Sorprenden Reyes Magos con festejo para niños de Ampliación Rincón de los Pastores
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Clubes de motociclistas llevaron alegría a niños del sur de la ciudad con piñatas, dulces y juegos, y al festejo se les sumó Santa Claus con sus duendes
Pasaba del mediodía del domingo 5 de enero cuando los Santos Reyes, adelantándose a su celebración, agarraron descuidados a los pequeños de la colonia Ampliación Rincón de los Pastores.
Sólo que esta vez no llegaron montados en camellos, ni en caballos ni en elefantes, sino en máquina de acero que irrumpieron con sus potentes motores cargados con piñatas, dulces, pastel, ropa, en el solar de la casa de doña Aleja, la anfitriona de la fiesta.
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El cotorreo navideño se armó gracias a la iniciativa del Motoclub Panteras Negras Saltillo y Matehuala, los Biker Sin Quehacer, Black White, Rucos, Pipe y La Gata, además de otros motociclistas independientes que se unieron a la causa de regalar un momento de alegría para los niños de esta colonia del sur poniente de la ciudad y en la que, dicho sea de paso, proliferan los tejabanes.
Apenas se corrió la voz, hordas de chiquillos que viven en este sector ya estaban participando en los juegos organizados por los superhéroes Batman y Spiderman, que acompañaban a los Reyes Magos, estos ataviados con cascos, chamarras negras de piel y botas, como todos unos bikers.
La hora de romper la piñata, tres estrellas de llamativos colores que ondeaban en el viento como la Estrella de Belén y de las que cayó como meteorito una lluvia de dulces, fue al alborozo de los críos que se lanzaron al suelo de tierra para ganar las golosinas.
Luego a formar fila para el bolo, el pastel, un jugo.
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Y no podía faltar la emocionante sesión de fotografías de los chicos trepados en la moto legendaria de don Benjamín Velázquez García, el fundador y líder de Panteras Negras.
La fiesta de los Santos Reyes Magos, cerró con la sorpresiva presencia de Santo Claus, que a pesar del inusual calor que hacía, llegó desde el Polo Norte metido en su acogedor traje rojo, montado en su caballo de acero y escoltado por uno de sus duendes, para tomarse fotos con los niños que ni se la creían.
Bien entrada la tarde vino el final del festejo con la promesa de los Magos de Oriente de volver el próximo año.
