Artistas solicitan el edificio que ocupaban la Secretaría de Cultura de Coahuila y la AIDH-UAdeC

Miembros de la comunidad artística y cultural de la región solicitaron al gobernador Manolo Jiménez que se les done el edificio que ocupaban en la esquina de Juárez e Hidalgo, en Saltillo, la Secretaría de Cultura de Coahuila y, posteriormente, la Academia Interamericana de Derechos Humanos.

Es la segunda vez que el gremio intenta obtener la céntrica propiedad, con el objetivo de crear un “centro para la cultura y las artes”. Hace casi seis años, 189 creadores, promotores culturales y periodistas de la entidad firmaron un oficio solicitando lo mismo al exgobernador Miguel Ángel Riquelme.

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En el escrito, que se hizo extensivo al exrector de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) Salvador Hernández, los interesados pidieron originalmente que el espacio fuera devuelto a la Secretaría de Cultura, con el fin de convertirlo en un centro cultural, “uso para el cual fue habilitado y restaurado desde hace décadas”.

Es la única institución “técnicamente capacitada y solvente, en términos de políticas públicas, recursos económicos y humanos, que puede devolverle la vocación de centro para la cultura y las artes”, se señala en la misiva.

El creativo, productor y empresario Sergio Castillo Lara declaró a VANGUARDIA que prácticamente todo el gremio está de acuerdo en la conveniencia de utilizar el inmueble, actualmente en abandono, pues reúne características únicas para el desarrollo de múltiples actividades artísticas y culturales, principalmente.

Su homólogo, Gustavo García Torres, señaló que, a pesar de desconocer la gestión realizada en 2019 ni de que esta se haya retomado, él “estaría de acuerdo en alguna iniciativa para plantear que el Gobierno del Estado recupere ese emblemático edificio”.

Asimismo, se pronunció a favor de “que se implemente, con el debido respaldo presupuestal, un plan de reactivación con el que pueda desplegarse un programa de actividades culturales y artísticas, que tanta falta hacen en la capital del estado”.

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En contraste, rechazó la idea de que la Secretaría de Cultura sea la institución más idónea para devolver a las instalaciones su “vocación centro para la cultura y las artes”, como lo señala el oficio en cuestión.

Al respecto, argumentó que “en la actualidad esa Secretaría más bien se caracteriza, excepciones contadas, por el poco impulso a la cultura y las artes. Así, el edificio en mención podría correr la misma suerte que, por ejemplo, el Teatro de la Ciudad Fernando Soler, el cual es inaccesible para los artistas escénicos locales”.

El también promotor cultural desde hace 40 años, Jesús Gerardo Segura, consideró que “este no sería el mejor momento” para que la dependencia estatal, a cargo de Esther Quintana Salinas, se hiciera cargo de un proyecto tan ambicioso como el planteado por los interesados.

“Cuando Ana Sofía García Camil estaba al frente de la Secretaría de Cultura era un buen momento para iniciar un centro cultural en el edificio de Juárez e Hidalgo, pero hoy en día, en que la dependencia solo se queja de la falta de presupuesto, lo conveniente sería que la comunidad artística y cultural, formalmente organizada, se encargase directamente de impulsar sus propios proyectos en ese lugar”, externó.

Las instalaciones quedaron deshabitadas después de que la referida academia, adscrita a la Universidad Autónoma de Coahuila, dejó el edificio de Juárez e Hidalgo para ocupar, en diciembre de 2023, el recinto “Derechos Humanos Siglo XXI”, que dicha casa de estudios le construyó en el Campus Arteaga.

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Por su parte, la Secretaría se trasladó hace un mes a la calle Miguel Hidalgo 468, tras haberse alojado desde 2022 en bulevar Luis Donaldo Colosio 1472, antes de lo cual residía en la esquina de bulevar Venustiano Carranza y calle Chihuahua, colonia República, tan pronto como abandonó el inmueble solicitado.

El gremio expone que las instalaciones de Juárez e Hidalgo contaban con una librería y una cafetería que funcionaban como “puntos de encuentro” de colectivos de artistas independientes, de modo que “ahí se hacía comunidad”.