Saltillo: Casa del Migrante busca nuevas fuentes de financiamiento tras recorte de fondos internacionales

A una semana del recorte de personal derivado de la suspensión de apoyos internacionales, en la Casa del Migrante de Saltillo aún no hay afectaciones visibles en su operación diaria. Sin embargo, su coordinador de Atención Humanitaria, José Luis Manzano, reconoció que el panorama podría complicarse en los próximos meses, especialmente en el área jurídica, por lo que ya se están tomando medidas de ajuste y se exploran nuevas alternativas de financiamiento.

“El impacto viene de decisiones tomadas desde el gobierno de Donald Trump”, explicó Manzano, al señalar que desde el año pasado, incluso antes de las elecciones federales en México, dos financiadoras clave anunciaron que suspenderían apoyos a organizaciones en el país y en América Latina hasta tener mayor claridad sobre el entorno político. “Hablamos de proyectos que estaban sostenidos hasta en un 80 por ciento con fondos provenientes de Estados Unidos, particularmente de USAID, que también ya cerró completamente”, señaló.

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En Saltillo, el área jurídica operará con apenas dos personas, mientras que en Torreón, donde ya sólo había una abogada, su jornada fue reducida a medio tiempo. “Eso va a implicar que quizá tenga que hacer esfuerzos para atender a distancia a algunas personas que se acerquen allá”, advirtió el coordinador. En Piedras Negras se mantiene la misma estructura limitada.

De momento, indicó, han tenido que ajustar sus metas e indicadores para este año a fin de no comprometer la continuidad del proyecto. La prioridad es sostener los servicios esenciales, como asesoría legal, atención psicológica y alojamiento, aunque la cobertura jurídica es la que más riesgo corre.

Actualmente, cuentan con apoyo económico de la Fundación Empresarios de Coahuila, pero este está específicamente etiquetado para alimentos, salud y actividades lúdico-educativas con niñas, niños y adolescentes, por lo que no se puede destinar a otras áreas. También reciben financiamiento por parte de ACNUR, y mantienen abiertas otras gestiones, aunque los márgenes se han estrechado.

“Es un tema complejo porque muchas financiadoras ya se retiraron no solo de México, sino de toda América Latina”, explicó Manzano. Además, las prioridades de esas instancias han cambiado: “Ya son menos las que apoyan atención humanitaria; la mayoría se está enfocando en litigio estratégico y temas legales muy específicos”.

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Al referirse a relaciones con el gobierno, José Luis Manzano recordó que hace más de una década, existió un intento de colaboración que fue suspendido tras dispersiones de recursos. “Se detuvo porque, a pesar de recibir financiamiento, continuábamos realizando denuncias públicas y privadas por las vejaciones que sufrían las personas migrantes”, explicó.

En contraste, dijo que actualmente mantienen una relación cordial con distintas instancias del gobierno. “Con la Secretaría de Salud tenemos muy buena relación para atención en servicios médicos; con el INEA (Instituto Nacional de la Educación para los Adultos) también, para el tema de educación para adultos”, comentó.

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Desde enero, la Casa del Migrante en Saltillo ha mantenido un promedio de entre 40 y 60 personas por día. Este jueves, por ejemplo, atendían a 45, entre quienes buscan alojamiento, requieren una estancia temporal o acuden por asesoría jurídica o psicológica. Algunos ya no viven dentro del albergue, pero regresan cuando enfrentan alguna dificultad.

A pesar de los desafíos financieros, Manzano afirma que seguirán operando mientras sea posible. “Vamos caminando según vamos pudiendo, y según vamos viendo oportunidades”, concluyó.