El caso de Norma Piña, entre los efectos indeseables del discurso presidencial: columnista

La violencia de la que ha sido víctima la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es parte de los efectos indeseables del discurso presidencial, advierte el columnista Federico Berrueto.

El último hecho ocurrido en el Zócalo capitalino contra Norma Piña, añade el politólogo, debería obligar al presidente Andrés Manuel López Obrador a una obligada reflexión sobre sus palabras.

El sábado pasado, durante el mitin convocado por López Obrador para presuntamente celebrar el 85 aniversario de la expropiación petrolera, un grupo de asistentes quemó una piñata con la figura de la ministra presidenta.

“Lo malo del evento vino de la ocurrencia de quemar una figura relacionada con la presidenta de la Corte. Seguramente un acomedido”, señala Berrueto en su artículo de hoy.

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Sin embargo, este no ha sido el único hecho de violencia contra Piña o la Suprema Corte que encabeza.

Se suma el del miércoles 8 de marzo, cuando hasta las escalinatas del Poder Judicial llegó una mujer disfrazada con toga y birrete portando un rifle, presuntamente falso.

Esta mujer demandó la salida de Norma Piña como ministra y lanzó insultos contra ella y la Corte.

“¡Que la vengan a ver, que la vengan a ver, esta no es Magistrada, es una naca de cabaret!”, “Queremos una limpia en el Poder Judicial, no podemos seguir permitiendo que corruptos y delincuentes lleven las riendas de la institución”, fueron algunas de las frases que hizo.

También hay que añadir la amenaza de muerte contra la ministra hecha en redes sociales el 1 de marzo, fecha en que López Obrador desde la mañanera reclamó el falló a favor del exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.

“Apenas llegó la nueva presidenta y se desata una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes”, expresó el Presidente.

Más tarde, una persona identificada con el usuario @VicaPocnh señaló con una imagen que el “problema” era la ministra y la “solución” una bala.

Este hecho ameritó que jueces y magistrados cerraran filas a favor de la Norma Piña y demandarán al Presidente respeto hacia el Poder Judicial.

“Lo acontecido debiera llevar al presidente López Obrador a la reflexión obligada del efecto de sus palabras en sus seguidores. El discurso presidencial está teniendo efectos indeseables, mucho más en un país en el que la violencia es expresión cotidiana, recurrente”, advierte Federico Berrueto.

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El de la ministra no es el único caso, el politólogo también menciona el atentado contra Ciro Gómez Leyva y que “obliga al presidente a un alto en camino”.

“No se sabe a ciencia cierta el origen de la acción criminal. Que haya sido una acción de un acomedido plantea la peor de las razones, no menos que haya sido un capo aludido en la libertad de expresión... La elusiva identidad del autor intelectual obliga a la prudencia y a un sentido mayor de alerta”, explica el columnista.

En ese sentido, Berrueto llama a ampliar la tolerancia y el respeto al otro, sobre todo desde la investidura presidencial porque “su condición de representante de otro de los poderes de la Unión obliga al respeto, más de quien tiene la condición de Jefe de Estado”.

Desde que Norma Piña llegó a la presidencia de la Corte en medio de la polémica por el plagio de Yasmín Esquivel, quien era la candidata de López Obrador a ocupar el cargo, el Presidente ha emprendido una campaña de ataque en su contra.

El 3 de enero, tras felicitarla por su nombramiento, el presidente la señaló “la presidenta Norma Piña siempre ha votado en contra de las iniciativas que nosotros hemos defendido”.

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El 8 de febrero, tras la polémica en la celebración del 106 aniversario de la Promulgación de la constitución de 1917 cuando la ministra Piña no se levantó de su asiento, como el resto de los asistentes, para recibir al Presidente, AMLO dijo que si estaba como presidente de la Corte era por él.

“¿Imaginan el cambio que significa? La señora presidenta de la Corte, para hablar en plata, está por mí de presidenta”, refirió López Obrador.

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