Senderismo en Coahuila: o de cómo responder al llamado de las montañas
Hacerse uno con la naturaleza es la mejor decisión que podemos tomar; si hay alguna duda lean estas singulares reflexiones
Los queremos invitar a que dos domingos al mes nos acompañen y se sumerjan en una lectura que es una loa a la naturaleza y las montañas que se encuentran en la Región Sureste de Coahuila.
Aquí compartiremos la pasión de caminar senderos y apreciar los detalles que nos regala la naturaleza al estar a cielo abierto. Somos Yesika Velázquez, Iesué López y Edgar Márquez, de Coahuila Natural, quienes junto a un gran equipo lleno de talento les mostraremos la gran aventura que significa vincularse más con la naturaleza, a la vez de que logremos conectar a una gran comunidad amante de las montañas y el senderismo.
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Naturaleza alrededor, olor a pino, tierra húmeda y muchos colores. Sentir paz y libertad. Estos sentimientos son obsequios que se obtienen al adentrarse en el mundo que se descubre al caminar en la montaña a través de la práctica de un deporte outdoor llamado senderismo.
ES UNA EXPERIENCIA SENSORIAL
Dentro de Saltillo y en sus alrededores, hay sitios en los que la gente practica este deporte, como: el Cañón de San Lorenzo, el Cerro del Pueblo, el Picacho o el Camino del Cuatro.
Cerca de la localidad de San Antonio de las Alazanas se ubican Los Oyameles, La Martha, La Viga, Las Nieves y El Coahuilón, entre otros.
En la región hay aproximadamente una decena de grupos de senderismo a los que integrarse para conocer los principios básicos de este deporte.
Las visitas a las montañas siempre son extraordinarias, desde el encuentro sorpresa con animales nativos o disfrutar de la delicada flora, nos enseñan a ser más respetuosos y cuidadosos con los lugares que nos abren sus “brazos” cada que los visitamos.
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Practicar senderismo es un regalo. Es más que acumular kilómetros, es obtener experiencias de vida, es agradecer a Dios por el regalo del entorno natural, porque es en medio de estos majestuosos lugares, donde podemos conectarnos y comprender cuánto nos ama gracias a su obra. Es abrir el corazón, el alma y el espíritu con una actitud de deleite.
TODO SON BENEFICIOS
A través de este deporte podemos hacer algo saludable por nuestro cuerpo, sanar nuestro espíritu y fortalecer nuestra mente. Nos volvemos más receptivos y sensibles.
Se ven con otros ojos los retos de la vida, no nos asustan, ni nos detienen, entendemos que al igual que en la caminata en la montaña, cada reto se supera un paso a la vez, hasta llegar a la meta.
Aprendemos a caminar no solo con las piernas, también con los ojos y oídos. Sí, con sentidos “abiertos” para contemplar y escuchar los sonidos de la grandeza que nos rodea. Es sentir los latidos del corazón y la respiración mientras admiramos las imponentes cumbres.
Escuchar el trino de los pájaros y su movimiento al revolotear entre los arbustos. Poder apreciar los colores de los senderos, el sonido del viento en conjunto con las hojas de los árboles y el susurro de los insectos, es como casi poder tocar la gloria por el tiempo que dura el recorrido.
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Todo lo anterior responde a una voz dentro de nosotros que escucha el llamado a la montaña. Un llamado a la relación respetuosa, armónica y llena de admiración hacia la sierra por todo lo que se encuentra en ella.
El filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han inicia su libro “Loa a la Tierra, un viaje al jardín”, con estas líneas: “Un día sentí una profunda añoranza e incluso una aguda necesidad de estar cerca de la tierra” y este sentimiento es la invitación sincera que nos extiende la naturaleza para disfrutar de ella, así que aceptémosla con la expectativa de que estará dispuesta a sorprendernos siempre.
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