‘¡Paco, detén el juego, se escuchan balazos!’
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‘¡Paco, detén el juego, se escuchan balazos!’... ‘Momentos complicados, pero afortunadamente no hubo vidas humanas qué lamentar’, así recuerda la trágicamente histórica balacera ocurrida hace 10 años en las inmediaciones del Territorio Santos Modelo durante un partido entre los Guerreros y los desaparecidos Monarcas Morelia.
Aquel 20 de agosto de 2011, en medio de la peor racha de violencia vivida en Coahuila; Torreón y el País entero presenciaron uno de los episodios más recordados en el futbol mexicano, hechos que fueron transmitidos y narrados en vivo alcanzando niveles internacionales por su trascendencia: ‘un enfrentamiento a balazos entre autoridades y delincuentes en las afueras del TSM detuvo el partido causando pánico total entre jugadores, aficionados y todos los participantes’.
Ir al futbol en Torreón es todo un ritual, especialmente cuando estrenabas un inmueble de primer mundo como el TSM (inaugurado el 11 de noviembre de 2009), edificación que se erige en medio del desierto y que representa la esencia de los laguneros, el Santos y su afición.
La experiencia es rara vez diferente para propios y extraños: desde que ves el Estadio Corona aparecer en el horizonte, ingresar a su explanada, ver la cantidad de gente y activaciones en las afueras, ingresar a las tribunas, apreciar la espectacular vista de la construcción y la cancha; luego, con el silbatazo inician las acciones en el terreno de juego y las emociones recorren a los jugadores y aficionados. Todo siempre tiene el mismo guión, sin embargo, ese día fue cambiado a punta de balazos.
El juego se desarrollaba de manera normal, la lucha en la cancha era cerrada y se mantenía el 0-0 en el marcador. De pronto, al minuto 39 de aquel Santos vs Morelia de la Jornada 6 del Apertura 2011 comenzó el caos.
“Me doy cuenta porque el Asistente Número 2, de nombre Carlos González, el abanderado, como se le dice coloquialmente, me grita por la diadema que detenga el juego porque se escuchan balazos. Él estaba en la esquina, digámoslo así, pegada a donde ocurrió el problema, y él se da cuenta porque de repente ve a Federico Vilar, que era el portero de Morelia, lo ve correr y dice ‘pues bueno, qué está pasando, porqué corre’. Presta atención y escucha los balazos y en eso me dice por la diadema ‘¡Paco, detén el juego, se escuchan balazos!”, recordó Chacón, ex árbitro FIFA con experiencia internacional, en entrevista presentada por Javier Garza de Reporte 100 en Imagen Laguna.
Hoy recuerda con cierto toque de gracia haber pitado justo cuando Morelia mandaba un centro y Miguel Sabah bajaba la esférica de cabeza con intención de servir a un compañero la posibilidad ofensiva frente al marco defendido en aquel tiempo por Oswaldo Sánchez.
“Hay algo muy chistoso porque en ese momento el delantero de Morelia, Miguel Sabah, voltea a reclamarme porque pensó que le había marcado fuera de juego”.
Pero todo cambió. “Cuando detengo el juego, en ese momento todo queda en silencio y en eso se viene una ráfaga impresionante en donde ya todos detectamos que se trataba de una balacera.
“Para mi mala suerte, a escasos metros se tira al suelo Felipe Baloy, que era el central del Santos, y yo pensé, la verdad, que le habían pegado un tiro. Tú no sabes por qué se cae, se fue así como pecho tierra, y en ese momento fue cuando la mayoría emprendemos la estampida hacia el túnel a buscar refugio”.
Para quienes lo vimos por televisión el momento fue de shock y después comprendimos las dimensiones de lo sucedido. Estábamos viendo el clima de violencia que vivía Coahuila y todo México en esos momentos... y lo estábamos viendo en vivo. Vimos a los jugadores correr llenos de pánico; vimos los rostros de incredulidad, miedo, incertidumbre e impotencia en las tribunas; vimos a la gente irse al suelo tratando de protegerse y otros más invadir la cancha buscando refugio... y todo aquello siendo narrado en las voces de los comentaristas y reportero a nivel de cancha de TV Azteca.
Y en el lugar, fue un momento difícil, la confusión y el pánico se apoderó de todos, incluyendo a Chacón. “Al vestidor sólo llegamos tres, el cuarto árbitro se había tirado atrás de las bancas para protegerse. Fue un momento muy complicado, no había señal”, recordó.
Si desde la pantalla era impresionante, para los asistentes literalmente era una situación de vida o muerte, pero no lo vieron así en la Federación, confesó.
“Es una gran responsabilidad porque eres la máxima autoridad. Existe un comisario que recibe órdenes desde México, por parte de la Federación (Mexicana de Futbol); y la Federación no encontraba un lugar para reagendar el partido, entonces el comisario me decía a mí que decían en la Federación que tenía que seguir el partido.
“Dije, ‘a ver, la gente en la Federación no está aquí, aquí estoy yo y soy el responsable en este momento; si tú no tomas la decisión de suspender el partido en este momento, yo lo voy a hacer. No puede ser que nos estén diciendo qué tenemos qué hacer desde México cuando ellos no están viviendo lo que nosotros estamos viviendo, este partido no se puede reanudar’; el comisario estaba pálido porque no se estaba acatando la orden que venía desde la Federación. Sí se complica reprogramar los juegos, pero primero está la integridad física de la gente y de los aficionados”.
Poco a poco regresó la calma, el presidente de Grupo Orlegi, dueños del Santos Laguna, Alejandro Irarragorri mandó un mensaje desde el centro de la cancha y a través del sonido local lamentando los hechos y llamando a la unión. No faltaron las disculpas para todos, especialmente a los foráneos que ese día vivieron un trago muy amargo. Pero lo único que todos querían en ese momento, incluyendo a Chacón, era irse del lugar. “Quería estar fuera de Torreón, yo lo que quería era ya no estar ahí”, recordó.
Un par de meses después, con la nueva fecha para concluir el partido, Paco Chacón, y el resto del cuerpo arbitral de aquél día, tuvieron que regresar para acabar con el partido que había cortado uno de los episodios más lamentables en la historia del futbol, ya dimensionado a nivel mundial.
“Ya el partido se reanudó de manera natural, normal, ya no hubo ningún problema. Incluso ya no estaba tan mal, estaba mucho más calmado el clima (de violencia) allá en Torreón. Y bueno, teníamos que ir a reanudar el partido y fuimos a hacerlo... Afortunadamente nos fue muy bien. Y pues todo quedó en un hecho muy lamentable que le dio la vuelta al mundo, desafortunadamente; pero que afortunadamente no cobró vidas humanas”.