Se suma
Iglesia a
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La Diócesis de Saltillo analiza la apertura del “Centro de Escucha” para personas que han sido víctimas de alguna expresión de violencia, como una intervención más de la Iglesia para la construcción de la paz.
Así lo aseguró monseñor Hilario González García, obispo de Saltillo, luego del encuentro eclesial y asamblea de obispos en la Ciudad de México, con la participación de más de 600 religiosos y laicos de todas las edades del país.
“Una experiencia enriquecedora para tratar temas como la construcción de la paz, familia, vocación, la vida, migrantes, adolescentes, sinodalidad y el caminar juntos como Iglesia que permitan diseñar estrategias de intervención desde la Iglesia”, expresó Monseñor.
Aunque admitió que la principal preocupación para decenas de Obispos es la inseguridad, el tema de la violencia y por eso la necesidad de construir la paz y crear criterios o mecanismos desde la familia para combatir la violencia.
“Esto implica dedicación, disciplina, ser artesanos de la paz, pero para la Iglesia el reto más importante actual es el de desarrollar dentro de su pastoral social estos encuentros de escucha, donde las víctimas o sociedad en general puedan encontrar paz”, explicó Monseñor.
Agregó que para lograr lo anterior, la Diócesis habló de realizar acompañamientos desde la familia, centros de escucha para las personas maltratadas y la educación de la paz desde los más pequeños.
“Vamos a tener que pensar bien cómo ofrecer ese lugar para que sean escuchados, ya hay un Centro Juvenil y Social, donde se ha ofrecido la escucha o atención pastoral de manera particular pero debe ser algo orgánico y pueda replicarse en cada vicaría, zona conflictiva o parroquia.
Pero habrá que sentarnos a ver cómo deben funcionar dichos Centros”, consideró el obispo Hilario González.
“Esto implica dedicación, disciplina, ser artesanos de la paz pero es para la iglesia el reto más importante actual el de desarrollar dentro de su pastoral social estos encuentros de escucha, donde las víctimas o sociedad en general puedan encontrar paz”, explicó Monseñor.
Agregó que para lograr lo anterior, la Diócesis habló de realizar acompañamientos desde la familia, centros de escucha para las personas maltratadas y la educación de la paz desde los más pequeños.
“Vamos a tener que pensar bien cómo ofrecer ese lugar para que sean escuchados, ya hay un Centro Juvenil y Social, donde se ha ofrecido la escucha o atención pastoral de manera particular pero debe ser algo orgánico y pueda replicarse en cada vicaría, zona conflictiva o parroquia.
Pero habrá que sentarnos a ver cómo deben funcionar dichos Centros”, consideró.