Saltillo: ¡Saca los pasos prohibidos el párroco del templo del Ojo de Agua! (Video)
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De gusto por haber culminado los festejos en honor al Santísimo Cristo, el padre “Nacho” se puso a bailar colombiano
Después de largas jornadas laborales y el estrés de coordinar los tradicionales festejos en honor al Santísimo Cristo del Ojo de Agua, en Saltillo, el padre José Ignacio Flores Ramos, conocido cariñosamente como “Padre Nacho”, mostró un lado más relajado y festivo al bailar colombiano en el atrio del templo, ante la sorpresa y alegría de los presentes.
El “Padre Nacho”, quien es una figura querida entre los feligreses del recientemente nombrado Barrio Mágico, dejó ver su destreza en la pista, acompañado de un vecino del barrio. Con gran entusiasmo, el sacerdote demostró que, tras las responsabilidades religiosas, también hay espacio para el gozo y la celebración.
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La fiesta en honor al Cristo del Ojo de Agua culminó el pasado domingo con una gran participación de miles de saltillenses, quienes se congregaron durante el novenario que concluyó el sábado. El clímax de los festejos fue la tradicional quema de pólvora, iluminando el cielo de Saltillo y poniendo el broche de oro a una celebración que une fe y comunidad.
El padre Nacho, ampliamente reconocido por su labor evangelizadora y social en el barrio, también es el responsable de organizar el Vía Crucis viviente más multitudinario de la ciudad durante Semana Santa. Este año, sin embargo, su ausencia fue notable debido a una hospitalización de emergencia, aunque su dedicación y entrega siguen siendo altamente valoradas por la comunidad.
El obispo de Saltillo, Hilario González, elogió la gran labor del “Padre Nacho” en el barrio del Ojo de Agua, resaltando su compromiso no solo en la difusión del Evangelio, sino también en mantener vivas las tradiciones y el espíritu comunitario del lugar.
Estos festejos no solo reafirman la devoción religiosa de los saltillenses, sino que también destacan la energía y carisma de un líder espiritual que, después de todo, sabe cómo equilibrar la solemnidad con la alegría.
