Gente de Saltillo: Un mural de tatuajes, trueques y dinámicas; Lilith y su nueva forma de tatuar

Diariamente, vemos gente tatuada caminando por la calle, los brazos, piernas e incluso a veces pechos o cabezas saltillenses pintan la pluralidad de las personas que habitamos la ciudad, pero alguna vez te preguntaste, ¿cómo se preparan las personas que tatúan?, Lilith nos cuenta su experiencia.

Lilith una tatuadora saltillense quien nos cuenta cómo empieza un tatuador, además de explicarnos por qué va más allá de un oficio, no es “solo tatuar a la gente”, desde la pasión en el trazo, hasta crecer con tus clientes.

Porque nadie nace sabiendo, en búsqueda de perfeccionar sus habilidades sin dañar a terceros, desde tatuar en cáscaras de naranja hasta tener que dejar curando pieles para comenzar a pintar.

“Pues mira, no siempre se utilizan las pieles sintéticas para perfeccionar tu técnica, en ocasiones te la rifas practicando en cáscaras de naranja y por más batalloso que sea, aprendes a rayar en piel de cerdo”, expresó.

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Nos cuenta cómo tenía que pasar la piel del animal por un procedimiento de limpieza, en el que primero se dedicaban a lavar con jabón en polvo, para posteriormente terminar por remojarlo en vinagre con el objetivo de “quitarle el olor”.

Asimismo expresa que los mismos amigos y familiares, en muchas ocasiones están dispuestos a desarrollar el papel de sujetos de pruebas, donde ellos solo dicen “tú tatúame y ya veremos como sale”.

Siendo de esta forma que la experiencia y los clientes van dando el reconocimiento a sus tatuadores, puesto que según sus declaraciones “los clientes normalmente vuelven con el mismo tatuador”.

Es de esta forma en la que Lilith expresa que en ocasiones sus clientes crecen con ella, debido a que ha notado como muestran cambios positivos en su carácter, en comparación con las primeras sesiones.

“Definitivamente, los notas diferente, vienen más animados, al principio no hablan y solo te dejan trabajar, pero va pasando el tiempo y te cuentan sus cosas con toda la confianza del mundo”, dijo.

De tal forma en que las personas que pasan por su estudio, terminan de una u otra forma dejando un recuerdo en ellos, pero que desde su última mudanza una casualidad los llevó a añadir sus trabajos como parte de la calidez del estudio.

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“Nosotros teníamos en una bolsa aparte todas las impresiones de los diseños y un día María comenzó a pegarlos en la pared, desde ahí hemos llenado la pared con los diseños de nuestros clientes y hasta cierto punto una parte de ellos se queda aquí, porque los recordamos”, externó.

Es por eso que Lilith cambió la forma de hacer sus pedidos, añadiendo dinámicas como lo son una tarjeta de cliente frecuente o el “Trueque por tatuaje”. En esta última, cambian desde libros hasta muebles por tattoos.

“Muchas veces en casa tenemos algo que ya no ocupamos, entonces no tenemos como deshacernos de ellas y en Lilith se las cambiamos por rayas, nosotros muchas veces las revendemos y sale ganancia, pero al final de una nueva forma de inculcar esta cultura”, dijo.

Es como los dibujos o frases que personas han decidido plasmar en su piel, traen impresas tanto la historia que lo lleva, así como toda una trayectoria de la persona que los plasmó, desde años de práctica hasta la pasión por su trabajo.