Un grito de justicia en Saltillo; feministas piden por Érika
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Decenas de mujeres se reunieron en el centro de la ciudad, donde pedían por Érika, y por todas las demás
Otra vez el grito de “justicia” retumbó en el primer cuadro de la ciudad, otra vez mujeres sin ningún parentesco se unieron para alzar la voz, para demostrar que no están solas y que si tocan a una responderán todas, otra vez la plaza Nueva Tlaxcala fue el punto en donde decenas de mujeres se manifestaron, gritaron, exigieron seguridad y se abrazaron, otra vez, algo que no debió de haber pasado, pasó: una mujer fue asesina por su pareja, otra vez un feminicidio causó indignación, rabia e impotencia.
...Apenas cuatro meses después de que se hiciera la misma petición con el feminicidio de Evelyn. Flores, veladoras, cruces rosas y pancartas que rechazan la violencia contra las mujeres fueron colocados en un altar a espaldas de Palacio de Gobierno.
No hubo autoridad que se acercara al agrupamiento, solo agentes estatales que documentaron con fotografías la protesta. “No estás sola”, gritaban las presentes cada vez que una de ellas tomaba el micrófono y expresaba su miedo o compartía una anécdota de violencia.
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La cita fue a las 17:00 horas; desde esa hora comenzaron a llegar mujeres de todas las edades, la mayoría con pañuelos morados, con velas, cruces rosas, fotos y letreros de víctimas de feminicidio, de alguno de los 24 casos que se presentó el año pasado, pero todas coincidían en algo: indignación y coraje.
Cuando comenzó a aumentar la multitud, una bocina sonaba con la Canción Sin Miedo, de Vivir Quintana, que era el coro que replicaban a una voz, mientras ponían las velas y las cruces en el piso y comenzaban a hacer uso del micrófono para exigir a las autoridades que caiga todo el peso de la ley en contra de la ex pareja de Erika, Raymundo “N”, quien es señalado de cometer el segundo feminicidio de este año en el Estado.
Más de una hizo empleo de la palabra, relatando casos de violencia, casos de secuestro, dando nombres de las que ya no están, que fueron arrebatadas de este mundo por manos de hombres violentos; más de una levantó la voz esa fría tarde de invierno en donde el viento soplaba fuerte, pero no lo suficiente para apagar las velas que colocaron en honor a Erika.
No fue hasta que cayó el atardecer que dieron por concluida ese mitin, más no la lucha y la sed de justicia para este y todos los casos de feminicidio y de violencia contra ellas.
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