Claudia ‘está atrapada’ entre definir si importa más recuperar Sinaloa o lo que piense AMLO: Riva Palacio
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En la guerra del Cártel de Sinaloa, afirma, Claudia Sheinbaum enfrenta dudas en la estrategia de seguridad, pues teme incomodar a su antecesor
CDMX.- Claudia Sheinbaum inició con ímpetu su estrategia de seguridad en Sinaloa para contener la violencia, pero dio marcha atrás ante el temor de incomodar al expresidente Andrés Manuel López Obrador, afirma Raymundo Riva Palacio.
El periodista asegura que “regresó la política de abrazos y no balazos” debido a que la Presidenta se encuentra atrapada en la contradicción de lealtad a su mentor o recuperar Sinaloa de la violencia.
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“Sheinbaum parece estar atrapada en la red de López Obrador y sus contradicciones entre lealtades y sumisiones”, refiere hoy en su columna “Estrictamente Personal”.
Sinaloa está por cumplir tres meses azotada por la violencia en la guerra interna del Cártel de Sinaloa, entre las facciones de “El Mayo” Zambada y los hijos de “El Chapo” Guzmán.
De acuerdo con datos oficiales citados por Riva Palacio hoy en su artículo, hasta el 28 de noviembre el conflicto había dejado 523 muertos, 131 secuestros (aunque la cifra negra es tres veces mayor) y 60 balaceras, además de una crisis económica profunda.
SHEINBAUM DIO GOLPES IMPORTANTES, PERO SE ASUSTÓ: RIVA PALACIO
Al arranque de su gobierno, de acuerdo con el periodista Riva Palacio, la presidenta Claudia Sheinbaum autorizó a las fuerzas federales “actuar, contener, neutralizar y terminar con la violencia”.
Con esa estrategia, añade, Sheinbaum dio golpes importantes, pero terminó por dar marcha atrás debido a que el índice de letalidad la asustó, pero no fue la capacidad de fuego, sino López Obrador.
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“El índice de letalidad espantó en Palacio Nacional, no por lo que significó el uso de un poder de fuego muy superior al de los criminales, sino por lo que significaba políticamente”, añade.
La nueva estrategia aplicada por la Presidenta, explica el periodista, contravenía la política de “abrazos, no balazos” de su antecesor y de inmediato fue notado por los medios.
La prensa, refiere en su columna, “subrayó que la estrategia de López Obrador era cosa del pasado y que ahora sí enfrentarían a los criminales”.
De acuerdo con el periodista, el suceso que desató los temores de la mandataria fue el operativo del 23 de octubre donde fue detenido Edwin Antonio Rubio, “El Max”, brazo armado del grupo identificado como la mayiza.
“‘El Max’... fue detenido por los Gafes (un cuerpo de fuerzas especiales) tras un enfrentamiento en donde mataron a 19 de sus escoltas. No hubo ningún militar muerto o herido”, narra el analista.
Las dudas, sin embargo, frenaron a Sheinbaum y la orden fue reducir los “encuentros” entre las fuerzas del gobierno y los grupos criminales, según reveló en días pasados el propio gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha.
La Presidenta sabe que es urgente recuperar Culiacán, indica el editorial, pero tiene dudas sobre “qué tanto y hasta dónde podría autorizar a las fuerzas federales para restablecer el orden, la paz y la gobernabilidad en el estado, sin que su mentor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, se sienta agredido por el contraste que harían los balazos frente a sus abrazos”.