¿Cuáles son los virus más mortales?... ¡y que no tienen vacuna!
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Si bien el virus del SARS-CoV-2 logró atraer la atención por su rápida propagación, existen diversos patógenos que son una amenaza
Tras el surgimiento del COVID-19 así como a la reaparición de múltiples enfermedades infecciosas, como la viruela del mono, y aunque la mayoría han logrado ser controladas, hay algunos virus que deberían causarnos cierta preocupación pues son considerados como los más mortales y además no existen vacunas para combatirlos.
Si bien el virus del SARS-CoV-2 logró atraer la atención por su rápida propagación, existen diversos patógenos que son una amenaza, pero que no han sido lo suficientemente investigados para desarrollar vacunas o tratamientos para que sean controlados.
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Pese a que no se suele hablar ni investigar mucho al respecto sobre los llamados virus emergentes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene cierta preocupación al respecto debido a su alta tasa de mortalidad y porque, aunque su contagio es realmente bajo, ciertas condiciones en los servicios de salud y hasta las mutaciones que podrían sufrir los patógenos podrían aumentar la facilidad con la que se transmiten entre las personas.
¿Cuáles son los virus más mortales y que no tienen una vacuna para combatirlos?
De esta forma te daremos a conocer los virus más mortales y algunas de sus características, a fin de que puedas comprender mejor ciertos patógenos y sepas que los virus son una amenaza real para los seres humanos.
Fiebre de Marburgo
La letalidad de la enfermedad por el virus de Marburgo (EVM), que causa el virus que lleva este nombre, es de hasta el 88%, pero podría ser mucho menor si se atendiera debidamente a los pacientes. La EVM se identificó por vez primera en 1967 tras registrarse simultáneamente brotes en Marburgo y Frankfurt (Alemania) y en Belgrado (Serbia).
Aunque los virus de Marburgo y del Ébola son virus distintos, ambos pertenecen a la familia Filoviridae y ocasionan enfermedades con características clínicas similares. Ambas son raras, pero las tasas de letalidad de sus brotes pueden ser elevadas.
Dos grandes brotes que ocurrieron simultáneamente en Marburgo y Frankfurt (Alemania) y en Belgrado (Serbia) en 1967 permitieron identificar la enfermedad por vez primera. Estos brotes se asociaron al trabajo en laboratorios con monos verdes africanos (Cercopithecus aethiops) importados de Uganda. Posteriormente, se han notificado brotes y casos esporádicos en Angola, Kenya, la República Democrática del Congo, Sudáfrica (en una persona que había viajado recientemente a Zimbabwe) y Uganda. En 2008 se notificaron dos casos independientes en viajeros que habían visitado una cueva habitada por colonias de murciélagos Rousettus en Uganda.
Transmisión
Inicialmente, la infección humana por EVM se debe a la estancia prolongada en minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos Rousettus.
La transmisión entre personas ocurre por contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.
Se han descrito casos de transmisión al personal sanitario que atiende a pacientes con EVM presunta o confirmada, a través del contacto estrecho sin las debidas precauciones de control de las infecciones. El contagio a través de materiales para inyección contaminados o de pinchazos con agujas se asocia a una mayor gravedad de la enfermedad, a un agravamiento más rápido y, posiblemente, a una mayor tasa de letalidad.
También se puede dar esta transmisión en las ceremonias funerarias en que los dolientes tienen contacto directo con el cuerpo del difunto.
La infectividad persiste mientras haya virus en la sangre.
Nipah
El virus de Nipah es un virus zoonótico (transmitido principalmente de animales a personas, y en ocasiones también de persona a persona y mediante comida contaminada). En las personas infectadas tiene manifestaciones clínicas diversas, que van de la infección asintomática (subclínica) a la infección respiratoria aguda y la encefalitis letal. El virus de Nipah también puede causar enfermedades graves en animales como los cerdos, lo que resulta en pérdidas económicas significativas para los ganaderos.
Aunque el virus de Nipah ha causado solo unos pocos brotes conocidos en Asia, infecta a una gran variedad de animales y es causa de enfermedades graves y muerte en las personas, por lo que es un problema de salud pública.
Brotes anteriores
El virus de Nipah se reconoció por primera vez en 1999 en Malasia durante un brote entre criadores de cerdos. Desde 1999 no se han notificado nuevos brotes en la zona.
En Bangladesh se reconoció por primera vez en 2001, y el país ha sufrido brotes casi anuales desde entonces. La enfermedad también se ha identificado periódicamente en el este de la India.
