Las baterías de los autos eléctricos podrían ayudar a la red eléctrica y ganarse a los conductores
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Ford fue pionera en la carga bidireccional con la camioneta de caja abierta F-150 Lightning, capaz de transferirle energía a una casa durante un apagón
MÚNICH — Los automóviles eléctricos son más caros que los modelos de gasolina, en gran medida debido al elevado costo de las baterías. La buena noticia es que nuevas tecnologías podrían convertir a esos dispositivos costosos en un activo y, en consecuencia, sus propietarios podrían aprovechar beneficios como descuentos en sus facturas por servicios públicos, pagos menores de arrendamiento o estacionamiento gratuito.
Ford Motor, General Motors, BMW y otras fabricantes automotrices exploran opciones que permitan almacenar en la batería de los autos eléctricos el exceso de energía renovable para así ayudar a los servicios públicos a lidiar con las fluctuaciones en la oferta y la demanda de electricidad. Estas empresas obtendrían ganancias por fungir como intermediarias entre los propietarios de los automóviles y los proveedores de electricidad.
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Millones de autos podrían considerarse un sistema energético enorme que, por primera vez, estará conectado a otro sistema energético inmenso: la red eléctrica, señaló Matthias Preindl, profesor adjunto de sistemas de electrónica de potencia en la Universidad de Columbia.
“Apenas estamos en el punto de partida”, indicó Preindl. “Van a interactuar más en el futuro, e incluso podrían apoyarse la una a la otra (o causarse presiones mutuas)”.
Una enorme pantalla plana en el muro de las oficinas en Múnich de la firma Mobility House, que cuenta con inversionistas como Mercedes-Benz y Renault, ilustra una de las formas en que las fabricantes automotrices podrían obtener utilidades y, al mismo tiempo, ayudar a estabilizar la red.
Las gráficas y los números desplegados en la pantalla presentan un panorama en tiempo real de un mercado energético europeo en que los inversionistas y los servicios públicos compran y venden electricidad. El precio cambia minuto a minuto en respuesta a las subidas y bajadas en la oferta y la demanda.
Mobility House compra electricidad cuando hay energía solar y eólica abundante y barata, la almacena en vehículos eléctricos que forman parte de su sistema y están enchufados por toda Europa. Cuando aumenta la demanda y también los precios, la empresa revende la electricidad. Es un modelo clásico: compra barato y vende caro.
Los actores de las industrias automotriz y energética desde hace años habían planteado la posibilidad de utilizar las baterías de los automóviles para guardar electricidad de la red. Ahora que hay más autos eléctricos en las calles, esas ideas se hacen más tangibles.
La fabricante automotriz francesa Renault ahora les ofrece la tecnología de Mobility House a quienes compran su auto eléctrico compacto R5, por el que la empresa comenzó a aceptar pedidos el mes pasado. El precio mínimo de este automóvil, que Renault comenzará a entregar en diciembre, es de 29,490 euros (aproximadamente 32.000 dólares) en Francia.
Los compradores que aceptan formar parte del esquema reciben un cargador gratis para su hogar y firman un contrato en virtud del cual le permiten a Renault tomar electricidad del vehículo cuando está enchufado. Los propietarios de autos R5 podrán controlar cuánta electricidad quieren devolver a la red y cuándo. A cambio, obtendrán un descuento en su factura de electricidad.
“Mientras más tiempo estén conectados, más ganan”, explicó Ziad Dagher, ejecutivo de Renault a cargo del programa. Renault calcula que los participantes podrían reducir al 50 por ciento los pagos por concepto de electricidad en su hogar.
Renault, que ofrecerá la tecnología en Francia antes de lanzarla en Alemania, el Reino Unido y otros países, tendrá una participación en las utilidades que genere Mobility House por la compraventa de energía.
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Si este tipo de servicios tienen éxito, reforzarán el argumento financiero a favor de los vehículos eléctricos, una herramienta importante en la lucha contra el cambio climático.
“Por supuesto que impulsaría la adopción de vehículos eléctricos”, opinó Adam Langton, ejecutivo de BMW que se ocupa de temas energéticos.
BMW ya ofrece software que les permite a los propietarios cargar su automóvil eléctrico cuando hay más energía renovable. Así, la empresa obtiene créditos de carbono y les paga a los clientes que forman parte del programa.
Una nueva generación de vehículos eléctricos que BMW comenzará a vender el año próximo, conocida como Neue Klasse, tendrá una función llamada capacidad bidireccional, es decir que los autos podrán tomar electricidad de la red y transferirla de regreso, además de utilizar la energía para encender su motor.
Ford fue pionera en la carga bidireccional con la camioneta de caja abierta F-150 Lightning, capaz de transferirle energía a una casa durante un apagón. General Motors, Hyundai y Volkswagen también ofrecen o planean ofrecer autos con carga bidireccional. Según se hagan más comunes estos vehículos, el potencial de almacenamiento podría ser enorme.
Para finales de la década, se calcula que unos 30 millones de vehículos eléctricos podrían circular por las calles de Estados Unidos; en la actualidad, encontramos alrededor de 3 millones. Todos esos automóviles podrían almacenar una cantidad de electricidad equivalente a la producción diaria de decenas de plantas nucleares.
Claro que esos millones de autos quizá causen presión en la red, que ya experimenta una demanda creciente de electricidad de bombas de calor y centros de datos, comentó Aseem Kapur, director de ingresos de GM Energy, unidad de General Motors que les presta servicios a los propietarios de vehículos eléctricos. Si ayudan a equilibrar la demanda, “los vehículos eléctricos pueden ser un recurso significativo”, afirmó.
No obstante, falta resolver algunos problemas antes de concretar esa visión.
Es posible que a los propietarios no les guste mucho la idea de dejar que sus autos compartan electricidad con la red porque les preocupa que la carga y descarga constante desgaste su batería más rápido.
Algunos expertos del sector energético afirmaron que la degradación sería insignificante, en especial si los servicios públicos solo toman una fracción pequeña de la capacidad de la batería. En respuesta a esta inquietud, Renault les ofrece a los miembros de su programa de almacenamiento de energía la misma garantía por ocho años y 160,000 kilómetros que reciben quienes no forman parte de él.
Otro desafío es que algunos servicios públicos de Estados Unidos y los reguladores estatales que los supervisan prefieren operar redes centralizadas en las que la energía fluye casi por completo en una dirección, de las plantas eléctricas hacia los hogares y negocios.
Para superar la resistencia de los servicios públicos, Maryland adoptó el mes pasado una ley que estipula que deben hacer ajustes para incluir esquemas de carga bidireccional y ofrecer incentivos financieros.
Cada vez más gente reconoce que las baterías de los autos eléctricos son instrumentos de inversión valiosos que la mayoría de los propietarios solo usa activamente unas horas al día.
“Queremos dar a conocer el valor íntegro de las baterías de los vehículos eléctricos”, afirmó Gregor Hintler, director ejecutivo de Mobility House para América del Norte.
Si todos los autos eléctricos de la ciudad de Nueva York se utilizan como espacios de almacenamiento, “esos vehículos serán la planta eléctrica más valiosa de Nueva York, por mucho”, dijo Preindl. c.2024 The New York Times Company.
Por Jack Ewing, The New York Times.