Remembranza de una pasión; las plazas de toros que animaron Saltillo
Fueron distintos los escenarios que albergaron una tradición casi desaparecida, aquí un breve recuento
Tras la conquista, los españoles, entre muchas cosas dejaron tres grandes legados: el idioma español, la religión católica y la fiesta de los toros. Desde los primeros años de la Conquista, la celebración con toros tuvo una enorme acogida por la mayoría de la población.
El 13 de agosto de 1529 empezó la tradición de celebrar de manera oficial las corridas de toros y el cabildo de la Ciudad de México instituyó esa fecha para la veneración al señor San Hipólito.
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En tiempos de la Colonia los espectáculos taurinos se celebraron en plazas públicas, de ahí el nombre de plaza de toros, y los bureles eran conducidos desde las afueras de la ciudad hasta las plazas principales para dichas celebraciones.
El inicio de la celebración de los espectáculos taurinos en la ciudad data del año de 1682, aunque es muy probable que hayan sido mucho antes, se carece de registros documentales, puesto que la llegada del ganado vacuno se dio en 1608.
Tal y como ocurría en otros lugares de la Nueva España, sobre todo en tiempos de la feria anual, los vecinos de la villa eran convocados por la autoridad municipal para levantar las plazas de toros provisionales, aquellos habitantes que se negaban a las tareas convocadas eran multados.
Los pretextos para dichas conmemoraciones podían ser por la llegada de un personaje importante de la Corona, tal como ocurrió el 14 de septiembre de 1712, día que arribó Fernando Pérez de Almazán, visitador general de la Villa de Santiago del Saltillo, para celebrar el nacimiento del príncipe de Asturias, su serenísima alteza, el infante Felipe Pedro Gabriel.
Saltillo cobró importancia taurina debido a que desde del siglo 18 y casi hasta finalizar el 19, tenía lugar la importante feria. Esta manifestación económica y religiosa servía también de entretenimiento. Muy comunes fueron las corridas de toros y las peleas de gallos.
La feria por lo regular tenía una duración de 15 días y en ocasiones llegaron a darse más de una corrida al día con ocho o más toros.
PLAZA REAL, HOY PLAZA DE ARMAS
Los primeros festejos taurinos tuvieron como escenario la parte norte de la plaza, muy cerca donde hoy se encuentran los portales de la actual Plaza de Armas. El armado del coso se hacía con palos y troncos en forma ochavada, provista de palcos, rudimentarias graderías y los respectivos corrales para los astados.
ATRIO DE SAN ESTEBAN
En 1807 las celebraciones taurinas se trasladaron al antiguo pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, frente al atrio del templo de San Esteban, en tiempos de la feria anual, se destinaban espacios para los puestos de mercancías, comida, juegos de azar y la plaza de toros provisional.
PLAZA DEL CARMEN
En diciembre de 1835, durante la corta estancia en la ciudad del ejército que comandaba el presidente Antonio López de Santa Anna, el cuerpo de ingenieros realizó un plano de la ciudad.
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En dicha carta aparece la plaza de Toros del Carmen, situada en las hoy esquinas de las calles de General Cepeda y Aldama, el plano muestra un solar vacío, es decir sin construcción alguna, ahí se realizaron corridas de toros por algún tiempo.
EL CALVARIO
Un predio situado al norte de la ciudad, frente a las Huertas de Guajardo, frente al templo del mismo nombre; se destinó por un par de años para dar corridas de toros, la distancia de la ciudad fue el principal motivo para que se dejara de usar.
PLAZA TLAXCALA
En el año de 1849 el Ayuntamiento concedió licencia a Jesús Narro Rodríguez y Jesús Fuentes para la construcción de una plaza de toros permanente en el lugar que ocupa hoy el mercado Juárez. Estuvo en funciones casi medio siglo, en tiempos de la Intervención Francesa, se utilizó como prisión, luego de muchos pleitos legales entre los diferentes dueños y especialmente por el deterioro del inmueble, fue derribado en 1896.
PLAZA DE GUADALUPE
En 1895, la autoridad municipal autorizó la construcción de una plaza de toros al señor Alberto Rodríguez Solís. Esta plaza se llamaba así porque fue construida donde se encontraba una plazuela pública llamada De Guadalupe. El proyecto corrió a cargo del ingeniero Santiago Rodríguez y el modelo de la construcción se tomó de la plaza del Montecito del barrio Tlaxcalilla de la ciudad de San Luis Potosí. Estaba en la cuadra de las calles de Juan Álvarez, Manuel Acuña, Ramón Corona e Ignacio Allende.
El 15 de noviembre de 1896 abrió sus puertas, con un aforo para cinco mil espectadores, el coso fue escenario de infinidad de eventos taurinos, políticos, deportivos y sociales, cerró en 1949, fue demolida unos años después para dar paso a la construcción del Cine Florida.
TEATRO ACUÑA
El lugar no importaba, dentro de una comedia llamada El Héroe por Fuerza, por extraño que parezca en este recinto se dio la lidia a muerte a un toro; en el programa se anunció “suerte de varas, banderillas, capa y si se puede otras cosas”.
El actor Juan Manuel Castel salió a caballo acompañado de José Chavarri, el evento tuvo lugar el primero de agosto de 1889 y al final de la obra las carnes del toro se rifaron entre los asistentes al peculiar espectáculo.
PLAZA EL TÍVOLI
Otro lugar donde hubo corridas de toros fue en un solar frente de la Alameda Zaragoza, en la esquina de las calles Victoria y Purcell. Ahí se instaló la plaza provisional de El Tívoli, que estuvo en operación un par de años a principios del siglo XX.
PLAZA ARMILLITA
Construida totalmente de madera, se inauguró el 13 de marzo de 1949, contaba con aforo para cinco mil almas, estuvo en el lugar llamado Villa Olímpica, al norte de la ciudad y uno de los dueños de esta plaza era el torero Fermín Espinosa Saucedo “Armillita Chico”.
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A finales de 1952, Fermín y Juan Espinosa Saucedo trataron de llevarse la plaza a Matamoros, Tamaulipas, y un grupo de aficionados y empresarios levantaron un movimiento para oponerse a la decisión de los hermanos Armilla.
Después de una negociación la plaza se quedó en la ciudad y la Presidencia Municipal de Saltillo tuvo a su cargo la administración hasta el año de 1970, cuando dejó de dar servicio.
OTROS LUGARES DONDE HUBO CORRIDAS
Cortijo Alberto Rodríguez, ubicado en la colonia Lomas de Lourdes; el Lienzo Charro de la feria, cuando operaba en el terreno de la hoy colonia Jardines del Lago y las inmediaciones del parque de beisbol Francisco I Madero, donde se pretendió construir una plaza, proyecto que no se concretó.
Otros lienzos charros que sirvieron para dichos propósitos fueron El Rayito y el profesor Enrique González, Santa Lucía, en el barrio del Águila de Oro, además de una plaza portátil que se instaló por la década de los noventa junto al desaparecido Centro de Convenciones.
LA OTRA ARMILLITA
Con la donación del terreno por parte del Gobierno del Estado y capital de diferentes empresarios y aficionados de la ciudad, se compró una plaza que se trajo desarmada de Reynosa, Tamaulipas y se amplió para aumentar el aforo para cinco mil asistentes.
En agosto de 1992 abrió sus puertas y el último festejo taurino fue en agosto de 2015, año que se decretó la prohibición para celebrar corridas de toros en todas las ciudades de Coahuila. saltillo1900@gmail.com
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