Sitio arqueológico de Cuatro Ciénegas es dañado por saqueadores
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Los saqueadores alteran el paisaje de 3 mil años de antigüedad en Coahuila buscando piezas de valor para vender en el mercado negro
Daños incalculables habrían ocasionado saqueadores al Cañón de la Lagartija, un sitio arqueológico ubicado en el municipio de Cuatro Ciénegas, Coahuila, sitio que alberga pinturas rupestres de los primeros habitantes de la región y que representan la cosmovisión de los cazadores que vivieron allí hace miles de años.
El delegado del INAH en Coahuila, José Francisco Aguilar Moreno, confirmó al diario Milenio que se presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República contra los responsables del saqueo, ya que dañaron algunos de los 16 abrigos rocosos que datan de al menos 3.000 años de antigüedad y siguen siendo objeto de investigación.
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La protección permanente de estos abrigos se ha vuelto difícil debido a su extensión y topografía, lo que ha llevado a actos de saqueo recientes. Gracias a una denuncia anónima realizada al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se descubrió que dos de los abrigos habían sido alterados, lo que representa una pérdida significativa de información valiosa para la investigación.
El arqueólogo Yuri de la Rosa Gutiérrez destaca la importancia de distinguir entre los abrigos rocosos que contienen vestigios y los que no. Los abrigos con vestigios son considerados unidades arqueológicas y se cree que fueron utilizados para actividades rituales y cotidianas, como la fabricación de herramientas, el procesamiento de alimentos y la creación de pinturas rupestres.
El Cañón de la Lagartija es un sitio arqueológico que no está oficialmente abierto al público, pero se ha vuelto popular entre los turistas en los últimos años. Durante la pandemia, muchas personas comenzaron a explorar áreas despobladas, lo que representa un riesgo para los sitios arqueológicos y también para los propios turistas.
Según Yuri de la Rosa, los responsables del saqueo son los habitantes del pueblo cercano al sitio, ya que conocen el valor de las piezas en el mercado negro. En el pasado, solían saquear las cuevas y vender las piezas a compradores estadounidenses. Cuando se recuperan las piezas, se realizan investigaciones y se presentan denuncias para llevar a los responsables ante la justicia.
Este reciente saqueo en el Cañón de la Lagartija destaca la necesidad de una mayor protección y custodia de los sitios arqueológicos, así como la importancia de la responsabilidad compartida entre la población y las instituciones encargadas de preservar el patrimonio cultural.
