Corsair: el híbrido confiable de Lincoln
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Este modelo ofrece una experiencia con este vehículo de lujo que logra pasar de 5 a 95 por ciento de su carga en menos de 3 horas
Es un mundo enrarecido este de probar automóviles. La secuencia a veces abrumadora de cifras, acabados, percepciones, puede resultar una dispersión didáctica, un borrón de imágenes similares en el cual podemos perder de vista el objetivo social de esta actividad: guiar la decisión de compra de este objeto parte del patrimonio personal.
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Una dificultad en la prueba regular, habíamos comentado previamente, es la reducida “probadita” a la que el probador de autos es expuesto. Una semana con el vehículo nunca será lo mismo que la vivencia que tendrá el comprador. Por ello, propusimos a Lincoln una prueba a seis meses, en la cual tendríamos énfasis en diversos ambientes: conducción urbana, manejo en viajes largos, comportamiento fuera del camino, y gestión del sistema híbrido de la unidad. Mientras damos la despedida a la unidad probada por un semestre, hacemos énfasis en sus atributos más notables.
Primeramente, ofrece una experiencia de propulsión basada en electricidad, parcialmente o si el conductor tiene un par de precauciones, prácticamente permanentemente basada en la batería. Su unidad de almacenaje de energía posee un alcance cercano a los 44 kilómetros. Puede cargarse durante la noche en cochera a 110 voltios, y si el usuario tendrá una conducción urbana típica entre semana, puede llegar a dar un servicio 99 por ciento eléctrico siempre que mantengamos una aceleración moderada y aprovechemos con tino la recarga de energía al reducir velocidad.
Lincoln proporciona a los compradores un cargador 240 V que lleva la batería de 5 a 95 por ciento de carga en alrededor de tres horas. Esta misma experiencia podemos tenerla en los cargadores de centros comerciales, hoteles y demás destinos en los cuales podemos aprovechar y rellenar niveles mientras vemos una película o disfrutamos una comida.
El hecho de que el tren motriz de Corsair aprovecha la propulsión eléctrica siempre que se lo permitamos se traduce en una aceleración robusta, pues el par originado en la batería está a la orden para salir del reposo, máxime que se trata de una unidad con tracción integral automática, cuya potencia combinada suma 266 caballos. La unidad cuenta con modo de manejo para utilizar solamente electricidad, o, al contrario, para ir rellenando la batería sin consumir carga de batería.
Los interiores de la unidad probada, la versión Grand Touring, celebran el establecimiento de un santuario personal gracias a la tapicería en piel y los acentos en madera Paldao. Ayuda a dar una sensación de amplitud el techo acristalado para las plazas de la primera y segunda fila de asientos. A esta atmósfera se suma el alto nivel de insonorización gracias a los cristales laminados y el sistema de reducción activa de ruido de su sistema Revel by Harman.
El arranque con botón y la combinación de alternativas de accesos, sea por llave inteligente o en ausencia de este por la app de la marca o bien por el conocido sistema de Ford Motor Company ubicado en clave numérica alimentada en teclas del pilar B facilita el uso de esta unidad.
Después de seis meses probando Corsair en calles, autopistas, brechas, lluvia y lodo, nos deja un sabor de lujo sensato, una alternativa que se destaca de la oferta de volumen sin incursionar en precios de alternativas que ofrecerán quizá más poder a costa de comodidad cotidiana, además de ser más caros.