Saltillo: anticipan expertos ‘éxodo’ en Guayulera, Centro y Ojo de Agua por envejecimiento

Las colonias Guayulera, Panteones, Ojo de Agua y Centro son algunas de las colonias “envejecidas” de Saltillo, mismas que de acuerdo a urbanistas enfrentarán cambios como abandono de casas y cambios de usos de suelo.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se determina a una población como “envejecida” cuando al menos el 10 por ciento de sus habitantes superan los 60 años de edad.

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En ese sentido, con el Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se determinó que México ya pasó a tener una población envejecida con el 12 por ciento de su población arriba de ese grupo etario.

Además se pudieron conocer las colonias y municipios, de Coahuila y de todo el país, que también superaron ese porcentaje de personas en edad.

En ese sentido, 33 de los 38 municipios del estado superan dicho 10 por ciento, siendo Abasolo (22.5), Lamadrid (19.44), Candela (18.2) y Guerrero (17.41) los de porcentaje más alto.

Por el contrario, solo Nava, Piedras Negras, Sierra Mojada, Acuña y Ramos Arizpe -este último con el menor porcentaje de la entidad con 6.07- fueron los municipios con la proporción más baja de personas en edad.

Para el caso de las grandes ciudades del estado, Saltillo es la que tiene el porcentaje más bajo con 10.17, seguido de Torreón con 12.14 y Monclova con 12.98.

En ese sentido, la urbanista Griselda Salas explicó que lo anterior se debe a que en las comunidades rurales las personas más jóvenes migraron a las ciudades a buscar mejores oportunidades de empleo dejando a las personas mayores en las poblaciones más pequeñas.

Salas, quien además es coordinadora académica de la Asociación Mexicana de Urbanistas en Coahuila, mencionó que las viviendas ya deberían estar atendiendo las necesidades futuras que una población en edad va a requerir.

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Agregó que el aumento en la esperanza de vida influyó para tener personas de cada vez mayor edad y por lo tanto los problemas que ello implica un reto tanto para las ciudades, como para los familiares y los adultos mayores mismos.

“No nos hemos percatado de lo cerca que tenemos que la ciudad tiene que cambiar, las viviendas tienen que cambiar”, explicó Salas.

Por su parte, el urbanista Héctor Laredo Martínez coincidió diciendo que los avances en medicina y la tendencia global a tener cada vez menos hijos causaron un envejecimiento en la población.

SE ACERCAN A PRONÓSTICO DEL 2050

De acuerdo con Salas, quien tomó en cuenta los datos del Inegi, el barrio del Ojo de Agua tiene un envejecimiento del 23.2 por ciento de su población, mientras que en la Guayulera se reportó un 16.48 por ciento y en la Colonia González un 22.39 por ciento.

Alrededor del Panteón de Santiago el índice de envejecimiento fue del 19.21 por ciento, aunque en el censo del 2010 fue de 22.83, es decir que hubo una reducción de la población en edad de vejez.

Según la arquitecta, la proyección del envejecimiento para el 2050 era del 30 por ciento de la población, no obstante ya hay tanto colonias como municipios que se acercaron a dicha cifra.

Laredo además explicó que por años la Zona Centro de Saltillo reunió la vivienda de personas mayores pues eran las que consiguieron o construyeron casa ahí y además tuvieron un arraigo importante con el sector.

Salas asimismo mencionó que dichas cifras reflejan la urgencia de adaptar las viviendas para que las personas mayores puedan seguir haciendo su vida y no dependan de familiares o de contratar profesionales para cuidarlos.

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En ese sentido, explicó que hay “actividades de la vida diaria” que las personas deberían ser capaces de realizar por sí solas aún en edad avanzada como comer, bañarse o levantarse de la cama.

“Cuando un adulto mayor se convierte en una carga para la familia pues eso también conlleva muchos gastos económicos y hay muchas familias que no no aguantan el peso de esos gastos extras por pagar un cuidador por pagar una enfermera o pagar quién lo bañe”, explicó la docente de la Universidad Autónoma de Coahuila.

Por su parte, Héctor Laredo, quien además fue director del Centro Metropolitano de Saltillo, descartó que la ciudad sea la que se está haciendo vieja sino al contrario, señaló que se está modernizando.

“Lo que envejece es, en algún sector, las personas que lo empezaron a habitar. El problema es que la gente que por ejemplo vivía en el centro está muriéndose y se está despoblando. Hay muy poca gente que todavía vive en el Centro”, agregó el arquitecto.

En ese sentido, VANGUARDIA publicó el pasado 13 de octubre que Protección Civil Municipal identificó 35 casas en el centro de la ciudad con daños estructurales.

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Luego de analizar cerca de siete mil viviendas, la dirección determinó que siete de ellas están completamente abandonadas y su posible derrumbe representa un riesgo.

Al respecto, Griselda Salas indicó que es necesario poner atención a las adaptaciones que puedan hacerse a las viviendas y que las personas no tengan que mudarse a un asilo o una residencia.

“La vivienda tampoco se presta para que un familiar los cuide. Las condiciones físicas del espacio de vida no están dadas y eso complica muchísimo incluso que el adulto mayor pueda ser autosuficiente el mayor tiempo posible”, explicó.

PRONÓSTICO PARA LAS VIVIENDAS

En cuanto a la proyección de lo que puede ocurrir en un futuro con las casas de las personas mayores que eventualmente van a fallecer, Héctor Laredo explicó que se tendrían que analizar los cambios de usos de suelo.

Declaró que en el centro de Saltillo, al no poder mantener casas tan grandes, las personas optaron por comenzar a rentarlas por cuartos o espacios para poner negocios.

Asimismo, explicó que es poca la demanda de casas antiguas en el Centro de la ciudad, por lo que eventualmente se tendrán que adaptar a usos mixtos.

“Las construcciones viejas, por su edad, su forma de construcción y las regulaciones que se les imponen, terminan haciéndolas muy caras de mantener. Entonces renuncian a vivir y a mantener la propiedad”, declaró Laredo.

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En ese sentido, Salas coincidió diciendo que es probable que en el Centro de Saltillo ocurra un fenómeno similar a la colonia República en la que los herederos de grandes casas dividieron los inmuebles para hacer lotes pequeños y viviendas más reducidas.

Respecto a esa colonia, Laredo Martínez mencionó que sí se adecuó a las tendencias internacionales de hacer vivienda vertical, misma que además será cada vez más común en toda la ciudad.

Además Salas coincidió con Laredo en la vulnerabilidad de las condiciones estructurales del primer cuadro pues al ser de autoconstrucción, muchas no son bien valoradas para ser comercializadas por créditos bancarios o en el propio Infonavit.