Lanza Obispo de Saltillo llamado a la unidad y servicio

Saltillo
/ 19 enero 2025

Monseñor Hilario González García, su mensaje anima a los fieles a utilizar los dones recibidos para servir a los demás

En un emotivo mensaje previo a la celebración de la misa dominical en la Catedral de Santiago, monseñor Hilario González García, Obispo de la Diócesis de Saltillo, destacó la importancia de ser reflejo del amor de Dios en las comunidades, tomando como inspiración el Evangelio de las Bodas de Caná, que narra el primer milagro de Jesús.

“El Evangelio que hoy se escucha es el de las Bodas de Caná, el primer signo que Jesús realiza según San Juan. Este signo despertó la fe de los discípulos y los animó a seguirlo con mayor seguridad. En esta homilía, invitaré a todos a ser signos de ese amor de Dios, mostrando compasión y misericordia en nuestra vida cotidiana”, expresó Monseñor González.

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La celebración litúrgica coincide con el inicio del tiempo ordinario del Año Litúrgico, un periodo en el que los cristianos están llamados a reflexionar sobre su vocación dentro de la Iglesia y a renovar su compromiso de fe.

EL SIGNIFICADO DEL MILAGRO DE CANÁ

Monseñor explicó que el milagro de Caná es un símbolo de la alianza que Jesús establece con la humanidad: “Jesús llega a nuestras vidas como un amigo, dispuesto a transformar nuestras carencias con su gracia. Su acción en nosotros nos impulsa a seguirlo con fidelidad y confianza”.

También resaltó la importancia del papel de la Virgen María en este episodio del Evangelio: “Ella es la primera creyente, quien intercede ante su Hijo por la humanidad. María nos enseña a llevar nuestras necesidades a Jesús y confiar en su poder transformador”.

En el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, Monseñor Hilario subrayó la importancia de reflexionar sobre las raíces comunes de fe que comparten las distintas iglesias cristianas. Asimismo, destacó que el cuidado de la creación es una forma de responder al amor de Dios: “El cosmos es el primer escrito que Dios nos da, y en su contemplación podemos encontrar su presencia”.

El Obispo concluyó su mensaje animando a los fieles a utilizar los dones recibidos para servir a los demás: “Seamos signos vivos del amor de Dios para que el mundo crea que Jesucristo es el Hijo de Dios, Señor y Redentor de la humanidad. Que la misericordia de Dios nos guíe a vivir en su paz y a ser testimonio de su amor”.

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