Fe a la Virgen de Guadalupe los hace viajar hasta la CDMX
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CDMX.- Luego de 27 días de recorrido desde Juquila, Oaxaca, Orlando González está en la Basílica de Guadalupe. Dejó su natal Oaxaca el 13 de noviembre solo con la idea de decirle a la Virgen de Guadalupe: “Gracias, gracias por otro año más de vida”.
Derramó una lágrima. Orlando sólo quiere pedir por la vida. Viste como Juan Diego y lleva una bolsa de plástico negra.
“Era un propósito llegar... es la primera vez que estoy aquí, le doy gracias a la Virgen que estamos con vida, aunque no tenemos nada, aquí estamos”, expresa.
Miles de peregrinos llegan al atrio de la Basílica de cara al 12 de diciembre, el Día de la Virgen de Guadalupe. En las calles desborda la pasión y la fe, los guadalupanos buscan, como cada año, pedir por sus cercanos, concluir una manda o bien, iniciarla.
Creen en la Virgen por poderosa y noble, dicen, y combinando tradiciones llevan una ofrenda a ella, una vela, flores, una efigie, ingresan hincados al templo o en un completo mutismo, en medio de sus plegarias.
“Vengo desde Toluca, Estado de México, vengo por una manda que tengo, para bendecir a toda mi familia”, expresó otro peregrino.
A pesar de que los días fuertes de congregación y peregrinación serán el próximo 11 y 12 de diciembre, muchos de ellos arriban provenientes de distintas partes del país como el Estado de México, Oaxaca o Sinaloa, por mencionar algunos.
La ayuda humanitaria llega con agua, comida, tacos de canasta, sándwiches o tortas, pues para las familias que contribuyen de esta manera es una forma de agradecimiento a la Virgen.
Durante el viernes, a pesar de la cantidad de gente que se aglomera, no hay caos en las vialidades. Para evitar tumultos, los policías evitaban que las personas permanecieran en el acceso principal a la Basílica.
Para los peregrinos es importante llegar, no importa cómo ni de dónde, llegar para agradecer, desahogarse y después, llevarse algún hálito de esperanza para un nuevo mañana.