Audios que exhiben a Gertz Manero como un “delincuente confeso”, pueden golpear duramente al sexenio de AMLO
COMPARTIR
“Será un cáncer que se extienda por su cuerpo hasta convertir un problema que no era de él, en suyo”
Andrés Manuel López Obrador no ha dimensionado el daño a largo que podría recaer en él, por el escándalo del caso de los audios donde el fiscal Alejandro Gertz Manero se exhibe como un delincuente confeso.
Sin embargo, los audios no eran un golpe contra él. Por lo que la intercepción y difusión de los audios tenía como evidente propósito la destrucción de la credibilidad de Gertz Manero y la exposición del abuso del poder.
De acuerdo con la columna de Raymundo Riva Palacio, los audios colocaron a Gertz Manero en una situación de riesgo, al dejarlo muy mal parado con la Suprema Corte tras mostrar contubernio en la demanda contra su familia política que se discutira en el pleno el próximo lunes.
Olga Sánchez Cordero, en vísperas de ser cesada como secretaria de Gobernación, quien le entregó de mano un expediente donde detallaba supuestas corruptelas de Julio Scherer con una decena de despachos.
No le puso demasiada atención, pese a su molestia con el consejero por señalamientos de corrupción que venía acumulando desde mayo, cuando comenzó a decirle a personas cercanas a él que se alejaran de Scherer y de su primo Hugo, hasta ese entonces estrategas electorales de Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, de quienes sospechaba de abusos y excesos.
Gertz Manero, hasta donde se sabe, no le informó que había dado trámite a las denuncias contra Scherer, cuyas denuncias fueron hechas después de la de Collado. Esta, que es la única ampliamente socializada, provocó enormes tensiones en el entorno del Presidente desde diciembre, que no han dejado de crecer e involucrado a cada vez más colaboradores cercanos a López Obrador.
TE PUEDE INTERESAR: Coahuila: así puedes saber si tu pareja tiene (o no) antecedentes de violencia contra la mujer
El tema del conflicto fue ventilado la semana pasada en Palacio Nacional, pero a López Obrador no le interesó tomarlo en sus manos. Le pidió a Lázaro Cárdenas, su jefe de asesores y quien ha sido uno de los más insistentes en que el Presidente atienda el caso, que estuviera al pendiente, porque pese a que ha estado molesto con Scherer por su presunta corrupción, dijo, todavía se sentía en deuda con todo lo que el exconsejero hizo por él y su familia durante muchos años.
Menciona Riva que la forma como AMLO se ha referido al tema desde el lunes ha sido superficial.
Declaró que no había escuchado los audios. Puede ser que no conozca los detalles, lo que no significa que esté desinformado de la evolución de la denuncia de Collado en el contexto del conflicto de Gertz Manero contra Scherer.
La forma como públicamente lo ha procesado es como si se tratara de un ataque contra él, y no como una embestida interna contra el fiscal. No quiere darse cuenta de que el fiscal está contaminado, y si mantiene su defensa ciega, será un cáncer que se extienda por su cuerpo hasta convertir un problema que no era de él, en suyo.
Añade que podrá mantener el tiempo que quiera a Gertz Manero, pero no modificará su descrédito como fiscal, y la certeza pública de que es capaz de violar la ley para satisfacer sus intereses particulares. Entre más tiempo esté en el cargo, más lastre le acumulará al presidente. Internamente las cosas se han ido calentando, y no han dejado de darse reuniones en los más altos niveles del gobierno para que el caso no se desborde más.