Presión internacional afecta al peso mexicano en medio de volatilidad: analista
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En las próximas semanas el comportamiento del tipo de cambio dependerá tanto de factores internacionales como la capacidad del país para generar confianza interna
El peso mexicano sufrió una significativa depreciación del 1.8% frente al dólar estadounidense el día de hoy, con lo que alcanzó niveles cercanos a la zona de 20.80 por unidad, lo que se suma a un retroceso previo registrado el viernes anterior, donde la divisa perdió aproximadamente un 2.5%.
Lo anterior, de acuerdo a un análisis de mercado de Antonio Di Giacomo, quien señaló que el contexto global, particularmente la guerra arancelaria iniciada por Estados Unidos el 2 de abril, ha intensificado la aversión al riesgo, afectando a economías emergentes como la mexicana.
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“La respuesta inmediata de los mercados refleja una creciente incertidumbre respecto al rumbo de la política comercial estadounidense. Aunque México no ha sido incluido directamente en las sanciones arancelarias, el impacto indirecto no se ha hecho esperar”, dijo.
Añadió que la fuerte dependencia del país hacia las exportaciones, especialmente con su vecino del norte, convierte cualquier cambio en las condiciones comerciales en una fuente de inestabilidad financiera.
Destacó que actualmente, más del 25% del Producto Interno Bruto (PIB) de México está ligado a las exportaciones hacia Estados Unidos. “Esta estrecha relación convierte al país en un actor vulnerable frente a los movimientos proteccionistas. Cualquier restricción que disminuya la competitividad o fluidez de estas transacciones puede alterar no solo el tipo de cambio, sino también la confianza de los inversionistas”, dijo.
Explicó que técnicamente, el peso mexicano se enfrenta a una tendencia de debilitamiento. “Analistas apuntan a un posible recorrido hacia la zona de los 21.00 por dólar en caso de que la presión continúe. Sin embargo, también se identifica un soporte técnico clave alrededor de los 20.50, nivel que podría actuar como barrera ante mayores pérdidas si se mantienen ciertas condiciones de estabilidad interna”, destacó.
En ese sentido, manifestó que la reacción del mercado no solo se explica por factores internacionales, sino también por la influencia de elementos internos como la percepción sobre la política monetaria del Banco de México, la evolución de la inflación y el panorama político nacional. “En un entorno global incierto, cualquier señal de debilidad institucional o económica amplifica los efectos externos”, indicó.
Expuso que por ahora, la volatilidad parece mantenerse mientras persista el conflicto comercial. “La decisión de Estados Unidos de imponer nuevas barreras genera un efecto dominó que afecta no solo a sus socios directos, sino también a aquellos que dependen de su dinamismo económico. En este escenario, las monedas emergentes sufren los mayores embates, al ser percibidas como activos de mayor riesgo”, aseguró.
En conclusión, indicó que la reciente depreciación del peso mexicano es un reflejo claro de la sensibilidad de los mercados ante cambios geopolíticos y comerciales y aunque México no ha sido blanco directo de sanciones, su cercanía económica con Estados Unidos lo mantiene en una posición vulnerable.
Por último indicó que en las próximas semanas, el comportamiento del tipo de cambio dependerá tanto de factores internacionales como la capacidad del país para generar confianza interna y adaptarse a un entorno global cada vez más incierto.