El hombre real detrás del pasamontañas del Subcomandante Marcos
La primera vez que se hizo notar por parte de los medios, fue el día del levantamiento antes mencionado, en la plaza central de San Cristóbal de las Casas
Se cumple 1 de enero, 30 años del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que el primer día de 1994, decidieron rebelarse en contra del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, tomando cinco cabeceras municipales de Chiapas.
En San Cristóbal de las Casas, presentaron una declaración de guerra y definieron su origen en los procesos históricos.
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La primera reacción que tuvo el gobierno fue enviar tropas del Ejército Nacional para sofocar la rebelión. Se ha manejado oficialmente la cifra de 70 mil efectivos.
Algo que se volvió en un símbolo del movimiento fue el uso de pasamontañas por parte de los miembros del EZLN. Sin embargo, lo que provocó más misterio fueron las figuras de sus líderes. Entre ellos el famoso Subcomandante Marcos, que rápidamente se volvió en el portavoz y surgieron múltiples teorías alrededor de su origen.
EL SUBCOMANDANTE MARCOS Y SU MISTERIOSA HISTORIA
De acuerdo con la entonces PGR, su nombre real es Rafael Guillén Vicente, nació el 19 de junio de 1957 en Tampico, Tamaulipas.
Su familia tenía un negocio de venta de muebles, e incluso su padre, Alfonso Guillén, fue líder de la cámara de comercio local.
Su hermana, Paloma, fue diputada federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y en el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto fue subsecretaria de Migración en la Secretaría de Gobernación.
Fue profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), cuentan sus exalumnos que era bromista, que solía desconcertar a sus alumnos y que siempre traía una pipa.
Impartía la materia de Diseño Gráfico para la carrera de comunicación de la UAM, pero en las tareas escolares solicitaba leer textos de Michel Foucault, Marx o Louis Althuser. Buscaba crear un diseño con carácter social.
Algunos de sus alumnos desertaron la clase, pero quienes se quedaron recuerdan que tenía una relación cordial con casi todos, y con su sentido del humor que lo caracterizaba.
Lo que se sabe, es que en 1983, estuvo presente en la fundación del EZLN, cuando se asentó en la Selva Lacandona de Chiapas.
“El mando escribe en su diario de campaña algo así como: 17 de noviembre de 1983. Tantos metros sobre el nivel del mar. Lluvioso. Montamos campamento. Sin novedad”.
“No ha habido ninguna ceremonia especial, pero ese día y a esa hora se ha fundado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional”.
La primera vez que se hizo notar por parte de los medios, fue el día del levantamiento antes mencionado, en la plaza central de San Cristóbal de las Casas.
Ya que entre la multitud de cientos de milicianos del EZLN, destacaba un hombre alto, de tez blanca y con un pasamontañas.
El periodista Amado Avendaño, director del periódico local El Tiempo, se acercó a él y le preguntó su nombre.
“Subcomandante Insurgente Marcos”, respondió. Horas después, los milicianos salieron de San Cristóbal. En los siguientes 12 días se enfrentaron varias veces con el Ejército mexicano.
Fueron los únicos días de combate, pues el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari decretó un cese unilateral al fuego, y después convocó al diálogo para concretar un armisticio.
El encuentro se realizó en la catedral de San Cristóbal de las Casas. Marcos fue el vocero del EZLN y con su peculiar estilo informó el posicionamiento de los zapatistas en el diálogo.
Uno de sus personajes más conocidos fue Durito, a quien definió como una especie de conciencia del Sup.
En 2001 encabezó un recorrido de cientos de milicianos por varios estados del país que concluyó en Ciudad de México para exigir la aprobación constitucional de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar.
Se trata de un documento negociado con el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, que reconoce los derechos de los pueblos originarios.
Incluso algunos integrantes de la Comandancia General del EZLN hablaron desde la tribuna de la Cámara de Diputados, algo que nunca había sucedido en la historia del Congreso.
Pero el Congreso aprobó una reforma constitucional que no contemplaba los Acuerdos de San Andrés. Los zapatistas rechazaron la medida.
Desde entonces permanecen en su territorio. Los comunicados de Marcos fueron escasos, e incluso el Subcomandante tuvo pocas apariciones públicas.
El 2 de mayo de 2014, campesinos armados atacaron la comunidad de La Realidad, Chiapas, que es uno de los principales bastiones civiles del EZLN.
En la agresión murió José Luis Solís López, maestro en la escuela La Libertad, uno de los planteles del sistema educativo que los zapatistas mantenían en su territorio. Solís López era conocido en el EZLN como Galeano.
Marcos, quien en ese entonces tenía 57 años de edad, convocó a una conferencia de prensa. “Estas serán mis últimas palabras en público antes de dejar de existir”, dijo a los desconcertados periodistas.
Luego anunció que a partir de ese momento adoptaba una nueva identidad. Su nuevo nombre es Subcomandante Galeano. Marcos “esa botarga”, definió, dejó de existir.
Y confesó, con su peculiar estilo: en 1994 “empezó una compleja maniobra de distracción, un truco de magia terrible y maravilloso, una maliciosa jugada del corazón indígena que somos”.
“La sabiduría indígena desafiaba a la modernidad en uno de sus bastiones: los medios de comunicación”.
El día de su nacimiento, el 24 de mayo de 2014, el Subcomandante Galeano definió el papel de su nueva identidad.
“Pensamos que es necesario que uno de nosotros muera para que Galeano viva”, dijo en referencia al maestro asesinado.
“Y para que esa impertinente que es la muerte quede satisfecha, en lugar de Galeano ponemos otro nombre, para que Galeano viva y la muerte se lleve no una vida, sino un nombre solamente, unas letras vaciadas de todo sentido, sin historia propia”.
“Así que hemos decidido que Marcos deje de existir hoy”.