¿Por qué se puede transportar petróleo a nivel mundial, pero no agua potable?

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/ 23 mayo 2025

El petróleo se mueve por todo el planeta a través de complejas redes logísticas y comerciales, mientras millones de personas aún no tienen acceso seguro al agua potable ¿Por qué?

En un mundo donde el agua potable es un derecho humano y el petróleo es un recurso energético estratégico, resulta contradictorio que sea más fácil transportar el segundo que garantizar el acceso al primero. ¿Por qué el petróleo puede moverse con facilidad a través de océanos y continentes, mientras que millones de personas carecen de agua limpia?

La respuesta no es simple, pero se puede entender si observamos factores clave como la rentabilidad, la infraestructura disponible, y las condiciones sanitarias necesarias para cada recurso.

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DIFERENCIA DE VALOR ECONÓMICO

Una de las principales razones por las que el petróleo viaja por el mundo y el agua potable no, es el valor económico por litro. El petróleo tiene un alto valor energético y es fundamental para industrias, transporte, energía y más. Esto hace que su transporte sea económicamente viable a escala global.

En cambio, el agua potable tiene un bajo valor comercial por volumen, por lo que su traslado a larga distancia es generalmente poco rentable, salvo en situaciones de emergencia o en sectores muy específicos, como el turismo de lujo o las plataformas petroleras.

LOGÍSTICA Y DENSIDAD: UN OBSTÁCULO PARA EL AGUA

El agua es muy pesada y voluminosa: un litro equivale a un kilogramo. Transportar grandes cantidades implica un alto consumo de energía y espacio, lo que encarece su distribución. El petróleo también es denso, pero su valor por tonelada es tan alto que compensa los costos logísticos.

Además, el agua potable requiere infraestructura sanitaria especializada que mantenga su calidad hasta el destino. Si no se conserva adecuadamente, puede contaminarse y volverse inutilizable.

INFRAESTRUCTURA PETROLERA VS. ABASTO DE AGUA

El petróleo cuenta con una red internacional de oleoductos, refinerías, buques cisterna y terminales portuarias desarrollada durante décadas. Esta red permite que el crudo se transporte desde puntos de extracción hasta cualquier rincón del mundo.

El agua potable, en cambio, depende en su mayoría de fuentes locales. Las soluciones de abastecimiento a larga distancia —como plantas desalinizadoras, tuberías interregionales o sistemas de reciclaje de aguas residuales— son costosas y, en muchos países, simplemente no existen.

LA NATURALEZA DEL RECURSO Y SU USO

Otra diferencia importante es el propósito de uso. El petróleo es una materia prima estratégica para industrias, transporte y producción energética. Gobiernos y corporaciones tienen incentivos fuertes para moverlo y almacenarlo globalmente.

El agua potable es un bien de consumo diario y perecedero. Su calidad puede deteriorarse con facilidad y requiere tratamiento constante. Además, se considera un derecho humano, no un recurso comercializable en el mismo sentido que el petróleo.

DATO CURIOSO: ISRAEL Y LA TECNOLOGÍA DEL AGUA

Israel, un país con escasez hídrica extrema, ha logrado abastecer a su población gracias a tecnologías como la desalinización del agua marina y el reciclaje de aguas residuales. Más del 80% del agua doméstica usada en Israel se reutiliza, un récord mundial. Sin embargo, estos sistemas son altamente costosos y no están al alcance de la mayoría de los países en desarrollo.

AGUA: ABUNDANTE PERO MAL DISTRIBUIDA

Aunque el planeta está cubierto en un 70% por agua, solo el 2.5% es dulce y apenas una fracción de esta es accesible para consumo humano. La distribución geográfica también influye: mientras algunos países tienen abundancia de fuentes naturales, otros dependen de importaciones, almacenamiento o tecnologías avanzadas.

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¿EXISTE UNA SOLUCIÓN?

Llevar agua potable a todas partes no depende solo de la voluntad, sino de resolver una ecuación compleja entre tecnología, recursos financieros y gobernanza. Para lograrlo, es clave invertir en infraestructura local, promover tecnologías sostenibles y proteger las fuentes naturales de agua.

Mientras el petróleo se transporta por el mundo gracias a su alto valor y a décadas de infraestructura global, el agua potable sigue siendo un desafío logístico y económico. Resolver esta contradicción es uno de los grandes retos del siglo XXI, no solo por razones de justicia social, sino de supervivencia global.

Especialista en periodismo en tiempo real, pronóstico del clima, tendencias, política nacional y contenido de utilidad.

Con 15 años de experiencia en medios digitales, actualmente es editor breaking en Vanguardia MX. Licenciado en Diseño Gráfico, egresado de la Escuela de Artes Plásticas de la UAdeC. En diseño editorial, ha realizado proyectos de revistas impresas y digitales sobre cultura, arte y educación.

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