos cerrados

Residentes de fraccionamientos bardados rechazan las propuestas de permitir el acceso libre a sus áreas verdes, incluyendo calles y banquetas que, de acuerdo con la ley, pertenecen al Municipio y, por consiguiente, son de uso colectivo.

Temen que, al liberarse la entrada, los sectores sean víctimas de robos, que sus propiedades y áreas de uso comunitario sean vandalizadas o entren personas a drogarse, como ya ha ocurrido en otras ocasiones.

Marco Antonio Espinoza Martínez, representante del Comité Vecinal del fraccionamiento El Campanario, aseguró que los fraccionamientos cerrados disminuyen los niveles de inseguridad y, de alguna manera, ayudan a la policía a mantener el orden.

“No queremos que sea paso libre porque gracias a que existen esos controles –casetas, plumas, portones y rejas- hemos mantenido a raya a las gentes que entran a hacer desórdenes a los fraccionamientos. No estamos de acuerdo en que quede libre el acceso”, comentó.

En el caso de este sector, que tiene alrededor de 180 viviendas, entraban parejas a realizar actividades obscenas, otros hacían arrancones con los vehículos o ingresaban a robar. Ya en una ocasión, gracias a las cámaras del fraccionamiento, se logró capturar una banda delictiva que operaba en la zona norte de la ciudad.

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“En el fraccionamiento está implementado el control de acceso, no se le niega el paso a ninguna autoridad ni municipal, ni estatal ni federal, ni ambulancias, bomberos ni Protección Civil, obviamente los trabajadores se registran para tener control de quién entra y quién sale porque de repente se dan robos hormiga en las construcciones de material. Si tenemos abierto, cualquier gente podrá entrar y tomar lo que sea y se lo lleve”, mencionó Espinoza.

ONU-Hábitat, el Programa de Naciones Unidas para Asentamientos Humanos, advirtió en el estudio “Estrategia Integral de Vivienda Adecuada y Urbanización Sostenible para el Estado de Coahuila”, que los fraccionamientos privados promueven “desde la infancia, la desconfianza hacia el mundo exterior, el miedo y el rechazo a otros sectores de la población por motivos raciales, étnicos, socioeconómicos o físicos”.

Espinoza Martínez señaló que la Constitución es clara y ninguna ley o reglamento puede estar por encima de la misma, pero la realidad es que se requiere actualizarla, lo mismo que las leyes y reglamentos que regulan los fraccionamientos cerrados para favorecer la convivencia en armonía.

Aclaró que hay fraccionamientos, como Jardines de Versalles, donde viven funcionarios federales, estatales y municipales, que no estarían de acuerdo en que entren personas externas que podrían hacer grafiti y tirar basura.

“Hay que hacer una modificación y vivir todos en armonía. Estoy consciente de que existe eso en la Constitución, pero incluso, los permisos que entrega Desarrollo Urbano a los fraccionamientos nuevos, todos tienen caseta de control de acceso. ¿Cómo es posible que se emita un permiso de construcción de un fraccionamiento en esas condiciones cuando la Constitución lo prohíbe?”, expresó.

“Yo quiero vivir tranquila”: residente

Otra residente del fraccionamiento Real del Sol explicó que compraron la vivienda porque era más amplia, tenía cochera y ofrecía mayor seguridad que vivir en una colonia donde había robos, pleitos entre vecinos y mucho ruido, sobre todo en fines de semana.

“Yo quiero vivir tranquila. Aquí la gente no es tan problemática, es más cuidadosa y el reglamento que nos dieron dice que están prohibidas las tiendas, música a altas horas de la noche y los animales están restringidos, no hay perros callejeros, todos los animales están resguardados en las casas, y se supone que hay un poco más de respeto”, aclaró.

“Aquí los vecinos corremos la voz si hay un desconocido, por medio de WhatsApp empiezan a subir fotos”, y se preguntan de dónde es la persona o a quién fue a visitar y también están al pendiente del ingreso de carros desconocidos.

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“Ha habido ocasiones en que como está muy tranquilo, se ha detectado a jovencitos drogándose y no son del fraccionamiento... Estoy a favor de que no entre ninguna persona desconocida, por seguridad”.

Explicó que cuentan con un mecanismo de acceso controlado a través de “plumas” que se abren electrónicamente y hay guardias de seguridad que registran la entrada de visitantes y su credencial de elector.

Especialistas rechazan los fraccionamientos cerrados

En tanto, Héctor Cortés Ruiz, integrante de la Junta de Gobierno del Instituto Municipal de Planeación, afirmó que impedir el ingreso a cualquier persona, a pie o en vehículo, o pedirles identificación, viola los Artículos 11 y 16 de la Constitución y el Artículo 179 de la Ley de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, que garantizan el libre tránsito y la protección de datos personales.

Cecilia Pelletier Bravo, consultora en Desarrollo y Urbanismo Sustentable y Medio Ambiente, aseguró que rompen la estructura urbana y social, ya que los residentes privatizan el espacio público que integran las áreas verdes, vialidades y banquetas y no permiten el ingreso de personas externas.