Entregar sin contrapesos la Guardia Nacional a militares es un salto al vacío, advierte Zepeda Patterson
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El periodista propone que los militares pueden ayudar a fortalecer y profesionalizar a los elementos de la corporación, pero para convertirla en una fuerza civil
Entregar a la Guardia Nacional (GN), una corporación en teoría civil, a una dependencia militar, como lo es la Sedena, resulta inviable sin contrapesos, asevera el periodista y analista político Jorge Zepeda Patterson.
Pese a ello, considera que lo que sí puede resultar factible es que los militares ayuden en la tarea de fortalecer y profesionalizar a la GN, pero para convertirla en una verdadera fuerza civil.
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“Toca fortalecer y profesionalizar en términos policiacos a la GN y convertirla en una verdadera fuerza civil, con la apreciable ayuda de los militares. Mientras no existan mejores argumentos o evidencias me parece que esa vía”, refiere en su columna de hoy.
Esta semana que está por concluir, la Corte determinó que es inconstitucional la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), reforma que había sido aprobada en septiembre pasado por el Congreso de la Unión.
El revés de la Supera Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a la iniciativa impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador abrió de nuevo el debate sobre qué es mejor: si la adscripción de la GN en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) o en la Sedena.
Para el periodista, la disputa entre oficialistas y adversarios se da en términos binarios y absolutos, cuando “debate tendría que ser otro”.
En su análisis, Zepeda Patterson advierte que se debe considerar que el crimen organizado ha superado en capacidad a policías federales y estatales y que en muchas zonas viven bajo el flagelo de estas organizaciones.
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“Rechazar la participación de las fuerzas armadas de manera categórica, como hacen algunos de sus críticos, no sólo es irresponsable ante muchos mexicanos flagelados por la violencia, equivale simplemente a negar una realidad vigente desde hace 15 años”, refiere.
El periodista recuerda que incluso han sido los gobernadores y habitantes de las zonas con mayor violencia quienes han solicitado la presencia de militares. Además, “algo tendría que decirnos el hecho de que Calderón, Peña Nieto o López Obrador, pertenecientes a tres partidos distintos, hayan coincidido en lo mismo: recurrir a los militares”.
Pese a lo anterior, asevera Zepeda Patterson que “dejar de satanizar al ejército no significa que tengamos que beatificarlo”, pues habrá daños al ponerlos a realizar una función que debe ser civil.
Por ello considera necesario establecer límites y precauciones, así como “prácticas de rendición de cuentas, transparencia, respeto a los derechos humanos” por parte de los generales.
En ese contexto advierte que entregar a la GN a un cuerpo militar de manera incondicional y confiar en los militares, tal como pide el Presidente, sin contrapesos, es “salto al vacío”.
“El Presidente nos pide confiar en los militares y apoyar su creciente protagonismo, sin darnos los argumentos para construir esa confianza”, refiere el periodista.
En su análisis añade que la seguridad en manos de los militares tampoco resolverá el problema de fondo y mientras no existas mejores argumentos o evidencias del porqué la GN debe ser incorporada a la Sedena, la vía es profesionalizar a los elementos de la corporación con ayuda de los militares, pero para convertirla en una fuerza civil.
“Hay razones legítimas y defendibles para incorporar a las fuerzas armadas, pero tal decisión tendría que ir acompañada de las medidas para responder a los comprensibles temores que eso entraña”, sostiene.