Incapacidad por depresión y estrés laboral: Esto es lo que debes de saber
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La Ley Federal del Trabajo se ha actualizado aceptando nuevas enfermedades laborales por las que podrás pedir incapacidad
En el ámbito laboral, las incapacidades suelen asociarse a necesidades físicas, como accidentes o lesiones en el cuerpo. Sin embargo, en una medida histórica, el catálogo de enfermedades que requieren de incapacidad laboral en México ha sido actualizado por primera vez en décadas. Esto ha abierto la puerta para que condiciones de salud mental, como la depresión y el estrés, sean reconocidas como causas legítimas de incapacidad laboral gracias a la Ley Federal del Trabajo.
Esta transformación significativa se ha materializado gracias a la aprobación de nuevos lineamientos por parte del Senado de la República. A partir de ahora, los trabajadores mexicanos pueden solicitar una incapacidad laboral debido a condiciones de salud mental, como la depresión y el estrés.
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¿CÓMO SOLICITAR INCAPACIDAD POR DEPRESIÓN O ESTRÉS LABORAL?
Antes de esta actualización, estas enfermedades no podían ser reconocidas como razones válidas para ausentarse del trabajo, lo que había generado preocupación y dificultades para quienes luchaban contra problemas de salud mental.
Para solicitar una incapacidad por depresión o estrés, el proceso es similar al de cualquier otra enfermedad. Se requiere la recomendación de un médico, en este caso, un psiquiatra. Este profesional de la salud determinará la necesidad de que el trabajador se ausente de su área de trabajo por un tiempo determinado con el objetivo de recuperarse de la enfermedad que afecta su vida.
LEY FEDERAL DEL TRABAJO SE ACTUALIZA RECONOCIENDO MÁS ENFERMEDADES LABORALES
El cambio más amplio se ha producido en la Ley Federal del Trabajo, que ha aumentado el número de enfermedades laborales reconocidas de 161 a 194. Además, el número de incapacidades permanentes reconocidas ha crecido de 409 a 524. Napoleón Gómez Urrutia, senador y líder sindical, ha destacado que estas modificaciones representan “expansiones significativas de los derechos de los trabajadores”.
Las reformas han tenido en cuenta la evidencia científica que respalda los efectos en la salud de los trabajadores, causados por factores de riesgo psicosocial, factores de riesgo ergonómicos, agentes biológicos y físicos nocivos. Además, se ha reconocido la incorporación de patologías infecciosas y parasitarias, incluida la enfermedad pandémica por COVID-19, así como el desarrollo del grupo de trastornos mentales, que incluye afecciones como los trastornos de ansiedad, el trastorno relacionado con el estrés grave, de adaptación y depresivo. Todos estos padecimientos han experimentado un aumento a nivel mundial, lo que subraya la necesidad de atención y prevención.
Desde 1970, el catálogo de enfermedades y padecimientos laborales en México no había sido actualizado. La aprobación de esta tabla actualizada por el Congreso de la Unión ha sido considerada como un hecho histórico que marca un nuevo precedente en el país.
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CIFRAS DE DEPRESIÓN EN MÉXICO SON PREOCUPANTES
La relevancia de este cambio en la ley se refleja en las cifras de depresión en México. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2021, 8,433 personas se suicidaron en el país, en comparación con 1,941 personas en 1990. Esto significa que en tres décadas, la cantidad de suicidios se ha multiplicado por cuatro.
De manera preocupante, el 65% de las personas de 15 a 29 años que se suicidaron en 2021 tenían trabajo. Trabajar con depresión implica enfrentar una serie de desafíos, como cumplir metas, concentrarse, lidiar con la presión, mostrar creatividad y energía, y afrontar un entorno laboral que puede ser violento o poco empático.
ESTRÉS LABORAL Y SUS CONSECUENCIAS
De acuerdo al IMSS, El estrés laboral, también reconocido como una amenaza para la salud de los trabajadores, puede generar una serie de síntomas emocionales y físicos. Entre los síntomas emocionales se incluyen la ansiedad, el miedo, la irritabilidad, el agotamiento, la inseguridad y la desmotivación. Esto se traduce en una disminución de la productividad, la aparición de errores, el aumento del consumo de tabaco, el consumo de alcohol y otras sustancias, entre otros problemas.
El estrés laboral también tiene un impacto físico en el trabajador, con síntomas que van desde dolores de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, palpitaciones y problemas de sueño.