La desgracia que envuelve a los Pumas
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Se les avisó que el proyecto de Rafael Puente del Río no era el más adecuado
Una desgracia lo que ocurre con los Pumas. Se les avisó que el proyecto de Rafael Puente del Río no era el más adecuado para recuperar al equipo, después del vergonzoso torneo con el argentino Andrés Lillini.
Las cosas no han mejorado, sigue la caída y quién sabe si alguien la pueda detener, porque ya vimos que Puente y su cuerpo técnico, no.
Desde que se le hizo un contrato de seis meses al entrenador, para este Clausura 2023, quedó claro que era muy poca la confianza que se le tenía, pero se le cumplió el capricho al Dr. Miguel Mejía Barón.
La apuesta por el entrenador no ha resultado hasta el momento.
Si querían experimentar con ideas nuevas, debieron darle oportunidad a entrenadores jóvenes, que realmente están identificados con la institución y que ahora trabajan en las inferiores.
El torneo ha sido un ir y venir de frases infladas, declaraciones llenas de paja, argumentos poco creíbles y trabajo de cancha cuestionable.
Cada vez que se abre la boca, es para escuchar palabras como “a los jugadores, primero felicitarlos, porque tienen un orgullo y un amor propio que es ejemplar y que valoramos, reconocemos y agradecemos. Vestir esta camiseta implica nunca bajar los brazos y este equipo si algo tiene es que nunca claudica y baja los brazos. Respeto y respetaré la opinión de la gente; al final, tiene todo el derecho de estar de acuerdo o no con la presencia de tu servidor. Yo sí me ocupo para pretender comandar este grupo con fortaleza mental. Si no la tengo yo como líder, evidentemente no podré permear ésta en mis dirigidos. Donde no llegan tus piernas, llega el corazón, y si algo tiene este equipo, es corazón”.
¡Basta! No más de esto que aturde, desgasta y confunde. Acaben con este discurso engaña bobos.
Más trabajo cancha, más entrenamiento con balón, más jugadas estudiadas, más contacto con el pasto, más práctica de tiros a gol, más inteligencia para resolver jugadas y mejorar en defensa.
Los números del actual entrenador son pésimos; aun así, dirige a uno de los equipos más importes de México: 73 partidos, con 40 derrotas, 20 triunfos y 13 empates.
Puente del Río y su gente necesitan urgentemente entregar buenos resultados, porque si no lo consiguen, su contrato termina antes de los seis meses.
Los trajeron para solucionar problemas, no para darlos.