Cientos de migrantes en Matamoros buscan ansiosos ingresar a EU por medio de una app
Sienten que ya están más cerca de empezar a poner fin a sus penurias
Mediante la aplicación CBP One, los migrantes pueden pedir una entrevista con autoridades de Estados Unidos para que les autoricen el ingreso, vía terrestre, por razones humanitarias.
Por lo que se trata de una excepción al Título 42, una norma que bloquea el acceso de personas sin visa para evitar la propagación del COVID-19, pero que en la práctica se convirtió en una medida de antimigración.
Este proceso fue anunciado el pasado 5 de enero por la Casa Blanca junto con otro que permitirá el ingreso mensual de hasta 30 mil migrantes cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos.
Deben ingresar por avión, desde sus países de origen o desde donde estén, además de superar una investigación de antecedentes penales, tener un patrocinador en Estados Unidos que les brinde apoyo financiero y estar vacunados.
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En el campamento de Matamoros (fronteriza con Browsville, Texas) cientos de personas, sobre todo venezolanos y haitianos, buscaban ansiosos en los celulares ingresar sus datos a la app.
Se estima que en esta ciudad permanecen varadas unas 7 mil personas en condiciones precarias y soportando las bajas temperaturas invernales. Las primeras citas fueron programadas para el 18 de enero.
Joe Biden ha advertido que también se endurecerán las restricciones para impedir los ingresos ilegales en la frontera, de 3 mil 100 kilómetros, que pisó por primera vez en su gobierno el domingo pasado en El Paso, Texas, previo a una visita oficial a México.
Solo en el año fiscal 2022 se contabilizaron 2.3 millones de arrestos y expulsiones, cinco veces más que en 2020, en gran parte por el Título 42.
Miles de esas personas permanecen en localidades mexicanas fronterizas, algunas desde hace un año, a la espera de que les permitan argumentar que huyen de la pobreza, la violencia o las persecuciones políticas. También, para intentar ingresar por su cuenta.
En el campamento de Matamoros, levantado sobre un terreno polvoriento, algunas tiendas se adaptaron como áreas de trabajo, donde los más diestros en cuestiones informáticas ayudaban solidariamente a sus vecinos, amigos o familiares a lograr la cita.
Aunque el correo de confirmación en inglés que reciban no garantiza que obtendrá el permiso de ingreso, no se desaniman. Sienten que ya están más cerca de empezar a poner fin a sus penurias.