Sudor, lágrimas y perseverancia: la difícil tarea de llegar a la meta en la 21K Coahuila 2023

La mañana apenas clareaba y el bulevar Francisco Coss era un espacio de calentamiento para los 5 mil 600 corredores que participarían en el medio maratón 21K, tradicional de Saltillo.

Los estiramientos disimulaban algunos de los miedos y dudas de último minuto, pero las porras de familiares y amigos, así como los ánimos entre la comunidad corredora alentaron a seguir.

De pronto, el grupo se había engrosado, ya era difícil distinguir a los corredores. Se dio la bienvenida, algunas instrucciones, la ceremonia oficial y vino el banderazo de salida. Media hora después salió un corredor que llegó retrasado de tiempo. El staff de animación le dijo que se había quedado con el desaparecido horario de invierno, pero eso no cambió su ánimo y salió.

Los ciudadanos kenianos y otros competidores nacionales tomaron pronto distancia del nutrido contingente que se mantuvo así los primeros dos kilómetros. Al paso del kilómetro tres, en la calle Francisco de Urdiñola la inclinada pendiente fue causa suficiente para que el grupo de corredores se fuera cerniendo.

Al cruce con la calle Juan Antonio De la Fuente, una familia de la colonia González brindó hidratación a los corredores, padres e hijos repartieron vasos con bebida energética, mientras a escasos metros dos ciudadanos alentaban con porras a los corredores. “¡Ánimo, ánimo. Qué no decaiga. Ya viene J. Mery, y viene un descanso”, les decían.

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No solo familiares y amigos salieron a las calles a apoyar a los participantes, también había gente que sacó a las banquetas y porches, sillas y mecedoras, desde donde les aplaudían. “¡Ya es el último tirón, ya llegaron hasta aquí, que valga la pena el esfuerzo!”.

Súper Mario Bross se hizo presente en el recorrido. Un niño portaba un cartelón con una estrella mágica que aseguraba al tocarla, les daría energía a los corredores. Los participantes se dieron tiempo para tocar la estrella. En el recorrido también hubo otros cartelones con mensajes de aliento. “Cuando las piernas fallan, entra el corazón”.

A las 7:00 horas el sol ya pesaba en la condición física, la temperatura iba en asenso y el tramo aún era largo. Conforme se separaban los contingentes se lograba observar a padres con hijos, parejas, corredores solitarios, equipos, personas disfrazadas, algunos con retos personales, y otros, dedicando el esfuerzo.

A la hora con cinco minutos y diez segundos de haber arrancado la carrera, sin sorpresas, llegó a la meta Robert Gaito, ciudadano keniano que se volvió a coronar con el primer lugar de este medio maratón. “I´m happy, just I´m happy”, dijo el ganador, quien se limitó a esas palabras por hablar poco español y poco inglés.

Solo 37 segundos después llegó, Tirzo Resendiz, coahuilense originario del municipio Parras de la Fuente, en la región Sureste del estado, quien reside por estudios de ingeniería electricista en el estado de Zacatecas, y quien regresó al estado sede de esta carrera al pódium.

“El día de hoy se alcanzó para el segundo lugar, y es importante porque nos dice que estamos bien físicamente y planeando los siguientes objetivos. Es bonito subirse dentro de los primeros lugares, queríamos el primer lugar, en la subida parecía que sí lo alcanzaba, se resistió muy bien (a Robert Gaito), y al final cruzó la meta primero”.

El objetivo esta fijado para el 2024, Tirzo confía en sus avances desde 2018 a la fecha, que pasó de un décimo a un segundo lugar. Los paratletas Gonzalo Baldovino, del estado de Puebla; Martín Velasco, de la Ciudad de México, y Miguel Aguilar de Guadalajara, fueron también los primeros en cruzar la meta. Gonzalo ya no recuerda con exactitud desde cuando se coloca en la primera posición y aseguró estar contento del logro y el acompañamiento que tiene de sus contrincantes de categoría.

“Llevo tres o cuatro años ganando, me siento consentido, me siento muy acompañado”, dijo. Aseguró que si hay un momento de la carrera en el que se piensa en claudicar. “después del descanso, en la última recta para llegar a la meta”. Aunque sus compañeros aseguraron que en la 21K, sufren desde el arranque. “Sí, la primer subida, la de Urdiñola”.

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La exigencia física que requiere esta carrera cobró algunas facturas. En un área especial, para las 8:00 horas ya se habían brindado tres servicios de salud. Un corredor fue canalizado para recibir suero, y fue necesario suministrarle oxígeno. Paramédicos de Cruz Roja tuvieron que trasladar a otro corredor a un hospital.

De acuerdo con William Lazo, médico cardiólogo a cargo del módulo de alud en meta, cada año se prestan entre 200 y 300 servicios médicos al arribo de los corredores a meta, cifra que depende del número de participantes. Deshidratación, calambres, fatigas, síndromes metabólicos y hasta shocks hipovolémicos, se registran en los corredores.

Las primeras personas que llegan, lo hacen en mejores condiciones que las que arriban con el paso de los minutos. “Son las que más capacidad física mantienen. A medida que va aumentando la carrera, los participantes no están tan bien entrenados”.

Después de las 8:30 horas, unas dos horas de arrancada la carrera, la meta comenzó a nutrirse. Los grupos de corredores que arribaban eran gruesos. El cansancio, el desgaste por el calor y el dolor en las piernas era notorio, pero se disipaba entre sonrisas y selfies con la meta a espaldas. El reto se había logrado.

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Los corredores comenzaron a quedarse después de la meta para las fotos, agentes del estado los movían de este sitio, sin que todos se detuvieran para las selfies, algunos, ya no podían avanzar, o hablar. El personal del Instituto Estatal del Deporte les hizo ver a los agentes que debían ayudar a los corredores.

Forrest Gump fue uno de los personajes más encontrados entre los corredores, tanto en su momento en el que cruzó de costa a costa Estados Unidos, como en su faceta de jugador de Futbol Americano. Heroínas y súper héroes también corrieron la carrera.

Hippies, vaqueros, luchadores y hasta Pedro Picapiedra de la mano de Pedrito Picapiedrita cruzaron la línea de meta. Algunos corredores fueron acompañados de sus perros criollos y de distintas razas en el reto, aunque para ellos no hubo puntos de hidratación, y literal, llegaron con la lengua de fuera.

La premiación ocurrió pasadas las tres horas de arrancada la carrera, mientras continuaba llegando un importante número de corredores. Los últimos participantes llegaron a la meta sin animación de los organizadores, solo con las de sus familiares o equipos.

Algunos lo hicieron esquivando a los técnicos del sonido y los trabajadores municipales de limpieza que iniciaron con los trabajos para desmantelar el bulevar Francisco Coss sin rastro de haber sido salida y meta del medio maratón.

La ambulancia abandonó a las últimas corredoras a la altura de la calle Guillermo Purcel, salió de los carriles del recorrido a la meta para continuar por los carriles contrarios y las tres mujeres fueron recibidas entre aplausos de sus familiares, en una meta casi vacía de personas y organizadores.