Otras regiones pueden estar en riesgo de infección por el virus de Nipah, ya que se han encontrado pruebas serológicas de su presencia en el reservorio natural conocido (especies de murciélagos del género Pteropus) y varias otras especies de murciélagos en varios países, como Camboya, Ghana, Filipinas, Indonesia, Madagascar y Tailandia.
Ébola
La enfermedad por el virus del Ébola (EVE) es un enfermedad grave, a menudo mortal en el ser humano. El virus se detectó por vez primera en 1976 en dos brotes simultáneos ocurridos en Nzara (hoy Sudán del Sur) y Yambuku (República Democrática del Congo). La aldea en que se produjo el segundo de ellos está situada cerca del río Ébola, que da nombre al virus.
El brote de ébola de 2014-2016 en África Occidental fue el más extenso y complejo desde que se descubrió el virus en 1976. Hubo más casos y más muertes en este brote que en todos los demás juntos. Además, se extendió a diferentes países: empezó en Guinea y después se propagó a través de las fronteras terrestres a Sierra Leona y Liberia.
El género Ebolavirus es, junto con los géneros Marburgvirus y Cuevavirus, uno de los tres miembros de la familia Filoviridae (filovirus). Se han identificado cinco especies distintas en el género Ebolavirus:
Ebolavirus Bundibugyo (BDBV); ebolavirus Zaire (EBOV); ebolavirus Reston (RESTV); ebolavirus Sudan (SUDV), y ebolavirus Taï Forest (TAFV).
Las especies BDBV, EBOV y SUDV se han asociado a grandes brotes de EVE en Africa. El virus responsable del brote en África Occidental en 2014-2016 pertenece a la especie Zaire.
Transmisión
Se considera que los huéspedes naturales del virus son los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae. El virus del Ebola se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados, de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva.
Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.
La infección del personal sanitario al tratar a pacientes con EVE ha sido frecuente cuando ha habido contacto estrecho y no se han observado estrictamente las precauciones para el control de la infección.
Las ceremonias de inhumación que implican contacto directo con el cadáver también pueden contribuir a la transmisión del ébola.
Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre.
Fiebre de Crimea-Congo
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad muy extendida causada por un virus (Nairovirus) de la familia Bunyaviridae transmitido por garrapatas. Este virus causa graves brotes de fiebre hemorrágica viral, con una tasa de letalidad del 10%-40%.
La FHCC es endémica en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia en los países situados por debajo de los 50o de latitud norte, que es el límite geográfico de la garrapata que constituye su vector principal.
El virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en los animales y las garrapatas
Entre los huéspedes del virus de la FHCC figuran una amplia variedad de animales salvajes y domésticos como vacas, ovejas y cabras. Muchas aves son resistentes a la infección, pero los avestruces son vulnerables y pueden mostrar una alta prevalencia de la infección en las zonas endémicas, donde han sido identificados como el origen de casos humanos. Por ejemplo, un brote anterior se produjo en un matadero de avestruces en Sudáfrica. Estos animales no parecen sufrir la enfermedad.
Los animales se infectan por la picadura de garrapatas infectadas y el virus permanece en el torrente circulatorio durante aproximadamente una semana tras la infección, de modo que, cuando otra garrapata pica al animal, se perpetúa el ciclo garrapata-animal-garrapata. Aunque hay varios géneros de garrapata que pueden verse infectados por el virus de la FHCC, Hyalomma constituye el vector principal.
Transmisión
El virus de la FHCC se transmite a las personas ya sea por la picadura de garrapatas o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados durante o inmediatamente después de la matanza. La mayoría de los casos se han dado en personas relacionadas con la industria ganadera, como trabajadores agrícolas, trabajadores de mataderos y veterinarios.
Puede haber transmisión entre seres humanos en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas. También se producen infecciones nosocomiales como consecuencia de la mala esterilización del equipo médico, la reutilización de agujas y la contaminación de los suministros médicos.
Virus H7N9
La mayoría de las infecciones en los seres humanos por los virus de la influenza aviar, incluidos los virus H7N9 de origen asiático, se ha producido por estar expuestos a aves de corral infectadas o ambientes contaminados.
Los virus H7N9 de origen asiático siguen circulando en aves de corral en China. La mayoría de los pacientes con infección por el virus H7N9 tenían enfermedades respiratorias graves (p. ej., neumonía).
En China se registraron pocos casos de propagación limitada de persona a persona con este virus pero no hay pruebas que demuestren una propagación sostenida entre personas.
Algunos casos de infecciones en humanos por el virus H7N9 de origen asiático se han reportado fuera de China, Hong Kong o Macao pero todas estas infecciones ocurrieron entre personas que viajaron a China antes de enfermarse. Dentro de los Estados Unidos, no se detectaron los virus H7N9 de origen asiático en personas ni en aves.