José Luis ‘El Gato’ Araiza: el entrenador que ha unido a familias enteras a través del atletismo

La historia del mentor más conocido de Saltillo, y alrededores, inspira a las masas y lo señalan como el ‘padre’ de muchos corredores

Deportes
/ 15 junio 2025
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En las calles polvorientas de Bellavista, un joven José Luis Araiza solía correr con su perro y un puñado de amigos.

No sabía que años después sería conocido por generaciones enteras como “El Gato”, un entrenador que cambió vidas no solo por su enfoque en el atletismo, sino por la forma en que tejió redes de apoyo, familia y transformación personal.

Hoy, en el marco del Día del Padre, su historia cobra un valor especial: la de un hombre que ha inspirado a decenas de padres e hijos a unirse a través del deporte y encontrar ahí una nueva manera de convivir.

“Para mí lo más significativo no son los récords, sino ver a personas que jamás pensaron que podrían correr un maratón, cruzar la meta.

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“Cuando los veo terminar, llorando en el kilómetro 40, dándome un abrazo, diciéndome ‘Gato, siento que te amo’, no hay palabras para eso”, cuenta entre risas y conmovido.

$!Familias enteras entrenan bajo la tutela del Gato, construyendo vínculos que van más allá del deporte.

José Luis Araiza ha entrenado de todo: desde jóvenes con sueños olímpicos hasta abuelas que buscan salud, mamás que llegan con el estrés del día a día y familias enteras que han hecho del atletismo una tradición.

“Traigo un grupo donde está la abuela, la mamá, dos hijas y los nietos. Cada quien tiene su entrenamiento, pero todos están ahí, juntos. Se separan para correr, pero al final conviven. Es hermoso”, comparte.

Una de las historias que más atesora es la de una señora que, a pesar de todas las dificultades, completó su primer maratón. “Desde antes del kilómetro 30 ya venía llorando, cansada.

“La acompañamos. Le dijimos ‘no te rindas’. En el 41 me gritó ‘¡Gato, lo voy a lograr!’, y al cruzar la meta se me lanzó al cuello llorando. ‘¡Gracias, gracias, gracias!’, me decía. Ese abrazo vale más que cualquier medalla”.

El carácter paternal de José Luis también ha dejado huella en su propia familia. Aunque sus hijos crecieron cuando él ya tenía camino recorrido como entrenador, hoy lo miran con orgullo.

“Me dicen: ‘Papá, eres un orgullo para nosotros’. Sus compañeros les preguntan: ‘¿A poco el Gato es tu papá?’, y ellos con gusto les dicen que sí”.

$!José Luis Araiza, “El Gato”, guía a corredores de todas las edades a alcanzar sus metas y superar sus límites.

Pero ser figura paterna va más allá de la sangre. En sus grupos ha acompañado tanto a jóvenes, como personas de la tercera edad, que han encontrado en él un referente y en el deporte una vía para construir su identidad.

Entre ellos, recuerda a los “Cuatro Fantásticos”: cuatro adultos de más de 50 años que comenzaron con él, entrenaron, crecieron deportivamente y maduraron.

Así como ellos, también ha podido forjar a niños y jóvenes que mantuvieron su carrera en el atletismo, gracias a él.

“Un día me dijeron: ‘Gato, gracias por no soltarnos cuando nadie creía en nosotros’. Hoy ya son hombres, algunos con hijos. Y siguen corriendo”.

Un ejemplo vivo es Edgar Quintero, uno de sus pupilos destacados, quien recientemente celebró un triunfo contundente en el 5K de Mazatlán, demostrando el nivel competitivo al que se puede llegar con constancia y guía adecuada.

Su método es empático, adaptado a cada persona. Sabe cuándo pedir esfuerzo y cuándo aconsejar descansar. “Yo primero hablo con ellos, veo sus tiempos reales y, con base en eso, programo. Si toca distancia, que lo hagan en casa; si toca velocidad, que vengan. Y si no entienden cómo hacer un fartlek o unas cuestas, les explico. Los entrenamientos deben adaptarse a su vida, no al revés”.

$!En cada maratón, el abrazo de quienes cruzan la meta es el mayor reconocimiento para el Gato como entrenador y mentor.

Pero también es duro cuando se necesita. “Soy muy seco a veces, eh. Les digo cosas como: ‘Corre más rápido, que mi abuelita te gana’, o ‘mejor vete a caminar a la Alameda’. Pero también soy el primero en decirles ‘mejoraste, lo hiciste muy bien’. Esos pequeños reconocimientos hacen que se sientan vistos, valorados”.

Su presencia se extiende más allá de las pistas. “Hay gente que me ayuda a organizar, a llevar las redes, a planear las fiestas del club. Hicieron un mural con todos los que corrieron su primer 21K. Todo eso ha salido de la comunidad que hemos formado”, dice con emoción.

Y sobre su famoso apodo, lo cuenta con humor. “Mi papá era ferrocarrilero. Me compró unas botas raras y una moto. De ahí que me empezaron a decir ‘el Gato con botas’. Luego ‘el Gato de Bellavista’. Y cuando empecé a destacar en el atletismo, me quedó El Gato”, recuerda entre carcajadas.

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Este Día del Padre, la figura de José Luis Araiza representa mucho más que kilómetros recorridos. Es símbolo de cómo la paternidad puede ejercerse también en las pistas, entre zancadas, abrazos sudados y consejos a tiempo.

“Lo más importante es ser ejemplo para tu familia. Cuando tus hijos te ven correr, se enamoran también del atletismo. Y así sigue la generación”.

$!La “familia” del “Gato” Araiza no solo se limita a entrenar en las pistas.

Y en eso, como en la vida, El Gato sigue firme: “Hay que seguir en pie. Ser humilde. No perder piso. Y si puedes ayudar a alguien, hazlo. Si no puedes, dilo con honestidad. Así se construyen las cosas que perduran”.

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