Cierres y despidos masivos: el futuro cada vez más sombrío del negocio periodístico

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/ 29 enero 2024

Incluso para los estándares del negocio periodístico cuyas fortalezas han decaído en la era digital, las últimas semanas han sido especialmente sombrías para el periodismo estadounidense

Por Michael M. Grynbaum, John Koblin, Benjamin Mullin y Katie Robertson

A medida que los estadounidenses se preparan para un año electoral que provocará mucha desinformación, los medios de comunicación tradicionales luchan por mantenerse a flote.

Incluso para los estándares del negocio periodístico cuyas fortalezas han decaído en la era digital, las últimas semanas han sido especialmente sombrías para el periodismo estadounidense.

Periódicos importantes como The Washington Post están despidiendo a reporteros y editores, y el martes, Los Angeles Times despidió a más del 20 por ciento de su redacción. Los índices de audiencia de las noticias por cable han caído en medio de una contienda primaria presidencial no competitiva. Publicaciones célebres como Sports Illustrated, que ya eran una sombra de lo que alguna vez fueron, han sido vaciadas de la noche a la mañana.

A medida que los estadounidenses se preparan para un año electoral en el que se experimentarán guerras de desinformación, propaganda generada por inteligencia artificial y un debate sobre el futuro de la democracia, la industria de las noticias tradicionales ―que alguna vez fue el gran vigilante de los hechos y moderador del discurso público― está luchando por mantenerse a flote.

La crisis es particularmente grave a nivel comunitario. Un promedio de cinco periódicos locales están cerrando cada dos semanas, según la Escuela Medill de la Universidad Northwestern, y más de la mitad de todos los condados estadounidenses ahora son considerados como desiertos informativos con acceso limitado a noticias sobre sus ciudades natales. De 1100 estaciones de radio públicas y afiliadas, solo aproximadamente una de cada cinco está produciendo periodismo local.

“En un momento en que Estados Unidos necesita más que nunca una sólida cobertura de noticias, es muy perturbador ver a las fuerzas económicas organizadas tan poderosamente en contra de las fuentes de noticias tradicionales”, dijo Andrew Heyward, un expresidente de noticias de CBS que trabaja con un grupo de investigadores del MIT estudiando el futuro de las noticias y la información.

“No solo es perturbador”, añadió. “Es peligroso”.

El declive ha continuado durante años, pero una dolorosa confluencia de desafíos ha provocado la debacle actual.

Los estadounidenses sufren de fatiga informativa, abrumados con noticias importantes como las próximas elecciones y las guerras en Medio Oriente y Ucrania. Aquellos que sí siguen las noticias optan cada vez más por informarse en las redes sociales y sitios antisistema que existen fuera de los medios antiguos.

Las compañías están gastando más de sus presupuestos de publicidad para captar usuarios en grandes plataformas tecnológicas como Instagram y Google, que a su vez se han vuelto menos fiables para referir lectores a fuentes de noticias tradicionales. Twitter, ahora X, perdió usuarios y relevancia después de su caótica adquisición por Elon Musk, mientras que Google y Meta despidieron a empleados clave de la sección de noticias y el jefe de la aplicación Threads de Instagram dijo que no se enfocaría en ese rubro.

Los problemas a nivel corporativo también han pasado factura.

El aumento de las emisiones en continuo y la disminución en las visitas al cine han generado recortes en las empresas matrices de muchos medios de comunicación. Disney, que posee ABC News, despidió a miles de trabajadores el año pasado. Como NBCUniversal ha perdido espectadores en su división de TV por cable, que alguna vez fue formidable, NBC News despidió a varias decenas de empleados este mes. CNN, propiedad de Warner Bros. Discovery, cargada de deudas, pasó por una ronda de despidos. Paramount, que posee CBS News, también está planeando recortes profundos, según una persona con conocimiento de las discusiones.

The New York Times, The New Yorker y The Boston Globe han tenido éxito atrayendo a suscriptores digitales, y hay algunas señales de recuperación económica entre las empresas emergentes de suscripción basada en nichos que en su mayoría se enfocan en una sola industria, como The Information para tecnología y The Ankler para Hollywood.

Sin embargo, la avalancha de titulares dolorosos es una señal ominosa para los esfuerzos de la industria de noticias por forjar modelos de negocio sostenibles.

The Washington Post y Los Angeles Times parecían preparados para resurgir después de que fueron comprados por multimillonarios conocedores de la tecnología, el tipo de benefactores financieros que la industria esperaba que pudiera ofrecer un salvavidas a medida que los ingresos impresos disminuían. Ambos periódicos cosecharon contrataciones y Premios Pulitzer.

Pero los dos perdieron decenas de millones de dólares el año pasado. Este mes, Kevin Merida, el muy respetado editor de Los Angeles Times, renunció después de tener un desacuerdo con el propietario del periódico, Patrick Soon-Shiong. Luego vinieron los despidos masivos.

