Las muertes en la Plaza de Armas de Saltillo

A esta plaza la gente no siempre fue a pasar un buen rato sentado en una banca, también hubo quienes acudieron para ser ejecutados mediante la horca

Saltillo
/ 16 julio 2022
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Por la plaza más antigua de Saltillo se pasea la muerte. A la historia de la Plaza de Armas la acompañan sus claroscuros. En ese lugar se han realizado desde conciertos musicales hasta ejecuciones en la horca.

Ahí por donde caminas junto a unas palomas que buscan comida, ahí donde está la fuente de Las Ninfas, ahí donde te sientas en una banca, ahí le quitaron la vida a personas. En el cruce de las calles Benito Juárez y Miguel Hidalgo, en la Zona Centro.

Documentos históricos, señalan que durante la ocupación estadounidense en Saltillo (1846-1848), en la Plaza de Armas se ejecutaron a mexicanos mediante la horca.

Recordemos que cuando México logró consumar su Independencia, Estados Unidos tuvo intenciones de tomar parte del territorio mexicano, por lo que se comenzó una invasión.

En una edición de aquella época publicada por el periódico Matamoros Flag, se indica que en 1847, mataron por horca a cinco guerrilleros mexicanos en la entonces conocida como Plaza de Independencia (hoy Plaza de Armas).

$!Desde hace siglos, este sitio es ocupado para paseos y descansos.

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Si bien se desconoce los nombres de los fallecidos, sí se sabe que se les acusó del asesinato de tres soldados de Mississipii en el Paso de Rinconada, es decir, en el camino que existía entre Saltillo y Monterrey.

Tan solo un mes más tarde, del 18 al 20 de enero de 1848, los norteamericanos ejecutaron por horca a seis mexicanos más en la Plaza de Armas.

Sus nombres aparecen en el Archivo Parroquial de la Catedral de Saltillo: Pascual Morales; José María Durán Arreola, Inés Zamarrón, Felipe Espinosa, Juan Morales y N. Castillón. A ellos se les acusó del asalto a un correo.

La tradición oral cuenta que por esas mismas fechas, en 1848, el guerrillero conocido como el “Rey Dormido” y sus 12 aliados, fueron capturados en la sierra y llevados a la plaza para ser ejecutados.

Se contó entre voces que aquel día todos los habitantes de la ciudad estaban reunidos en la Plaza de Armas. Entre las campanas y tambores, también sonaron los martillazos de los obreros que construyeron el cadalso.

Lo colocaron frente al Ayuntamiento, actualmente Palacio de Gobierno. El cadalso consistió en dos postes y una viga transversal, de la que colgaron cuerdas de igual tamaño.

Que si los ejecutados eran inocentes o no, o que si les cumplieron algún último deseo antes de perecer, son dudas que cada quien puede resolver según como prefiera que termine esta historia.

Y sobre la Plaza de Armas, el plano más antiguo que se tiene de la capital coahuilense data de 1835, donde ya aparece delimitada la zona de la plaza.

Se desconoce desde cuando se le llama Plaza de Armas, nombre que hace referencia a las plazas medievales en Europa, donde se repartían los pertrechos antes de iniciar una lucha.

Entre festejos por el Grito de Independencia, celebraciones del Santo Cristo y el más reciente concierto de Julión Álvarez por el Día de las Madres, la Plaza de Armas ha transformado sus acontecimientos de muerte en algarabía.

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Y aunque entre festejos esconda su pasado, los documentos históricos y la tradición oral se encargarán de recordarnos ese ayer, cuando al menos 24 hombres fueron ejecutados en la horca mientras se desarrollaba una guerra.

*Con información de Javier Villarreal, Carlos Recios, Esteban Portillo, Archivo Municipal de Saltillo.

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