El viejo problema de la proliferación de baches tiene solución definitiva, pero... no hay dinero: Javier Díaz
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Las lluvias de julio casi alcanzaron el promedio anual de precipitación, lo que agravó el deterioro de calles y provocó deslaves en varios sectores de Saltillo
A pesar de que la proliferación de baches ha sido un problema recurrente en Saltillo durante al menos las últimas 15 administraciones municipales, el alcalde Javier Díaz dio por sentado que su gobierno tendrá que seguir utilizando los mismos materiales y técnicas tradicionales para bachear y recarpetear la ciudad.
El principal inconveniente para una solución definitiva es la falta de presupuesto, pues la aplicación de concreto hidráulico, por ejemplo, representa “una gran diferencia en el precio” respecto a lo que se invierte en aglomerado asfáltico, que se ha venido utilizando, explicó.
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“Yo también soy de la idea de que, si tuviéramos el recurso, le pudiéramos entrar al concreto hidráulico en las diferentes vialidades”, declaró el jefe de la comuna, ejemplificando enseguida: “en el bulevar Colosio viene un arroyo, pero en la curva, situada enfrente del fraccionamiento Villa Bonita, ese arroyo ya está totalmente tapado”, después de varios años de agua pluvial con desechos.
“Nosotros ya lo empezamos —prosiguió— a desazolvar, buscando que tuviera un cauce, lo cual ayudó en las últimas semanas, pero ese arroyo, tanto en el mes de septiembre de 2024 como el 6 de julio pasado, se fue totalmente hacia el bulevar y destrozó (la carpeta asfáltica de) la entrada del fraccionamiento Alcázar”.
“En el tema de pavimento, con una gran cantidad de centímetros, mucho más de lo normal, nos sale alrededor de 2.3 millones de pesos esa parte nada más; y cuando lo cotizamos en concreto hidráulico, el costo se nos disparaba a 6.9 millones de pesos. Nunca pensé que iba a ser tanta la diferencia”, explicó.
Al considerar la diferencia —de unos 4.5 millones de pesos entre ambos presupuestos solo para cubrir “un tramito”—, el presidente municipal comentó: “Ahora imagínate que quisieras meterle concreto hidráulico a un bulevar de tantos metros de longitud y en ambos sentidos... saldría en más de 50 millones de pesos un tramo que, a lo mejor, no sería tan largo”.
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Sin embargo, Díaz González estimó que “hay que buscar la forma de cómo poder trabajar... Hay que hacer las eficiencias presupuestarias, hay que ver la estrategia y hay que atacar de acuerdo con las posibilidades que tengamos los diferentes órdenes de gobierno”.
“Hay que atacarle, y atacarle de la mejor manera; hay que hacerle frente como le tengamos que hacer frente y, en este momento, a lo que sí nos estamos abocando es a incrementar nuestra cantidad de brigadas de bacheo, a aumentar la cantidad de equipamiento y de material...”.
El alcalde hizo notar la “cantidad impresionante de lluvias” que han caído sobre la ciudad, en deterioro de la misma: cada año, en Saltillo llueven alrededor de 400 milímetros, pero tan solo en julio pasado, las precipitaciones fueron de más de 370 milímetros, de acuerdo con datos de Protección Civil municipal.
“Esto ha generado destrozos en algunos sectores de Saltillo, tanto en el tema de pavimento como en algunos deslaves en arroyos de diversas avenidas, de las que se comió parte del pavimento. Algo que es muy notorio es la cantidad de baches que se han generado”, de los cuales se han reparado 35 mil, refirió.
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“También hay que decirlo —apuntó—, tenemos un deterioro del pavimento en diferentes sectores de Saltillo bastante interesante, bastante grave, por lo que hay que buscar la manera de cómo entrarle a fondo para poder reconstruir y seguir mejorando la calidad de vida de todas y todos los habitantes”.
Según testimonios y registros periodísticos, fue en el gobierno del exalcalde Rosendo Villarreal (1991-1993) cuando, a causa de las lluvias y la falta de mantenimiento, prácticamente colapsó la carpeta asfáltica de innumerables calles y arterias de Saltillo, de ahí el mote de “Bachendo” que se le impuso al munícipe.
Aunque los hoyos en las calles y vías principales siguieron apareciendo a granel en las siguientes administraciones, el problema volvió a hacer crisis en el periodo del expresidente municipal Humberto Moreira y, posteriormente, en la gestión del exalcalde Isidro López (2014-2017), cuando se intentó tomar en serio el problema, adquiriéndose una máquina bacheadora a la que se denominó “La Imparable”.