‘Se requieren políticas públicas para atacar el pandillerismo en Saltillo’, afirma la investigadora Martha Virginia Jasso Oyervides

El aumento de las situaciones de violencia que aquejan las colonias de Saltillo debe solucionarse de forma urgente y con medidas basadas en la educación, la cultura y el acondicionamiento de los espacios públicos para fomentar valores como la comunidad.

Así lo considera la profesora investigadora de la Facultad de Trabajo Social de la UAdeC, Martha Virginia Jasso Oyervides, al señalar que después del confinamiento la población se ha visto colapsada con problemas de salud mental y diversas representaciones de la violencia, tanto en entornos familiares como de la sociedad en general.

Eso se debe a que el aislamiento avivó la tensión y el estrés generados por preocupaciones relacionadas con la seguridad, la salud, la economía, y las relaciones interpersonales, especialmente entre los grupos de adolescentes y jóvenes.

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“Sabemos que los jóvenes buscan esos espacios de recreación, de convivencia y sobre todo un lugar dónde encuentren identidad.

“En muchos casos se agrupan porque tienen algo en común, puede ser que sean expulsados de alguna casa o sitio de vivienda y lo que hacen es recurrir a las pandillas, aprovechándolas para reforzar o expandir su control sobre el territorio donde se encuentren y generar un sentido de pertenencia”, comenta la especialista.

Por otro lado, propone una teoría sobre la falta de educación integral que reciben desde la primera infancia, tanto en el hogar como en la escuela, sumando a esto la falta de espacios públicos que permitan su desarrollo fuera del ámbito de las violencias.

“Sabemos que en muchos casos se replica lo aprendido desde casa y en situaciones de conflicto los vecinos suelen responder con actos violentos porque ese es su punto de referencia, así lo aprendieron; sabemos que la violencia genera más violencia y aun así la practicamos”, reflexiona Jasso Oyervides.

Por eso, insistió en que es importante que tanto las instancias gubernamentales, así como las organizaciones no gubernamentales se dediquen a establecer programas de acceso público, que fomenten la cultura, la educación, el deporte y entre otras actividades que ayuden a reformar el tejido social en los distintos sectores de la ciudad.

“Vemos sectores muy violentados, por ejemplo, existen colonias en donde viven adultos mayores y observamos que son susceptibles a la delincuencia, el robo, de agresión cometida por parte de personas que pareciera que ya no habitan ese sector;

“Yo creo que nunca habrá suficientes patrullas para poder mantener seguro un territorio, pero si existen otras medidas a las que se puede recurrir y son aquellas de organización, que alienten a los vecinos a pensar en su comunidad, la parte recreativa, cultural, hace falta mucho trabajo multidisciplinario en las colonias”, consideró la investigadora.