Se cumple el sueño Rojinegro

Ahora la espera para el Atlas no tuvo que ser de siete décadas. Seis meses después de conseguir romper una larga sequía sin títulos, los Zorros se convirtieron en el tercer bicampeón en México desde que se instalaron los torneos cortos.

Pachuca se impuso el domingo 2-1 al Atlas, que con una pizarra combinada de 3-2 se proclamó campeón de la Liga MX por segundo torneo consecutivo para igualar lo hecho previamente por Pumas (2004) y León (A2013 y C2014).

México juega dos torneos por año desde 1996.

El ecuatoriano Romario Ibarra puso al frente a los locales a los 7 minutos, pero el argentino Julio Furch empató con un penal a los 43’ y su compatriota Nicolás Ibáñez amplió el marcador a 2-1 en los descuentos de la primera parte.

Atlas conquistó su tercer tíulo de liga. Su otro campeonato lo había conseguido en la Temporada 1950-51 y sus hinchas tuvieron que esperar 70 años para celebrar un nuevo campeonato.

Los Zorros, dirigidos por el argentino Diego Cocca, hicieron un sólido torneo luego de romper esa sequía y finalizaron terceros en el torneo regular. En Liguilla dejaron fuera a Chivas en cuartos de final y a Tigres en las semifinales.

Pachuca se presentaba como un reto mayor porque fue el líder del torneo regular con 38 puntos y se clasificó como primero a la liguilla cuando restaban tres fechas en el calendario regular.

Los Tuzos, dirigidos por el uruguayo Guillermo Almada, se quedaron en la antesala de conseguir la séptima corona de su historia, la primera desde el Clausura 2016.

En el segundo tiempo los Tuzos coquetearon con su tercer cuando Sánchez llegó a línea de fondo por derecha y mandó un centro rasante que se paseó por la línea de gol antes de que un zaguero desviara la pelota.

Pachuca volvió a tocar a puerta a los 68 con un intento de Ibáñez que se fue por encima del arco visitante.

Atlas se complicó a 10’ del final cuando el ecuatoriano Aníbal Chalá fue expulsado por una falta en las afueras del área que fue revisada en el VAR.

Los Tuzos jamás dejaron de luchar impulsados por su gente, pero el tiempo no les alcanzó y vieron coronarse a los Rojinegros de forma merecida.