Con 91 años, Don Pancho es el guardián de su plaza pública y ejemplo en Saltillo
Vecinos de la colonia Panteones, al poniente de Saltillo, cerca del Cerro del Pueblo, cuentan la historia de un hombre que con un carrito y herramienta básica mantiene desde hace 35 años la plaza Ejército Constitucionalista.
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A sus 91 años, las limitaciones físicas no le han impedido a Francisco Ramírez Reyna acudir todos los días a recoger basura, podar árboles, alimentar aves y en la medida de lo posible, reforestar.

Afirma no buscar dinero ni fama, sino mantener adecuadamente la plaza pública tanto para los vecinos de la Panteones como para quienes acuden de paso.
“Me da más satisfacción que la gente que viene al templo, viene y descansa aquí. Vienen a misa de cuerpo presente, la gente viene y se sienta aquí. Los que no quieren entrar a la Iglesia y eso me cae bonito. Es lo que le pido yo a Dios, ‘ayúdame Padre Santo, que ojalá lo que yo ande haciendo te agrade a ti’. Porque lo hago de todo corazón para beneficio de la comunidad, sin interés alguno más que la vegetación, la naturaleza”, dice en entrevista para VANGUARDIA.

Incluso antes de la construcción del templo de la Parroquia de la Sagrada Familia, ya Don Pancho era testigo del crecimiento de la colonia y a su vez, del terreno aledaño que se convirtió en su plaza predilecta.

Ramírez Reyna es originario de Laguna de Sánchez, en el municipio de Santiago, Nuevo León. Hace 60 años viajó con su familia a asentarse en Saltillo.
Don Pancho narró que llegó apenas con estudios de algunos años de primaria y conocer las habilidades de “la labor”. Trabajó en un taller y en un hotel, hasta que en la Panteones le dieron trabajo como jardinero.

Afirma vivir de la pensión que se le otorga por haber trabajado como empleado del Municipio en el área de servicios primarios, además de la pensión del Seguro Social y la Pensión de Adultos Mayores del Bienestar.

Sus vecinos además cuentan que Don Pancho barre banquetas y poda árboles cercanos a la Plaza, además de que ha perdido la vista por la soldadura de los juegos infantiles.
El propio Don Pancho cuentan que cerca de los años 1990, llegó a tener un pequeño criadero de animales parecido a un zoológico. Contaba con especies como gatos monteses, mapaches, coyotes, águilas, cuervos y zorros.

PIDE AGUA Y COOPERACIÓN VECINAL
Don Pancho contó que en los últimos meses ha tenido complicaciones para regar de manera adecuada los árboles de la Plaza.
Contó que cuando comenzó a cuidarla tenía a su disposición una toma de agua que después fue retirada.

“Aquí no le pido yo al Municipio nada, nomás a Dios. Yo compro escobas, tengo mi carretilla, tengo toda la herramienta para trabajar, porque no me gusta andar trabajando con herramientas ajenas. Pero sí, lo que más nos está faltando es el agua”, comentó.
Don Pancho también consideró que tanto en la Plaza Ejército Constitucionalista como en otras tantas, los vecinos han dejado de realizar acciones en favor de cuidar sus plazas públicas.

“Si todos fuéramos conscientes. Todos trajeran una tinita de agua, echarle a un arbolito, que hubiera esa conciencia porque es para todos”, apuntó.
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