Manchester juega con fuego; se rezaga en la carrera por Europa
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Con un empate, el United arriesga todo para quedarse en Europa, pues suma solo un punto más que el Newcastle
El Manchester United ni siquiera tiene ya la certeza de la sexta posición y la clasificación para la Liga Conferencia, más que en duda por su propio rendimiento por un 1-1 contra el penúltimo de la tabla, el Burnley, con un penalti imprudente a última hora cometido por Andre Onana, transformado por Amdouni y salvado por una parada de su guardameta en la última ocasión de Odobert.
El United suma sólo un punto más que el Newcastle, séptimo, pero queda un duelo entre ambos aún en el recorrido de cuatro partidos que le quedan hasta el final. Y ese choque tiene una apariencia decisiva en el futuro de los diablos rojos, que se sintieron ganadores con el 1-0 de Antony en el minuto 79, pero tiraron todo por la borda instantes después, con un empate que sostiene con vida al Burnley, a dos puntos de la permanencia.
Incluso en su actual momento, tan lejos de su historia, tan distante de sus objetivos iniciales, centrado en proteger su sexta posición para jugar una competición tan menor a lo largo de su existencia como la Liga Conferencia, el Manchester United es más equipo que el Burnley, por más que su irregularidad sea ya una constante en cada lance del curso, por más que hubiera varios ejemplos a lo largo del encuentro que admitan un debate muy intenso.
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Ni siquiera el susto a los 20 segundos, cuando David Fofana lanzó un tiro centrado, tras ganar la pugna a Casemiro, improvisado central entre la plaga de bajas en esa demarcación que padece el grupo dirigido por Erik Ten Hag, cambió una sensación que se extendió por menos tramos de los esperados del encuentro, muchas veces al filo, otra vez, de la caída.
Los diablos rojos son un conjunto impredecible, cualquier pronóstico es una aventura incierta cuando se trata de un partido en cualquier competición en esta fallida campaña. Contra el Burnley, de inicio dirigió el juego con constancia al campo contrario, a los alrededores del área visitante. Le faltó tino en los últimos metros. En el pase y el remate.
Lo sintió Eriksen, lo demostró Garnacho, mucho más aparente que efectivo. Lo confirmó el poste, que repelió con violencia la tremenda volea de Bruno Fernandes. Lo repitió Mainoo, con un lanzamiento fuera dentro del área. En su sucesión de ocasiones, en la que muchos de los ‘grandes’ de Europa ya habrían contado más de un gol, él se quedó a cero, entre la supervivencia del Burnley y entre los problemas que sufre el United también en su defensa.
Fue un rato. Nada más. Errático en el remate en ataque, el United tampoco demuestra ninguna seguridad atrás, en duda cuando el Burnley contestó más allá de su medio campo. Odobert probó a Onana, que se quitó de líos con un despeje a córner. Una advertencia. La segunda. La tercera fue el remate alto de O’Shea, tras un despeje impropio de Bruno.
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El aviso definitivo, a la media hora, fue de Foster, frustrado por una gran parada de Onana, que ya era el mejor de su equipo, de repente, cuando fue el sostén del inquietante 0-0, de nuevo ante Foster, al que venció en un duelo individual, en el que salvó de nuevo el 0-1 para el United, desdibujado ya completamente cuando el partido enfiló el intermedio, con una cantidad de espacios concedidos a su rival que no se corresponden a su aparente nivel. No es sólo responsabilidad de la defensa, sino de toda la estructura. Su medio campo falla.
Una jugada de Garnacho, desbordante, sirvió a Antony la ocasión del gol y de la reacción del United en el comienzo de la segunda parte. Volvió a fallar el remate. Pero ya era otra historia el partido. La oportunidad reanimó al conjunto dirigido por Erik Ten Hag, más intenso, más profundo, más rápido... Garnacho perdonó otra vez. Definió mal la acción.
El extremo argentino pareció más de lo que fue durante todo el duelo, aunque cuando conectó un buen disparo después se lució Muric, el portero del Burnley, y reclamó un penalti, entre el desorden del partido, las transiciones rápidas y un 0-0 que era lo más extraño de todo, entre las oportunidades que ya habían dispuesto ambos conjuntos.
Y apareció Antony para aprovechar el enésimo error del encuentro, allá por el minuto 79, un pase horizontal de Berge que lo dejó solo ante Muric. El brasileño cruzó su zurdazo, mientras se caía, para dar un triunfo parcial y reconfortante al Manchester United, que finalmente no fue tal por el penalti cometido por Onana y anotado por Amdouni. En los instantes finales, McTominay se retiró lesionado. Otro contratiempo para el United.
Con información de EFE