“Si te importa el periodismo, las noticias locales, nacionales, internacionales, todas las luces de advertencia deberían estar parpadeando en rojo”, escribió Mary Louise Kelly, presentadora de All Things Considered de NPR, en X después de que se difundiera la noticia de esos despidos.

The Washington Post está recortando gastos bajo la gestión de su propietario multimillonario, el fundador de Amazon, Jeff Bezos. El periódico se disparó en popularidad durante el gobierno de Donald Trump, pero no logró mantener su crecimiento de suscriptores. Poco antes del año nuevo, el Post anunció que 240 empleados habían aceptado indemnizaciones por despido.

The Baltimore Sun, el periódico más grande de Maryland, también enfrenta un futuro incierto. Fue vendido este mes a David Smith, un empresario que dirige Sinclair Broadcast Group, un conglomerado de tendencia conservadora. Muchos reporteros de The Sun están preocupados por la posibilidad de que Smith imponga sus intereses políticos en un periódico que, según admitió recientemente, apenas había leído en los últimos 40 años.

El mundo de las revistas tampoco ha sido inmune. La semana pasada, Sports Illustrated, otrora un titán del periodismo deportivo, cuya portada era un premio codiciado para los atletas más grandes del mundo, dijo que estaba despidiendo a gran parte de su personal, y su futuro es incierto mientras sus propietarios consideran licenciar la propiedad a nuevos inversores. Días antes, Condé Nast fusionó Pitchfork, que llegó a ser la gema de la crítica musical alternativa, con la revista GQ y despidió empleados, incluyendo a la editora en jefe.

El martes, los trabajadores sindicalizados de Condé Nast organizaron una huelga y protesta en su sede del World Trade Center. La revista Time, propiedad del multimillonario Marc Benioff, el fundador de Salesforce, también comenzó a despedir empleados esta semana.

Las recientes malas noticias son, en cierto modo, una continuidad del año pasado. En 2023, Business Insider, Los Angeles Times y NPR recortaron al menos el 10 por ciento de sus planillas; la división de noticias de BuzzFeed fue cerrada; News Corp recortó 1250 personas; National Geographic despidió a los periodistas que le quedaban; Vox Media pasó por dos rondas de despidos; Vice Media se declaró en bancarrota; Popular Science cerró su revista en línea; y ESPN, Condé Nast y Yahoo News recortaron puestos.

“Una nueva realidad ha calado en los medios antiguos, tanto entre los incondicionales de la prensa escrita, propiedad de multimillonarios, como en algunos de los actores digitales nacionales de alto perfil que ganaron gran notoriedad hace una década”, dijo Ken Doctor, un empresario de medios y analista.

Ahora, la industria de noticias está mirando hacia nuevos obstáculos planteados por la tecnología de inteligencia artificial. Algunos medios han expresado preocupación de que los algoritmos de IA, que generan respuestas improvisadas a las preguntas de los lectores, podrían remplazar a los sitios de noticias en línea como fuentes de referencia para eventos actuales.

The New York Times ha demandado a OpenAI y Microsoft por infracción de derechos de autor, argumentando que millones de artículos publicados por el Times fueron usados para entrenar chatbots automatizados que ahora compiten como proveedores de información. Algunas editoriales, como Axel Springer, cerraron tratos con OpenAI para recibir pagos anuales a cambio del uso de sus archivos digitales.

Si hay un lado esperanzador, podrían ser los canales locales que se enfocan en las noticias.

Aunque las estaciones de noticias locales de televisión enfrentan sus propios problemas como cargas de trabajo más pesadas para los reporteros, incluso cuando los salarios se han estancado, muchos se mantienen en mejor estado que los periódicos locales, dijo Heyward, el expresidente de noticias de CBS, quien ahora trabaja como consultor para varios medios de comunicación locales.

“Las noticias locales de televisión tienen mucho a su favor”, dijo. “Prácticamente, cada mercado de cualquier tamaño tiene de tres a cuatro salas de redacción compitiendo, lo cual es un contraste marcado con el periódico local, donde un mercado tiene suerte si tiene uno. Y, si lo tienen, generalmente es una sombra de lo que fue”.

Una encuesta de Gallup y Knight Foundation en 2022 reveló que los estadounidenses confían mucho más en las fuentes de noticias locales que en las organizaciones de medios nacionales. Y solo el 19 por ciento de los estadounidenses describieron su confianza en los periodistas como “alta” o “muy alta” en una encuesta de Gallup publicada esta semana, una disminución de nueve puntos respecto a hace cuatro años.

“No se les puede demonizar como productores de noticias falsas”, dijo Heyward sobre los medios locales. “Si hay un semáforo roto en la esquina de Elm y Maple, la gente lo sabe y no hay hechos alternativos. Los estadounidenses tienen problemas para ponerse de acuerdo, pero en un mercado local, lo logran”.

c. 2024 The New York Times Company

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