Muy motivado y lleno de sueños, karateca saltillense va directo a la cima

Emilio Maltos Arellano es un karateca saltillense que, a pesar de tener tan sólo 16 años, ha llegado muy lejos en el ámbito deportivo, representando a Coahuila, a México y, por supuesto, a Saltillo, como cinta negra (primer Dan).

Su última travesía lo llevó a resultar ganador de la fase Macro Regional rumbo a la máxima justa deportiva del país, las Olimpiadas Nacionales CONADE 2023; en ellas, buscará llevar al nombre del estado a lo más alto.

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Sin embargo, no es la meta más ambiciosa que se ha propuesto para este año, pues, es tan sólo un escalón para llegar a los Juegos Panamericanos 2023 en representación de su país.

Emilio se siente campeón, y se ve así, pero a nivel internacional, para el futuro de su carrera.

FUERA DE LO COMÚN

Emilio encontró su lugar en el karate hace ocho años, luego de “una desilusión en el fútbol soccer”. Su hermana, Mariana Maltos de 18 -que ya entrenaba la disciplina- fue quien lo llevó a descubrir esta pasión. Desde entonces, se convirtió en, más que su hermana, una pieza fundamental y en su confidente de trayectoria deportiva.

“Es la primera que me abraza cuando pierdo, y la primera que está ahí cuando gano”.

UNA PASIÓN DESMEDIDA

El karate lo hace sentir “increíble”; fue la adrenalina lo que terminó de convencerlo y de abrirle los ojos ante lo que se convertiría en su carrera y, sobre todo, en su estilo de vida.

“Los golpes, el estar parado ahí, la presión, aprender a manejar los estímulos, para mí es algo sorprendente... Sentir ese progreso en ti, para mí eso no tiene precio”.

Y si bien, el camino no ha sido fácil de recorrer, sus habilidades y destrezas lo han llevado a lograr cosas increíbles. Todo ello, lo atribuye a lo que considera su mayor fortaleza y aliada para continuar atravesando fronteras: su mentalidad.

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“He llegado hasta aquí, más que nada por mi mentalidad. Es lo que he trabajado mucho, la trabajo diariamente, es muy importante”.

¿Y su área de oportunidad? ¡Las dietas!

Emilio confesó que algo con lo que más “batalla” es con el control de peso. Le cuesta mucho seguir las dietas, a pesar de que tiene que hacerlo para poder competir y dar el pesaje requerido antes de sus encuentros.

“Eso también habla de disciplina, tienes que tener cierto control alimenticio”.

SU TRAYECTORIA

Inspirado por los karatecas Steven Da Costa -un peleador francés que se coronó como campeón olímpico en Tokio 2020- y Rafael Aghayev, el capitán de la Selección Azerbaiyana de Karate, Maltos refiere que su logro más significativo -hasta ahora- es haber conseguido el segundo lugar en el XI Campeonato Centroamericano y del Caribe de Karate Junior, el pasado febrero, en Colombia.

Cabe destacar que, previo a este certamen, Emilio regresó del torneo Series MX en Sonora, donde se llevó la medalla de oro al superar a Baja California luego de dominar las rondas de eliminatorias y finalistas.

A ello se une una larga lista de competencias locales y estatales, que ha alcanzado de la mano del sensei Rafael Ochoa, quien lo ha guiado la mayor parte de su carrera en el Dojo Sueño de Campeones, ubicado al interior de la Escuela Normal de Educación Física, en la capital del estado.

RUTINA DE CAMPEONES

El estudiante de preparatoria dedica tres momentos de su día a sus entrenamientos:

A las 5:00 a. m., comienza su actividad saliendo a trotar a las calles de la ciudad.

Después, en punto de las 16:00 horas, hasta las 18:00 el atleta realiza acondicionamiento físico con su entrenador personal, Francisco Segura.

Al salir de ahí, se va corriendo al Dojo para dedicarse de lleno al entrenamiento como karateca.

Todo esto lo hace por su propia cuenta y decisión personal, a fin de continuar creciendo y desarrollándose en lo que más le gusta hacer.

Y es que, tal y como él lo mencionó, su mentalidad juega un papel muy importante en todo esto, lo que explica que, sus ídolos fuera del mundo del karate, sean Michael Phelps, Kobe Bryant y David Coggin.

Finalmente, Emilio nos compartió un poco de su filosofía: darse cuenta de que “somos capaces de hacer muchas cosas” y no subestimarse.

“Enfocarse en algo, hacerlo crecer y ver lo bello que es el proceso (...) Mejorarte a ti mientras mejoras todo lo demás de tu alrededor”.