El búnker de García Luna... ¿dónde se ubica, cómo es y que hay al interior de la ‘guarida’ del ex titular de la SSPC?
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El 24 de noviembre de 2009, el entonces presidente Felipe Calderón inauguró el Centro de Inteligencia de la Policía Federal, hoy llamado, El Bunker de García Luna
El elevador que conducía a las oficinas del entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna se ubica justo donde comienza un largo túnel de 400 metros que conduce a las entrañas del búnker construido en plena guerra contra el narcotráfico.
Una millonaria inversión para que hoy se sepa que su principal operador, Genaro García Luna en realidad trabajaba para el crimen organizado que decía combatir.
En un recorrido por las entrañas de esa instalación a cargo de elementos de la Guardia Nacional se conoció el ahora denominado Cuarto de Crisis, un centro de reunión para que los altos mandos accedan por las sofisticadas pantallas a operaciones de inteligencia, vigilancia y seguimiento.
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El “búnker de Constituyentes” o Centro Nacional de Inteligencia, ubicado en la Ciudad de México, en la actualidad se encuentra en ruinas y fue construido durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón con recursos públicos y tecnología de última generación, adquirida bajo el respaldo de la Iniciativa Mérida.
Este centro se edificó bajo tierra y era el sostén de la Plataforma México, una red de interconexión de telecomunicaciones para el resguardo y procesamiento de datos.
Operaba más de 15 mil conexiones simultáneas y 40 millones de transmisiones protegidas de información. Era la base de inteligencia criminal más importante de América Latina y la confiabilidad que tenía permitía que las visas Global Entry de Estados Unidos tuvieran en ella su primer control de seguridad.
Dentro de este búnker se construyó un centro de mando estratégico para el Presidente de la República en un caso de emergencia extrema que le permitiría mantenerse al frente del país y gobernando, sin quedar desconectado, por ejemplo, en un terremoto devastador con una magnitud superior de nueve.
Además, dentro de él se encontraban alrededor de 600 estaciones de intervención telefónica, que al llegar el Gobierno de Enrique Peña Nieto fueron trasladadas al Cisen y se cambió el propósito de la vigilancia.
En el Centro Nacional de Inteligencia había otra área restringida para todos aquellos que no tuvieran doble certificación por parte de la CIA y la DEA, donde se daba seguimiento a las operaciones secretas de los dos países contra el crimen organizado trasnacional en tiempo real.
El búnker lo solía mostrar García Luna a sus visitantes, aunque no había acceso más que a la base de datos criminal. Una visitante regular era la entonces procuradora de Estados Unidos, Janet Napolitano, quien varias veces le pidió a Calderón que le ayudara a construir una réplica en Centroamérica.
Otros visitantes fueron Michele Leonhardt, directora de la DEA, Leo Panetta, en su calidad de director de la CIA, Ronald Noble, que era el jefe de Interpol, y todos los secretarios de Seguridad Pública de América Latina.
El búnker era una joya de tecnología contra criminales, pero en el Gobierno de Peña Nieto se desmanteló.
En los tiempos del calderonato, era el centro de operaciones de la hoy desaparecida Policía Federal. Se concibió como una aspiración que se asemejará a un sofisticado sistema de seguridad que se transmitía en la televisión estadounidense en la serie 24 horas. Esa fue su fuente de inspiración, según reconoció entonces Calderón.
Paradójicamente, al año siguiente de su inauguración para enfrentar con mayor uso de la inteligencia, se desató aún más furiosamente la violencia en México con un saldo de 27 mil 213 muertos en 2011 y 25 mil 967, en 2012, en los dos últimos años de aquel sexenio en donde se revindicaba en el discurso oficial la guerra contra el narcotráfico.